sábado, 29 de enero de 2011

SE ACABÓ EL CUENTO CHINO

Javier Santiso / El Universal
En medio de la euforia por el auge chino en los 2000, se anunciaron inversiones millonarias del gigante asiático en América Latina (AL). Éstas resultaron ser un cuento chino; apenas se registraba algún tímido intento inversor. El tsunami anunciado no dejaba de ser una postergada promesa. Si bien las relaciones comerciales entre ambas regiones experimentaban un boom sin precedentes, las inversiones directas seguían una pauta más discreta. Cambió todo el 2010: ahora presenciamos un auge de las inversiones chinas en AL.
Mientras en 2009 la inversión china acumulaba poco más que 30 mmdd en AL, sólo en 2010 se anunciaron, según nuestras estimaciones, casi 20 operaciones de adquisiciones y participaciones chinas por 33 mmdd. Es decir, en un año, China ha invertido en AL un monto equivalente a todo lo realizado en décadas anteriores. Por si fuera poco, el país se coloca ahora por delante de muchos inversores de los países OCDE, en la región.
China se ha convertido en uno de los primeros inversores, en particular, en Brasil, Perú y Argentina. Entre los principales negocios concretados en 2010, destaca un contrato de la estatal china Wisco con la local LLX, por 3, 300 millones de dólares, para construir una siderúrgica en el interior de Río de Janeiro; los acuerdos con Petrobrás (10 mmdd); con la petrolera argentina Bridas (3,1 (mmdd por el 50% de la petrolera); la compra del campo petrolífero brasileño Peregrino (3 mmdd por parte de Sinochem, comparado a la noruega Statoil), y la mina de cobre Toromocho (2,2 mmdd por parte de Chinalco).
Pero ahora se abarcan más sectores, desde el eléctrico hasta el agro-industrial, pasando por el automotriz y las telecomunicaciones. En diciembre de 2010, tres fondos soberanos, ADIC de los Emiratos, GIC de Singapur y CIC de China, entraron en el capital del banco BTG Pactual por montos, cada uno, de entre 200 y 300 millones de dólares, otra prueba del apetito chino (y asiático, en general) por Brasil. Las inversiones chinas no se limitan a las áreas de materias primas. En Perú, un consorcio chino invierte más de 2 mmdd para aumentar las capacidades del puerto de Tacna, y otros 8 mmdd para conectar por carretera y ferrocarril este puerto peruano con las zonas mineras bolivianas.
En total, sólo las petroleras chinas han invertido 15 mmdd en activos de la región en 2010. La última operación fue la cerrada por China Petroleum Corp. que ha adquirido una unidad en Argentina de Occidental Petroleum por un valor de 2,5 mmdd. Meses antes, la petrolera china CNOOC había comprado parte de Pan American Energy, también en Argentina, por un monto superior a 3 mmdd. Este boom parece que no se quedará aquí: en Cuba, la unidad de construcción de la estatal China National Petroleum Corp. empezará, en 2011, la ampliación de la refinería cubana de Cienfuegos, con una inversión de unos 6 mmdd, una de las mayores de la historia de Cuba (y será el China Eximbank quien financiará el 85% de la modernización de la refinería). Otras petroleras, como la malaya Petronas, la india Oil and Natural Gas Corp y PetroVietnam, además de Petrobras y PDVSA, también contrataron bloques en aguas cubanas.
En el sector minero peruano, Chinalco, Minmetals/Jiangxi Copper, y otros han invertido más de 1,4 mmdd, y las empresas chinas prevén 4,5 mmdd más, mientras el acuerdo de libre comercio entrado en vigor en 2010 siga estimulando las relaciones comerciales. Por su parte, Ecuador firmó acuerdos bilaterales por más de 5 mmdd con China en 2010 para inversiones hidroeléctricas, petroleras e infraestructuras.
También presenciamos mayor activismo de los fondos soberanos chinos en la región. Las tenencias de acciones en la Bolsa brasileña por parte del fondo soberano chino CIC, apenas representa 4% del total invertido fuera del país (CIC es, por ejemplo, un inversor importante en la minera Vale). Pero se están multiplicando los viajes bilaterales y de cara al futuro China apuntó que México, Brasil, Chile y los países andinos están en el punto de mira de futuras inversiones.
Estos vínculos reconfiguran los equilibrios de poderes en la región. A los tradicionales socios estadounidenses y europeos, se suman ahora los asiáticos, en particular los chinos. De cara al futuro, este nuevo socio se presenta como una oportunidad estratégica que no habrá que desaprovechar buscando incentivar asociaciones e inversiones industriales también en sectores tecnológicos y de fuerte valor añadido, en los cuales las empresas chinas se estarán moviendo cada vez más en esta nueva década.



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