sábado, 22 de enero de 2011

UN CABALLO NO PANISTA

Salvador García Soto / El Universal
La anécdota la cuenta un gobernador del Norte del país que hace apenas unos meses conversó con el titular de Sedesol cuando éste visitó su estado ante las inundaciones provocadas por las lluvias del año pasado
“Tú vas a ser el candidato del PAN a la Presidencia”, le soltó a quemarropa el gobernador al secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra. Al funcionario federal se le enrojeció la cara y, sorprendido, preguntó al mandatario priísta: “¿Yo?, y ¿por qué dices eso?”. La respuesta del que afirmaba fue igual de contundente: “Tú vives en la casa de Calderón, ¿no?, usas sus muebles, duermes en su cama, comes en su cocina… tú vas a ser su candidato”.
La anécdota la cuenta un gobernador del Norte del país que hace apenas unos meses conversó con el titular de Sedesol cuando éste visitó su estado ante las inundaciones provocadas por las lluvias del año pasado. En medio de la tragedia, chequera en mano, Heriberto Félix acababa de recorrer las zonas afectadas y, cual político en campaña, atendía a las señoras, ofrecía apoyos inmediatos y comprometía recursos que llegarían a los damnificados.
A diferencia de otros secretarios que habían ido al estado, Félix no se arremangaba los pantalones para entrar al agua, ni contestaba con evasivas a las peticiones de ayuda; metido en la zona de desastre se acercaba a la gente, conversaba con ella, daba órdenes para que la ayuda llegara pronto.
El mismo Heriberto Félix le confirmó a ese gobernador que, efectivamente, vive en la casa que pertenece a la familia Calderón en Las Águilas, lugar que habita en calidad de préstamo por el propio Presidente y su esposa Margarita Zavala, a quien los une una amistad de hace varios años y con ese nivel de confianza para prestarle su propiedad.
Aquel gobernador norteño que pronosticó la candidatura presidencial de Félix Guerra no es el único que lo cree. Antes de que Heriberto fuera designado titular de la Sedesol, a finales de 2009, cuando aún ocupaba la subsecretaría de Pequeña y Mediana Empresa de Economía, en una comida una mujer preguntaba a sus compañeros de mesa cómo veían a los presidenciables del PAN. Los comensales soltaron nombres de integrantes del gabinete, y a decir que, después de la muerte de Juan Camilo Mouriño, no estaba claro.
“Lo que pasa es que ustedes sólo pensaban en Juan Camilo, y ahora sólo piensan en los secretarios, ¡no!, vean a los subsecretarios, de ahí va a salir el candidato. Heriberto Félix, por ejemplo, es un hombre guapo, con muy buena presencia, tiene mucho carisma y muy buena experiencia política, incluso tiene dinero y no está en la política para hacerse rico. ¿Quién les dice que él no puede ser el candidato al 2012?”. Uno de los comensales en aquella comida narra la anécdota y refiere que no sabía quién era aquella mujer que opinaba con tal seguridad y suficiencia. Cuando la señora se despidió, dio su nombre: “Luisa María Calderón Hinojosa, a sus órdenes”.
Así que la idea de que Heriberto Félix puede ser el caballo negro de Calderón no es nueva, ni parece tan descabellada a la luz de su cercanía con el Presidente. Aunque con tanto apuntado que está surgiendo en el panismo, entre el impulso que le dio a Ernesto Cordero el destape de Alonso Lujambio y la autorización que ya pidió Josefina Vázquez Mota para moverse por la candidatura, lo que parece claro es que Felipe Calderón juega con varias cartas y, al final y sólo al final, cuando llegue el momento, dirá cuál es la suya o definirá cuál le conviene más con base al crecimiento de cada una de las figuras. Calderón engaña con la verdad y repite el juego de espejos que ya aplicó en la renovación de la dirigencia del PAN. ¿Será Heriberto Félix el tapado de Los Pinos?
Por lo pronto, un dato que puede abonar en la respuesta a esa pregunta: en la oficina de Heriberto Félix se dice que su equipo más cercano ya prepara todo para que el titular de Sedesol entregue todo en orden en julio a un sucesor, para lo que se arma la entrega administrativa en espera a que el secretario se separe por esas fechas del cargo “para prepararse para las definiciones”.
LA SUPERVÍA ¿VA?
La recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del DF elevó el nivel de las protestas de un grupo de vecinos de una colonia contra la Supervía Poniente y también le elevó a Marcelo Ebrard el costo político de una obra de infraestructura necesaria y urgente para la ciudad.
Porque al retomar las quejas de los opositores a la obra, el ombudsman José Luis González, no sólo validó una protesta que había sido descalificada por las autoridades capitalinas —que hablaban de un movimiento “politizado” y de actores e intereses detrás de los vecinos inconformes—, sino que les dio a quienes cuestionan el proyecto, elementos para argumentar actitudes de autoritarismo detrás de la autopista de cuota.
Marcelo Ebrard respondió a la recomendación de la CDHDF, y aunque no la aceptó, ayer argumentó, sin confrontarse con el organismo de derechos humanos, que no se pueden parar las obras porque eso traería “consecuencias legales y económicas para la ciudad”.
Según Ebrard, sólo si hubiera un fallo de un juez para alguno de los 23 juicios de amparo solicitados por los vecinos quejosos, se pararía el avance de las obras. Pero hasta ahora, de esos 23 juicios, han concluido de manera definitiva 15; dos se sobreseyeron porque no se afectó a los predios de los quejosos y los que promovieron recurso de revisión se encuentran en resolución ante tribunales colegiados. Los otros cinco están en trámite ante juzgados de Distrito.
“En ningún caso se ha concedido el amparo a los quejosos, ni suspensión alguna con la finalidad de que se suspendan los trabajos”, comentó el jefe de Gobierno, quien insiste en que se trata de una obra concesionada a una empresa contratista, y detenerla podría incluso generar responsabilidades y costos para los servidores públicos y para el gobierno.
La batalla seguirá; las máquinas siguen trabajando, y a los inconformes cada vez se suman más organizaciones, algunas incluso, que tenían relación con Marcelo Ebrard y que hoy hablan de “autoritarismo” del jefe de Gobierno.
NOTAS INDSICRETAS…
La escena ocurrió durante la visita de Enrique Peña Nieto al Centro Fox y la cuentan quienes la presenciaron. Al final de esa visita, y de los recorridos guiados y explicados que le dieron al gobernador mexiquense, el ex presidente Fox despedía a su invitado cuando de pronto gritó a sus secretarias y colaboradores: “¡Anden, arrímense que ya se va, vengan a tomarse la foto con el próximo Presidente de México!”, algunos se rieron, otros se sorprendieron, y a Peña y sus acompañantes se les vio una sonrisa mientras se tomaban las fotos… Se detienen los dados. Escalera.


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