SANDRO POZZI - EL PAÍS
El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Ben Bernanke, escogió ayer el foro ideal para decir basta ya a los grandes bancos. En un discurso pronunciado en Florida en el marco de una conferencia de pequeños bancos locales, los conocidos como community banks, Bernanke dijo que el concepto de demasiado grande para quebrar es "pernicioso" y crea una barrera "maliciosa" a la competencia.
Las palabras del jefe de la autoridad monetaria fueron recibidas entre aplausos. Las pequeñas firmas financieras son las que están sufriendo ahora el golpe de la crisis, por el impacto en el consumo de una tasa de paro cercana al 10% y la depresión que sufre el sector inmobiliario. El viernes, los reguladores intervinieron siete bancos, lo que eleva a 37 las entidades cerradas en 2010.
Para Bernanke "no es razonable" que la suerte de la economía global esté tan ligada "a las fortunas de un relativamente pequeño número de grandes firmas financieras". Por eso cree que llegó el momento de retirar a los guardianes de Wall Street la red de seguridad que les lleva a asumir más riesgos de los que pueden, esperando que el Estado saldrá en su rescate. "Tener entidades que son demasiado grandes para quebrar crea desigualdades competitivas que impiden a otras firmas progresar", remachó.
Respaldo al Congreso
De esta manera, Bernanke reiteró su respaldo a la idea que maneja el Congreso de EE UU de establecer un procedimiento que permita desmantelar entidades sistémicas. Serán los propios bancos los que deberán establecer planes para tal eventualidad.
Por su parte, el presidente Barack Obama aprovechó el discurso radiado de los sábados para pedir al Senado que adopte sin dilación la nueva propuesta de reforma financiera presentada por el demócrata Christopher Dodd, porque dice es "esencial" para poner fin a las prácticas que pusieron al sistema al borde del colapso y proteger mejor al consumidor.
Bernanke aprovechó el foro para defender que en la futura estructura financiera la Fed siga supervisando a los bancos pequeños y medianos. Cree que son parte integral de la economía y, por tanto, le permiten entender mejor los riesgos a los que hace frente el país. Dodd propone que se concentre en las entidades con activos superiores a los 37.000 millones de euros.
El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Ben Bernanke, escogió ayer el foro ideal para decir basta ya a los grandes bancos. En un discurso pronunciado en Florida en el marco de una conferencia de pequeños bancos locales, los conocidos como community banks, Bernanke dijo que el concepto de demasiado grande para quebrar es "pernicioso" y crea una barrera "maliciosa" a la competencia.
Las palabras del jefe de la autoridad monetaria fueron recibidas entre aplausos. Las pequeñas firmas financieras son las que están sufriendo ahora el golpe de la crisis, por el impacto en el consumo de una tasa de paro cercana al 10% y la depresión que sufre el sector inmobiliario. El viernes, los reguladores intervinieron siete bancos, lo que eleva a 37 las entidades cerradas en 2010.
Para Bernanke "no es razonable" que la suerte de la economía global esté tan ligada "a las fortunas de un relativamente pequeño número de grandes firmas financieras". Por eso cree que llegó el momento de retirar a los guardianes de Wall Street la red de seguridad que les lleva a asumir más riesgos de los que pueden, esperando que el Estado saldrá en su rescate. "Tener entidades que son demasiado grandes para quebrar crea desigualdades competitivas que impiden a otras firmas progresar", remachó.
Respaldo al Congreso
De esta manera, Bernanke reiteró su respaldo a la idea que maneja el Congreso de EE UU de establecer un procedimiento que permita desmantelar entidades sistémicas. Serán los propios bancos los que deberán establecer planes para tal eventualidad.
Por su parte, el presidente Barack Obama aprovechó el discurso radiado de los sábados para pedir al Senado que adopte sin dilación la nueva propuesta de reforma financiera presentada por el demócrata Christopher Dodd, porque dice es "esencial" para poner fin a las prácticas que pusieron al sistema al borde del colapso y proteger mejor al consumidor.
Bernanke aprovechó el foro para defender que en la futura estructura financiera la Fed siga supervisando a los bancos pequeños y medianos. Cree que son parte integral de la economía y, por tanto, le permiten entender mejor los riesgos a los que hace frente el país. Dodd propone que se concentre en las entidades con activos superiores a los 37.000 millones de euros.
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