Gabriel Xantomila / El Sol de México
El PRI en la Cámara de Diputados denunció que hay un gasto rampante y un aparato fiscal incapaz de recaudar que "exprime a Pemex" y no deja crecer al organismo.
Por ello, el diputado federal y exdirector de Pemex, Francisco Rojas Gutiérrez, exigió del Gobierno federal "dejar atrás trampas y desechar prejuicios y compromisos espurios, pues México puede explotar su petróleo de la mejor manera y con el ritmo que sea necesario para la nación''.
En cuanto a las reformas energéticas de "segunda generación", destacó que "ya estamos prevenidos para que no nos aturdan mediáticamente con "tesoros escondidos" o "efectos popote".
Se pronunció por fortalecer a Pemex, porque la ayuda no vendrá de afuera y una industria débil atraerá propuestas leoninas, negocios desventajosos y tratos inequitativos, de ahí que México más que nunca deba voltear a ver a sus hombres y mujeres y confiar en ellos, porque sólo de ellos obtendrá la fuerza para generar las soluciones que la industria requiere, apuntó.
Recordó que durante los gobiernos panistas se generaron más de 500 mil millones de pesos de excedentes, que en lugar de reinvertir en el organismo, se destinaron en su mayoría a financiar gasto corriente.
Reconoció que se necesita de una visión moderna, limpia y renovada de nuestra riqueza energética. El petróleo es por ahora el principal elemento de esta riqueza y debe dejar de verse como "renglón de ajuste" de unas finanzas públicas envilecidas por un gasto rampante y un aparato fiscal incapaz de recaudar.
"Nuestros energéticos deben ser una fuente de vitalidad para todos los sectores productivos y generar condiciones de satisfacción social para toda la población, pero sobre todo, debemos cerrar filas para renovar la industria y fortalecer nuestra soberanía".
Dijo que a 72 años de la expropiación hay una mezcla de tristeza y coraje, por ver que aquella industria orgullo nacional que financió infraestructura, escuelas y hospitales, es ahora la historia de un fracaso financiero inducido, la muestra de una mala administración y el laboratorio de la privatización y enajenación del patrimonio nacional.
El Coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados mencionó que a las dos últimas administraciones del Gobierno federal les ha faltado visión, les ha faltado administración, les han faltado ganas de hacer bien las cosas.
Al hacer un recuento de la vida de Petróleos Mexicanos, Francisco Rojas señaló que "no hay ni una empresa ni una ley que resista un mal administrador, y eso es lo que ha pasado con las últimas administraciones de Pemex, que no han sido exitosas en ningún momento".
En los últimos diez años, explicó, Pemex ha sido objeto de una pauperización perversa, además de que la jubilación forzada de técnicos y profesionistas ha mermado la capacidad de juicio que siempre caracterizó la toma de decisiones en la materia.
Reconstruir dicha planta técnica, riqueza acumulada durante décadas, implicará tiempo y serios esfuerzos; mientras tanto, ahora Pemex es un gigante maniatado.
Durante este tiempo la paraestatal también ha sido exprimida por un fisco incapaz de recaudar eficientemente, negándole a la industria la autorización de inversiones necesarias en aras de mantener el equilibrio presupuestal.
Los resultados están a la vista, dijo, se descuidó la exploración y se sobreexplotaron los yacimientos, allí está el caso de Cantarell, donde del pico de producción en 2004 a la fecha, la extracción ha caído en 800 mil barriles diarios; de ellos, el 85 por ciento ha sido en lo que va del sexenio.
También se hizo a un lado el mantenimiento y se retrasó la modernización del sistema nacional de refinación, incrementando enormemente la importación de gasolina y refinados, con una política de precios públicos ventajosa que no favorece al consumidor ni a los productores.
Reconoció que los intentos privatizadores han estado siempre presentes durante los gobiernos panistas, que no cejan en su intento de darle la vuelta a la Constitución para permitir contratos de riesgo, compartir la renta petrolera y crear una industria paralela. Esa fue la razón por la que la Cámara de Diputados interpuso en octubre pasado ante la Suprema Corte de Justicia dos controversias constitucionales que están en proceso.
