Terminó la cumbre de Davos sin mecanismos para controlar crisis ni el cambio climático
Es "inconveniente" una apreciación excesiva del peso, dice Ortiz Martínez
Frente a convulsiones sociales, concluyen que el crecimiento del mundo debe ser incluyente
El ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, consideró hoy aquí que si el peso continúa apreciándose las autoridades monetarias deberían intervenir para evitar efectos negativos sobre la economía.
"Una apreciación excesiva del peso es inconveniente", declaró el ex responsable del Banco de México (BdM), en el contexto de la clausura del 41 Foro Económico Mundial.
Ortiz, asiduo a la reunión en la que participó en calidad de profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), advirtió que “si la apreciación del peso continúa me imagino que las autoridades buscarán remedios.
"La combinación de una política monetaria expansiva a nivel mundial y el hecho de que muchos países se resisten a revaluar su moneda está provocando que los flujos de capital se dirijan a países donde existen menos restricciones para la apreciación de las monedas", explicó.
"México es uno de ellos y esto ha resultado en una apreciación del peso; sin embargo, ha sido bastante menor que la que afrontaron otros países como Brasil y Chile", indicó Ortiz. En su opinión “éste es el dilema que todos los bancos centrales de países emergentes enfrentan.
"Por una parte, los flujos de capital, sobre todo los de corto plazo, son inestables; han estado tratando de evitarlos con intervenciones en el mercado, controles de capital, pero estos controles e intervenciones en la mayoría de los casos han resultado a corto plazo", agregó. Recordó que "en México han estado interviniendo, comprando reservas".
Economías emergentes serán protagonistas de avances
Tras cinco días de discusiones, el Foro Económico Mundial de Davos concluyó con un cúmulo de problemas sin resolver, pero con la certeza de que el euro fue el ganador en estos días de deliberaciones. Los 2 mil 500 representantes de la política y la economía finalizaron esta cumbre edición 41, con una abultada deuda en la eurozona, sin mecanismos de control de la crisis ni acuerdos para contener el cambio climático.
Tanto Francia como Alemania defendieron la estabilidad del euro, rechazaron acusaciones de que la situación europea pasó de "aguda a crónica" y pidieron mejorar la competitividad de Europa.
Aunque en el comunicado final se afirma que la economía global no cayó en un precipicio y se espera un crecimiento en 2011, también se reconoce que éste se desacelerará respecto al año anterior. Sobre este aspecto se admitió en el documento que habrá volatilidad y muchos retos por delante. En un planeta socialmente inestable, con los disturbios de Egipto como telón de fondo, los capitanes de la industria hicieron un llamado "para que los pobres se beneficien con cualquier repunte de la economía global".
Presionados por la preocupación ante las convulsiones en ese país y Túnez, políticos y empresarios convinieron en que el crecimiento debe ser incluyente.
Sobre el particular, el director general del banco indio Icici, Chanda Kochhar, afirmó que el desafío consiste en crear suficientes instalaciones básicas como escuelas, carreteras y viviendas para asegurar que la expansión beneficie a todos.
Se reconoció que economías emergentes como China, Brasil, India y otras serán protagonistas del crecimiento económico este año, pues lograrán avances hasta de 7 por ciento o más.
Sin embargo, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, señaló que el producto interno bruto (PIB) en Europa aumentará entre 1.5 y 1.8 por ciento y para Estados Unidos pronosticó un modesto 3 por ciento
Davos confirmó el cambio en marcha en la balanza del poder económico, con mayor participación de países emergentes como China e India en particular, pero también de Brasil y México por Latinoamérica. Dejó además la sorpresiva promesa de los grandes países de la Organización Mundial de Comercio de un acuerdo sobre la ronda de Doha de liberalización de intercambios comerciales en julio próximo.
En Davos muchas cuestiones quedaron sin resolver: las deudas descomunales no han disminuido, faltan instrumentos para controlar las crisis, no se logró frenar el aumento del costo energético y de la materia prima, mientras el medio ambiente sigue sufriendo.
