En
julio próximo iniciará en Texas el juicio en contra del tercer grupo de
compañías acusadas por Pemex de comprar o promover la compra de condensado de
gas que en la Cuenca de Burgos roba el crimen organizado. Bajo tal
señalamiento, en abril, Pemex demandó a la gigante Shell y su filial STUSCO,
junto con otras grandes compañías petroleras como Marathon Petroleum y Conoco
Phillips. Con esa acusación Shell, la petrolera más grande del mundo, no sólo
se ve vinculada al mercado negro de hidrocarburos, sino que se convierte en la
socia incómoda de Pemex, con quien comparte la titularidad de la
refinería Deer Park, en Houston
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