El PRI en la Cámara de Diputados denunció que hay un gasto rampante y un aparato fiscal incapaz de recaudar que "exprime a Pemex" y no deja crecer al organismo.
Por ello, el diputado federal y exdirector de Pemex, Francisco Rojas Gutiérrez, exigió del Gobierno federal "dejar atrás trampas y desechar prejuicios y compromisos espurios, pues México puede explotar su petróleo de la mejor manera y con el ritmo que sea necesario para la nación''.
En cuanto a las reformas energéticas de "segunda generación", destacó que "ya estamos prevenidos para que no nos aturdan mediáticamente con "tesoros escondidos" o "efectos popote".
Se pronunció por fortalecer a Pemex, porque la ayuda no vendrá de afuera y una industria débil atraerá propuestas leoninas, negocios desventajosos y tratos inequitativos, de ahí que México más que nunca deba voltear a ver a sus hombres y mujeres y confiar en ellos, porque sólo de ellos obtendrá la fuerza para generar las soluciones que la industria requiere, apuntó.
Recordó que durante los gobiernos panistas se generaron más de 500 mil millones de pesos de excedentes, que en lugar de reinvertir en el organismo, se destinaron en su mayoría a financiar gasto corriente.
Reconoció que se necesita de una visión moderna, limpia y renovada de nuestra riqueza energética. El petróleo es por ahora el principal elemento de esta riqueza y debe dejar de verse como "renglón de ajuste" de unas finanzas públicas envilecidas por un gasto rampante y un aparato fiscal incapaz de recaudar.
"Nuestros energéticos deben ser una fuente de vitalidad para todos los sectores productivos y generar condiciones de satisfacción social para toda la población, pero sobre todo, debemos cerrar filas para renovar la industria y fortalecer nuestra soberanía".
Dijo que a 72 años de la expropiación hay una mezcla de tristeza y coraje, por ver que aquella industria orgullo nacional que financió infraestructura, escuelas y hospitales, es ahora la historia de un fracaso financiero inducido, la muestra de una mala administración y el laboratorio de la privatización y enajenación del patrimonio nacional.
El Coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados mencionó que a las dos últimas administraciones del Gobierno federal les ha faltado visión, les ha faltado administración, les han faltado ganas de hacer bien las cosas.
Al hacer un recuento de la vida de Petróleos Mexicanos, Francisco Rojas señaló que "no hay ni una empresa ni una ley que resista un mal administrador, y eso es lo que ha pasado con las últimas administraciones de Pemex, que no han sido exitosas en ningún momento".
En los últimos diez años, explicó, Pemex ha sido objeto de una pauperización perversa, además de que la jubilación forzada de técnicos y profesionistas ha mermado la capacidad de juicio que siempre caracterizó la toma de decisiones en la materia.
Reconstruir dicha planta técnica, riqueza acumulada durante décadas, implicará tiempo y serios esfuerzos; mientras tanto, ahora Pemex es un gigante maniatado.
Durante este tiempo la paraestatal también ha sido exprimida por un fisco incapaz de recaudar eficientemente, negándole a la industria la autorización de inversiones necesarias en aras de mantener el equilibrio presupuestal.
Los resultados están a la vista, dijo, se descuidó la exploración y se sobreexplotaron los yacimientos, allí está el caso de Cantarell, donde del pico de producción en 2004 a la fecha, la extracción ha caído en 800 mil barriles diarios; de ellos, el 85 por ciento ha sido en lo que va del sexenio.
También se hizo a un lado el mantenimiento y se retrasó la modernización del sistema nacional de refinación, incrementando enormemente la importación de gasolina y refinados, con una política de precios públicos ventajosa que no favorece al consumidor ni a los productores.
Reconoció que los intentos privatizadores han estado siempre presentes durante los gobiernos panistas, que no cejan en su intento de darle la vuelta a la Constitución para permitir contratos de riesgo, compartir la renta petrolera y crear una industria paralela. Esa fue la razón por la que la Cámara de Diputados interpuso en octubre pasado ante la Suprema Corte de Justicia dos controversias constitucionales que están en proceso.
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