Es "inconveniente" una apreciación excesiva del peso, dice Ortiz Martínez
Frente a convulsiones sociales, concluyen que el crecimiento del mundo debe ser incluyente
El ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, consideró hoy aquí que si el peso continúa apreciándose las autoridades monetarias deberían intervenir para evitar efectos negativos sobre la economía.
"Una apreciación excesiva del peso es inconveniente", declaró el ex responsable del Banco de México (BdM), en el contexto de la clausura del 41 Foro Económico Mundial.
Ortiz, asiduo a la reunión en la que participó en calidad de profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), advirtió que “si la apreciación del peso continúa me imagino que las autoridades buscarán remedios.
"La combinación de una política monetaria expansiva a nivel mundial y el hecho de que muchos países se resisten a revaluar su moneda está provocando que los flujos de capital se dirijan a países donde existen menos restricciones para la apreciación de las monedas", explicó.
"México es uno de ellos y esto ha resultado en una apreciación del peso; sin embargo, ha sido bastante menor que la que afrontaron otros países como Brasil y Chile", indicó Ortiz. En su opinión “éste es el dilema que todos los bancos centrales de países emergentes enfrentan.
"Por una parte, los flujos de capital, sobre todo los de corto plazo, son inestables; han estado tratando de evitarlos con intervenciones en el mercado, controles de capital, pero estos controles e intervenciones en la mayoría de los casos han resultado a corto plazo", agregó. Recordó que "en México han estado interviniendo, comprando reservas".
Economías emergentes serán protagonistas de avances
Tras cinco días de discusiones, el Foro Económico Mundial de Davos concluyó con un cúmulo de problemas sin resolver, pero con la certeza de que el euro fue el ganador en estos días de deliberaciones. Los 2 mil 500 representantes de la política y la economía finalizaron esta cumbre edición 41, con una abultada deuda en la eurozona, sin mecanismos de control de la crisis ni acuerdos para contener el cambio climático.
Tanto Francia como Alemania defendieron la estabilidad del euro, rechazaron acusaciones de que la situación europea pasó de "aguda a crónica" y pidieron mejorar la competitividad de Europa.
Aunque en el comunicado final se afirma que la economía global no cayó en un precipicio y se espera un crecimiento en 2011, también se reconoce que éste se desacelerará respecto al año anterior. Sobre este aspecto se admitió en el documento que habrá volatilidad y muchos retos por delante. En un planeta socialmente inestable, con los disturbios de Egipto como telón de fondo, los capitanes de la industria hicieron un llamado "para que los pobres se beneficien con cualquier repunte de la economía global".
Presionados por la preocupación ante las convulsiones en ese país y Túnez, políticos y empresarios convinieron en que el crecimiento debe ser incluyente.
Sobre el particular, el director general del banco indio Icici, Chanda Kochhar, afirmó que el desafío consiste en crear suficientes instalaciones básicas como escuelas, carreteras y viviendas para asegurar que la expansión beneficie a todos.
Se reconoció que economías emergentes como China, Brasil, India y otras serán protagonistas del crecimiento económico este año, pues lograrán avances hasta de 7 por ciento o más.
Sin embargo, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, señaló que el producto interno bruto (PIB) en Europa aumentará entre 1.5 y 1.8 por ciento y para Estados Unidos pronosticó un modesto 3 por ciento
Davos confirmó el cambio en marcha en la balanza del poder económico, con mayor participación de países emergentes como China e India en particular, pero también de Brasil y México por Latinoamérica. Dejó además la sorpresiva promesa de los grandes países de la Organización Mundial de Comercio de un acuerdo sobre la ronda de Doha de liberalización de intercambios comerciales en julio próximo.
En Davos muchas cuestiones quedaron sin resolver: las deudas descomunales no han disminuido, faltan instrumentos para controlar las crisis, no se logró frenar el aumento del costo energético y de la materia prima, mientras el medio ambiente sigue sufriendo.
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