Podría originar el incumplimiento en producción y desabasto nacional
Noé Cruz Serrano / El Universal
En su página de internet, la subsidiaria Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) se presenta como un modelo de negocio de “excelencia en materia de seguridad”. Pero en reportes internos y clasificados como reservados, se reconocen los profundos problemas de obsolescencia e inseguridad de sus instalaciones, además de que opera fuera de normatividad.
Las gerencias de Control Operativo, Optimización y Seguridad y de Evaluación y Mejora de PGPB, afirman que “la mayoría de sus centros procesadores de gas que iniciaron sus operaciones hace más de 20 años, carecen de una tecnología adecuada para operar de manera continua, confiable y segura”.
El problema es tan grave que en visitas de la compañía de reaseguros Hidrocarbon Risk Consultants, así como inspecciones a las áreas de mantenimiento y pruebas a los sistemas de procesamiento realizadas por la gerencia de Auditoría de Seguridad Industrial y Protección Ambiental (ASIPA), se detectó la falta de cumplimiento de los requerimientos técnicos normativos vigentes, así como de actualización por obsolescencia tecnológica y necesidad de mejora.
Jordy Herrera, director de PGPB, plantea que la obsolescencia de los equipos origina que las acciones de mantenimiento requieran de mayor tiempo, por la no disposición oportuna de refacciones, lo que ha provocado la interrupción de la cadena productiva.
Explica que, operar con sistemas y equipos fuera de normatividad, eleva los riesgos en la operación de las plantas de procesamiento de gas y condensado, con el peligro de que se presente un incidente o siniestro con la “máxima pérdida estimada”, aunado al aumento de las primas de reaseguro.
Hoy, la filial genera 147 mil millones de pesos anuales por concepto de ventas internas, aunque su balance de divisas es deficitaria.
El diagnóstico, con fecha de julio de 2009, sostiene que la oferta de gas natural para el periodo 2010-2025 se mantendrá en 6 mil 81 millones de pies cúbicos diarios, por lo que se debe eliminar los riesgos que ocasionen la baja de confiabilidad de seguridad, que puedan incumplir los programas de producción y entrega de productos a clientes y otras subsidiarias, ocasionando desabasto a nivel nacional.
De ahí se que busca adquirir e instalar sistemas modernos de seguridad con la finalidad de bajar los riesgos, mediante una inversión de 682.7 millones de pesos a ejercerse entre 2011 y 2013.
La información a la cual EL UNIVERSAL tuvo acceso, muestra por ejemplo que para responder a cualquier eventualidad los centros de trabajo cuentan con camiones contra incendio que datan de 1986, lo que representa que la flota tiene una edad de 22 años . Éstos no pueden actualizarse por su obsolescencia ni pueden ser certificados por normas internacionales o locales, se asegura en el informe
Noé Cruz Serrano / El Universal
En su página de internet, la subsidiaria Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) se presenta como un modelo de negocio de “excelencia en materia de seguridad”. Pero en reportes internos y clasificados como reservados, se reconocen los profundos problemas de obsolescencia e inseguridad de sus instalaciones, además de que opera fuera de normatividad.
Las gerencias de Control Operativo, Optimización y Seguridad y de Evaluación y Mejora de PGPB, afirman que “la mayoría de sus centros procesadores de gas que iniciaron sus operaciones hace más de 20 años, carecen de una tecnología adecuada para operar de manera continua, confiable y segura”.
El problema es tan grave que en visitas de la compañía de reaseguros Hidrocarbon Risk Consultants, así como inspecciones a las áreas de mantenimiento y pruebas a los sistemas de procesamiento realizadas por la gerencia de Auditoría de Seguridad Industrial y Protección Ambiental (ASIPA), se detectó la falta de cumplimiento de los requerimientos técnicos normativos vigentes, así como de actualización por obsolescencia tecnológica y necesidad de mejora.
Jordy Herrera, director de PGPB, plantea que la obsolescencia de los equipos origina que las acciones de mantenimiento requieran de mayor tiempo, por la no disposición oportuna de refacciones, lo que ha provocado la interrupción de la cadena productiva.
Explica que, operar con sistemas y equipos fuera de normatividad, eleva los riesgos en la operación de las plantas de procesamiento de gas y condensado, con el peligro de que se presente un incidente o siniestro con la “máxima pérdida estimada”, aunado al aumento de las primas de reaseguro.
Hoy, la filial genera 147 mil millones de pesos anuales por concepto de ventas internas, aunque su balance de divisas es deficitaria.
El diagnóstico, con fecha de julio de 2009, sostiene que la oferta de gas natural para el periodo 2010-2025 se mantendrá en 6 mil 81 millones de pies cúbicos diarios, por lo que se debe eliminar los riesgos que ocasionen la baja de confiabilidad de seguridad, que puedan incumplir los programas de producción y entrega de productos a clientes y otras subsidiarias, ocasionando desabasto a nivel nacional.
De ahí se que busca adquirir e instalar sistemas modernos de seguridad con la finalidad de bajar los riesgos, mediante una inversión de 682.7 millones de pesos a ejercerse entre 2011 y 2013.
La información a la cual EL UNIVERSAL tuvo acceso, muestra por ejemplo que para responder a cualquier eventualidad los centros de trabajo cuentan con camiones contra incendio que datan de 1986, lo que representa que la flota tiene una edad de 22 años . Éstos no pueden actualizarse por su obsolescencia ni pueden ser certificados por normas internacionales o locales, se asegura en el informe
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