martes, 26 de junio de 2012

DOMINA EL TEMOR

Economist Intelligence Unit
Panorama Económico Mundial
 Mientras pide caridad, una mujer observa al trabajador de limpieza de un banco, el viernes pasado, en el centro de la ciudad de Barcelona, España, el cuarto país que necesita un rescate europeo. Foto Ap
La economía global permanece en estado precario. La crisis de la deuda europea sigue adelante, y si bien el euro parece haber sobrevivido a la prueba más reciente –la elección griega del 17 de junio–, la austeridad y la incertidumbre del mercado financiero deprimen la actividad económica en Europa y, por extensión, en gran parte del resto del mundo. EIU aún prevé que el crecimiento del PIB global será más lento en 2012, y si bien nuestras previsiones para las economías del G-3 –EU, la zona euro y China– se mantienen casi sin cambio este mes, hemos reducido nuestras proyecciones para Brasil e India.

Prevemos que el PIB mundial, medido en paridad de poder de compra, crecerá 3.2% en términos reales en 2012, menos que el 3.7 del año pasado y el 5.1 de 2010, cuando el estímulo extraordinario en respuesta a la crisis financiera del banco Lehman impulsó una recuperación que resultó demasiado breve y poco profunda. Ahora los gobiernos tienen menos recursos a su alcance que hace cuatro años, mientras los excesos económicos del pasado (desde las burbujas inmobiliarias hasta las elevaciones de la deuda pública) han debilitado en sus fundamentos la capacidad de muchos países para soportar la tensión.
Dados estos factores y las persistencia de los efectos de la crisis europea, no es sorprendente que las perspectivas de crecimiento a corto plazo sean bajas. El crecimiento global se estancó en el segundo trimestre de 2012 y el panorama del resto del año no es mejor. Sostener nuestro pronóstico para EU, la zona euro y China no es un voto de confianza; sólo refleja el hecho de que nuestra previsión ya era cautelosa. En contraste, hemos revisado a la baja el pronóstico de 2012 para América Latina, debido a los débiles datos recientes en Brasil. Las perspectivas de crecimiento de India también se han debilitado marcadamente. En ambos países la causa reside en parte en fallas de política interna, pero también en el impacto de los problemas en Europa.
La trayectoria de la crisis del euro y la efectividad de la respuesta política seguirán siendo esenciales para las perspectivas económicas globales. Los temores de una destrucción de la unión monetaria europea son aún muy reales, aun si la segunda vuelta de la elección en Grecia arrancó suspiros de alivio luego que los partidos políticos con más probabilidades de cooperar con los acreedores ganaron por estrecho margen. Pero la crisis en Grecia no ha terminado, y el deterioro de la crisis bancaria en España ha hecho surgir nuevas inquietudes sobre la estabilidad financiera. De hecho, España se ha vuelto el cuarto país que necesita un rescate europeo, y anunció que necesita tantos como 100 mil millones de euros (125 mil mdd) para recapitalizar sus bancos afligidos. Estos fondos se agregarán a la deuda pública del país y por tanto elevarán el riesgo de que el soberano mismo necesite un rescate.
Que una economía del tamaño de España –que, con un PIB de un billón de euros, es dos veces mayor que los otros tres países rescatados combinados– esté en peligro significa que la zona euro ha entrado en una nueva etapa, potencialmente calamitosa. Nuestro escenario base, que consideramos el más probable, es que ningún país saldrá de la zona euro el próximo año. Esto da por sentado que el nuevo gobierno de coalición en Grecia haga lo suficiente para satisfacer a los acreedores, y que el fondo de rescate para los bancos españoles alivie lo peor de la crisis en ese país. Sin embargo, también avizoramos un escenario más débil, que empieza con la partida de Grecia de la zona euro, lo cual podría ocurrir si el nuevo gobierno no logra renegociar el pacto de rescate. El impacto sobre Grecia sería devastador, e incluiría salidas masivas de capital, incumplimiento de la deuda pública y privada, y colapso del sistema bancario. A escala global, esperaríamos una respuesta masiva de gobiernos y bancos centrales a esa emergencia, pero no está claro si sería suficiente para limitar el contagio.
El crecimiento económico en América Latina volverá a bajar el ritmo en 2012, a 3%. La recesión en la zona euro y un crecimiento menor de lo previsto en EU dañarán las exportaciones de la región, si bien la demanda china continuará beneficiando a los productores de bienes primarios de Sudamérica. La mayor economía latinoamericana, Brasil, tuvo un débil arranque este año. A la luz de los datos recientes, hemos recortado nuestra previsión de crecimiento para este año de 3.3 a 2.2%, si bien esperamos que la economía repunte en la segunda mitad del año. América Latina en su conjunto ganará cierto impulso hacia 2013, cuando el crecimiento del PIB se acelerará a 3.9%.
Tipos de cambio
El dólar se ha fortalecido de manera significativa contra la mayoría de las divisas en años recientes, conforme se ha profundizado la crisis del euro. Esto va contra la tónica de principios de año, cuando la inyección de casi un billón de euros del Banco Central Europeo en el sistema bancario elevó el comercio de activos riesgosos. Continuamos creyendo que el euro tendrá poco o ningún impulso al alza este año, y ahora prevemos que el dólar será más fuerte en promedio de lo previsto originalmente, a 1.28 por euro en 2012. No por ello se descartan episodios periódicos de fortaleza del euro, en particular si la recuperación de EU resulta decepcionante o si la aversión al riesgo relacionada con el euro afloja temporalmente.
Productos primarios
Luego de un arranque de año relativamente fuerte, los precios de los productos primarios se han venido deslizando desde mediados de marzo, como reflejo de varias tendencias, entre ellas las inquietudes por la estabilidad financiera en la zona euro, datos contradictorios en EU y signos distintivos de una desaceleración en varias economías emergentes, incluidas China, Brasil e India.
Los precios del petróleo se elevaron agudamente en los primeros cuatro meses de 2012, pero han caído a medida que las preocupaciones por la oferta asociadas al programa nuclear iraní han sido rebasadas por las perspectivas de un descenso de la demanda global. Para reflejar estos factores, hemos reducido ligeramente nuestra previsión de precios del petróleo para este mes. Ahora esperamos que el barril de crudo (mezcla Brent con fecha, referencia europea) cueste un promedio de 109.5 dólares en 2012, tres dólares menos que nuestra previsión anterior. Sin embargo, creemos que los riesgos a la oferta permanecen y que el mercado podría recuperar algo del terreno perdido si no se materializan los peores temores de los inversionistas sobre la dislocación de la zona euro o un descenso fuerte del crecimiento de China.
Traducción de textos: Jorge Anaya
Fuente: La Jornada

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