Samuel García / 24 Horas El Diario sin Límites
Transformar la economía mexicana en una de alta competitividad no
sólo requiere de grandes reformas estructurales. Hay un sinnúmero de
“pequeños pasos” pendientes que están en la base de las relaciones
comerciales, financieras y de impartición de justicia que frenan la
construcción de competitividad y, con ella, la multiplicación de
inversiones y de empleos.
Hace poco recibí una carta de un antiguo proveedor de la cadena de tiendas departamentales El Puerto de Liverpool, que preside Max David Michel, y que ilustra a uno de estos “pequeños pasos” que frenan la competitividad.
A la misiva siguieron una serie de cartas y documentos enviados por Alfred Chaoul Sutton, el apoderado legal de International Denim, S.A. de C.V., proveedor de prendas de vestir por más de 14 años para Liverpool.
La historia de Chaoul es una de esas tantas de pequeños proveedores
de grandes cadenas comerciales que son sometidos “a sus reglas”, incluso
por encima de las leyes y, ya no digamos, de la ética empresarial.
International Denim es una empresa mediana -que si bien sigue
existiendo, ha tenido que cerrar sus puertas- dedicada a la fabricación
de prendas de vestir de la que dependían 28 familias y que fue formada
en torno de la venta de ropa a Liverpool. El problema surgió cuando, sin
documentos ni autorizaciones del proveedor de por medio, Distribuidora
Liverpool, S.A. de C.V. aplicó desde el año 2000 y hasta 2009 descuentos
unilaterales en cada uno de los pedidos que realizaba a sus proveedores
-en este caso International Denim- desconociendo los términos formales
de los pedidos que, por escrito, se habían firmado.
Estos descuentos -llamados internamente como “bonificaciones”- se
aplican a los precios de los proveedores para que la tienda oferte
productos en temporada de baratas como Venta Nocturna, Día del Padre,
entre otras. El asunto es que -según los pedidos, cartas y correos
internos que mostró Chaoul- estos descuentos se aplican unilateralmente
sin la anuencia documental del proveedor. Así, a la ilegalidad se une la
prepotencia del más fuerte.
De acuerdo con las cuentas de Alfred Chaoul, y de su demanda legal,
durante estos 10 años de aplicación forzosa e ilegal de políticas de
descuentos unilaterales por parte de Distribuidora Liverpool, el gigante
departamental le adeuda alrededor de seis millones de pesos, mismos que
no ha reconocido a pesar de las evidencias mostradas; ello, sin contar
los daños y perjuicios provocados dado que Liverpool dejó de comprarle a
International Denim, obligándola a cerrar sus operaciones y a despedir a
sus empleados.
Chaoul Sutton acudió a las instancias legales sin mucha fortuna y la
Secretaría de Economía -teóricamente “el apoyo” federal para las PYMES
del país- ha sido tibia en sus respuestas, según su versión, a tal grado
que casi tres años después el caso sigue sin obtener respuestas
concretas.
Más allá de los encendidos discursos oficiales, ésta es una muestra
de la realidad a la que se enfrentan los emprendedores de la cadena de
producción de PYMES del país, los que generan más de 70% de los empleos
en México.
Quien gane la elección debe entender que la competitividad no sólo es
reformas laborales o fiscales, sino también contar con un sistema de
leyes y de impartición de justicia que ofrezca certeza a los miles de
pequeños capitales que deciden emprender un negocio.
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