sábado, 2 de junio de 2012

A LOS #Yosoy132: "QUIERO TENER FUTURO"

Jorge A. Chávez Presa / El Universal

 ¡Qué difícil la tienen los jóvenes! Y más difícil aún la tienen los jóvenes que no han tenido acceso a buena educación, salud y alimentación, esto es, que han nacido con una desventaja descomunal difícil de remontar durante su vida. 
Por ello dedico este artículo a estos últimos que, por estas diferencias de condiciones iniciales en la vida, no tienen siquiera la oportunidad de manifestarse y presentarse como #YoSoy132. Las cifras duras no pueden ser más contundentes para mostrar la competencia despiadada que ya enfrentan quienes hoy son muy jóvenes y quienes dejarán de serlo. Estos números explican en parte por qué se encendió la pradera. Defino joven como aquella persona cuya edad se encuentra entre los 16 y 29 años. 
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, en el 2012 se estima que a este intervalo corresponden casi 27 millones de jóvenes, de los cuales 22.7 millones estarían en edad de votar de contar con su credencial de elector. Quienes hoy tienen o están por cumplir 18 años suman poco más de 2 millones, casi la mitad son hombres y la otra mujeres. En promedio, actualmente en cada una de las edades que van de los nueve a los 20 años, son 2 millones. Quienes hoy tenemos entre 49 y 50 años, en nuestra época de jóvenes promediamos alrededor de un millón en cada una de esas edades. Esto simplemente nos indica que si antes, con tasas de crecimiento económico mayores al 6% anual, cuando teníamos 18 años de edad, competíamos al menos con otro millón por año, los jóvenes de hoy compiten contra otros 2 millones. 
En nuestra época competir por un espacio de educación técnica profesional o universitaria, un primer trabajo que requería poca calificación u optar por salir hacia Estados Unidos a buscar la oportunidad de trabajo y desarrollo que el país no pudo ofrecer, fue relativamente más fácil. 
Ahora, al ser el doble la población que se incorpora cada año, y con una economía que crece lentamente, la competencia en la actualidad es brutal porque los jóvenes están compitiendo por estos espacios en México y además, dentro de la globalización, con cientos de millones en otras partes del mundo. 
La creación de empleo formal en actividades productivas medida por el número de trabajadores en el IMSS está siendo decepcionante. Durante 2011, que fue uno de los mejores años para la economía mexicana, se crearon poco menos de 700 mil puestos de trabajo, y en toda la administración del presidente Calderón si bien nos va serán 2.5 millones. 
Para el ciclo escolar 2011-2012, en la matrícula de educación media superior, que incluye profesional técnica como los Conalep y el bachillerato, se registraron 4.3 millones de estudiantes, y en la educación superior 3.1 millones, en la que tan sólo en la licenciatura universitaria y tecnológica corresponden a 2.8 millones de estudiantes. Y todos los demás que son la amplísima mayoría, sin trabajo formal y sin posibilidades de estudiar. 
Qué difícil la están teniendo y la van a tener los jóvenes mexicanos, si México no se organiza de una manera diferente para crecer a tasas más elevadas y al Estado mexicano no se le dota de una hacienda pública para lograr condiciones más equitativas que las existentes. El statu quo es insostenible, pues condena a nuestros hijos a un México sin futuro. 
Quienes nacimos antes de 1970, golpeados por las crisis de 1976, 1982, 1987 y 1995, les podemos pedir a quienes sufrieron su primera crisis, la de 2009, pero con estabilidad macroeconómica, y hoy se han sumado a los #YoSoy132, que piensen en esa inmensa mayoría de jóvenes que no pudieron tener acceso a educación universitaria, para que exijan a los políticos que quieren tener futuro. Y para ello es indispensable quitar las ataduras y eliminar lastres y lacras que le impiden a la economía mexicana crecer y generar oportunidades de empleo y creación de nuevas empresas. Aprovechen su oportunidad, desperdiciarla sería carísimo.

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