miércoles, 19 de enero de 2011

LA UE ENDURECERÁ LAS PRUEBAS A LA BANCA AL EXIGIR MAYOR CAPITAL Y LIQUIDEZ

La mayoría de las entidades españolas necesitaría recapitalizarse si se eleva el listón de solvencia al 8% - Se requerirían como mínimo otros 12.000 millones
ANDREU MISSÉ - EL PAÍS
La Unión Europea prepara nuevas pruebas de resistencia a la banca mucho más duras que las realizadas el pasado julio. Los exámenes realizados el año pasado a 91 entidades europeas perdieron toda su credibilidad ante su incapacidad para detectar la clamorosa situación de quiebra de la banca irlandesa. La UE estudia ahora exigir una mayor proporción de capital de nivel 1 (Tier 1), mayor al 6% que tomó como referencia en el chequeo anterior. También quiere incluir como criterio el peso de la deuda soberana en las carteras de los bancos y su situación de liquidez, aunque este último aspecto podría efectuarse de manera separada y "paralela" y no hacerse público el resultado.
Las nuevas pruebas se realizarán con la participación activa de la nueva Autoridad Bancaria Europea, (AEB), constituida el pasado 1 de enero, lo que implicará que por primera vez se aplicarán las mismas reglas a todas las entidades examinadas. Las características de las nuevas pruebas de resistencia a la banca fueron abordadas ayer en el Ecofin (Consejo de Ministros de Economía de la UE). En la reunión se alcanzó "un acuerdo general", según el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier. En principio, se volverá a examinar prácticamente a las mismas entidades aunque su número será algo inferior porque algunas se han fusionado entre sí. Los criterios de las pruebas se fijarán en marzo y el examen se realizará antes del verano.
La falta de fiabilidad de las pruebas del pasado julio fue admitida implícitamente ayer por Barnier: "Necesitamos pruebas rigurosas que den mayor credibilidad". En los exámenes del año pasado, en los que se exigió un 6% de capital, siete entidades o grupos fueron suspendidos (cinco grupos de cajas españolas, un banco alemán y otro griego). Entonces España, promotora del examen, fue el país que efectuó las pruebas más exhaustivas, afectando al 95% de su sistema financiero frente al 65% del conjunto de la UE.
Ampliar la exigencia de capital Tier 1 al 7% implicaría necesidades de recapitalización para casi la mitad de las entidades españolas. Hubo seis grupos de cajas y dos bancos que pasaron las pruebas con más del 6%, pero menos del 7%. Si el listón se pone en el 8%, como sugieren algunos analistas, la gran mayoría de los bancos y cajas españoles necesitarían reforzar su capital para aprobar el examen. Las necesidades mínimas de recapitalización (vía capital privado o público) serían de 12.000 millones, tomando como referencia las pruebas de 2010.
El problema de la liquidez de los bancos ha sido puesto sobre la mesa en más de una ocasión por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, tras la crisis bancaria irlandesa. Los últimos datos pusieron de relieve que los bancos irlandeses sobrevivían gracias a los préstamos del BCE, que llegaron a ascender en plena crisis a 136.000 millones de euros -una cuarta parte del total de la zona euro- y otros 45.000 millones proporcionados por el Banco Central de Irlanda.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dibujó ayer un panorama bastante más optimista sobre la situación de las entidades españolas. Salgado afirmó que "las cajas españolas estarán en excelentes condiciones" para afrontar las próximas pruebas de resistencia. La mejor situación deriva de los ajustes efectuados que permitirán reducir los costes y de los 2.000 millones con que se recapitalizaron tras las pruebas del pasado julio.
La vicepresidenta descalificó los análisis que sostienen que las entidades financieras españolas podrían precisar inyecciones de capital adicionales de entre 30.000 y 80.000 millones, indicando que un abanico tan grande "entre 30 y 80 no tiene ninguna credibilidad". "Nuestra primera estimación estaría muy lejos de esta cifra". En cualquier caso, Salgado se mostró partidaria de endurecer las pruebas porque la "situación de los mercados es más volátil, más tensa que el pasado julio".
El endurecimiento de las exigencias a la banca se debate en un clima de creciente malestar en amplios sectores de la opinión pública, sobre todo los más afectados por la crisis, que contrasta con los extraordinarios beneficios que han vuelto a lucir los resultados de las entidades financieras. En este sentido, Barnier recordó que "tenemos un 10% de paro en Estados Unidos, un 10% en Europa, la gente está sufriendo" y recordó que "los bancos tienen la obligación de actuar de manera responsable y moderada", así como que "los bancos necesitan moralidad y ética", en relación con la remuneración de los directivos y los accionistas.
Los ministros de Economía retomaron el debate sobre la ampliación del Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF), que había iniciado el día anterior el Eurogrupo. Todo indica que el acuerdo sobre el aumento de su tamaño y el ámbito de sus competencias no se decidirá hasta el Consejo Europeo de marzo y no a principios de febrero como había solicitado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.
El FEEF cuenta con 440.000 millones teóricos, pero en la práctica solo dispone de unos 250.000 millones por las sobregarantías que exigen las agencias de calificación para conceder la nota más alta (AAA). El ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jaeger, afirmó que "ayer [por el lunes] hubo definitivamente una conversación para aumentar (el fondo) hasta un total de 750.000 millones, pero el Eurogrupo rechazó la idea". La propuesta más plausible es encontrar la manera que permita que los 440.000 millones estén completamente disponibles.
Pese a las críticas de Alemania y Francia, Barroso volvió a insistir ayer en que "hay que reforzar la capacidad financiera de este fondo y ampliar el ámbito de su aplicación". "Es importante que nos demos cuenta de que la crisis del mercado de deuda continúa", dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn. "Hemos tenido un respiro en los últimos días, pero no debemos caer en la complacencia", añadió.

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