Los sindicatos esperan movilizar, con la gran manifestación de París, a más de dos millones de manifestantes. - La huelga general ha afectado gravemente los transportes
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA - EL PAÍS
Nicolas Sarkozy se enfrenta hoy a la cuarta jornada de huelga general y de protesta masiva en lo que va de año contra su anunciada reforma de las pensiones, que prevé retrasar la edad mínima de la jubilación de los franceses de 60 a 62 años. La última, celebrada el 24 de junio, sacó a la calle cerca de dos millones de franceses, según los sindicatos (800.000, según la policía). Hoy serán más, según estas mismas organizaciones. El Ministerio del Interior cifró en 450.000 las personas que habían participado en protestas en el resto de Francia, sin contar la gran marcha en París, que se desarrolla en estos momentos.
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA - EL PAÍS
Nicolas Sarkozy se enfrenta hoy a la cuarta jornada de huelga general y de protesta masiva en lo que va de año contra su anunciada reforma de las pensiones, que prevé retrasar la edad mínima de la jubilación de los franceses de 60 a 62 años. La última, celebrada el 24 de junio, sacó a la calle cerca de dos millones de franceses, según los sindicatos (800.000, según la policía). Hoy serán más, según estas mismas organizaciones. El Ministerio del Interior cifró en 450.000 las personas que habían participado en protestas en el resto de Francia, sin contar la gran marcha en París, que se desarrolla en estos momentos.
A pesar de la masiva afluencia de la anterior protesta, tanto el presidente de la República como el ministro de Trabajo, Eric Woerth, han asegurado que mantendrán la idea clave de la reforma de retrasar la jubilación, debido a que la consideran "inevitable" por razones demográficas.
La huelga, que ha obligado a cancelar un centenar de vuelos en España, se nota sobre todo en los transportes. En París el metro funciona, según un portavoz de la compañía, al 80%, aproximadamente, pero los trenes de cercanías, verdadero motor de la movilidad de la región parisina, sólo marchan a un 50%. Las alteraciones en el transporte público se han notado en el tráfico rodado, con 200 kilómetros de retenciones en las carreteras y autopistas de la región desde antes de las ocho de la mañana.
Los trenes de largo recorrido también se ven afectados por los paros así como los aviones, debido a que los controladores aéreos se han sumado a los paros. Air France calcula que mantendrá el 100% de los vuelos transoceánicos pero que, en el aeropuerto de Orly, por ejemplo, se anularán el 50% de los de medio y corto recorrido. La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) tuvo que anular todos los trenes de noche, lo que incluye los Talgo que comunican París con Madrid y Barcelona.
La huelga ha tenido mayor seguimiento en el sector público que la de junio, según los datos del propio Gobierno francés. Así, uno de cada cuatro trabajadores de la función pública del Estado (el 24,7%) ha acudido a la huelga, que ha sido secundada también por el 16,2% de los empleados públicos regionales y por el 17,7% de los trabajados de los hospitales.
La dirección de la SNCF informó de que durante la mañana un 42,9% de la plantilla apoyó la huelga, mientras que el sindicato CGT aseguró que los huelguistas alcanzaron el 51,8%, más que en el paro del 24 de junio, informa Efe.
El paro también afecta a la enseñanza pública, a la sanidad y a Correos, entre otros servicios públicos.
En la educación, se registró un apoyo a la huelga del 29,3% de media entre los profesores de enseñanza primaria y secundaria, según los datos oficiales, aunque el sindicato FSU aseguró que el paro es seguido por más del 60% en primaria y por el 55% en secundaria. En el servicio de Correos (La Poste), el seguimiento de la huelga alcanzó durante la mañana el 22,7%, según la dirección de la empresa pública gala. En la empresa privada, como ocurre normalmente en Francia, el paro se prevé menor.
La jornada de protesta coincide con el inicio del debate en la Asamblea Nacional de la ley que modificará las condiciones de jubilaciones de los franceses. Woerth, muy debilitado por el caso L'Oréal -acusado, entre otras cosas, de trato de favor a la anciana millonaria heredera del imperio, Liliane Bettencourt-, será el encargado de defender la medida. Los sindicatos -y la oposición- han puesto en duda su capacidad de conducir y negociar una reforma tan importante dada su delicada y tambaleante situación política (el deporte favorito de los analistas políticos franceses es el de preconizar cuándo caerá Woerth).
Bernard Thibault, secretario general de la CGT, prevé una participación "excepcional" en las manifestaciones organizadas en toda Francia. En París arrancará a las dos de la tarde. "Ahora le toca moverse al Gobierno. Si no, seguiremos movilizándonos", añade Thibault.
La huelga, que ha obligado a cancelar un centenar de vuelos en España, se nota sobre todo en los transportes. En París el metro funciona, según un portavoz de la compañía, al 80%, aproximadamente, pero los trenes de cercanías, verdadero motor de la movilidad de la región parisina, sólo marchan a un 50%. Las alteraciones en el transporte público se han notado en el tráfico rodado, con 200 kilómetros de retenciones en las carreteras y autopistas de la región desde antes de las ocho de la mañana.
Los trenes de largo recorrido también se ven afectados por los paros así como los aviones, debido a que los controladores aéreos se han sumado a los paros. Air France calcula que mantendrá el 100% de los vuelos transoceánicos pero que, en el aeropuerto de Orly, por ejemplo, se anularán el 50% de los de medio y corto recorrido. La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) tuvo que anular todos los trenes de noche, lo que incluye los Talgo que comunican París con Madrid y Barcelona.
La huelga ha tenido mayor seguimiento en el sector público que la de junio, según los datos del propio Gobierno francés. Así, uno de cada cuatro trabajadores de la función pública del Estado (el 24,7%) ha acudido a la huelga, que ha sido secundada también por el 16,2% de los empleados públicos regionales y por el 17,7% de los trabajados de los hospitales.
La dirección de la SNCF informó de que durante la mañana un 42,9% de la plantilla apoyó la huelga, mientras que el sindicato CGT aseguró que los huelguistas alcanzaron el 51,8%, más que en el paro del 24 de junio, informa Efe.
El paro también afecta a la enseñanza pública, a la sanidad y a Correos, entre otros servicios públicos.
En la educación, se registró un apoyo a la huelga del 29,3% de media entre los profesores de enseñanza primaria y secundaria, según los datos oficiales, aunque el sindicato FSU aseguró que el paro es seguido por más del 60% en primaria y por el 55% en secundaria. En el servicio de Correos (La Poste), el seguimiento de la huelga alcanzó durante la mañana el 22,7%, según la dirección de la empresa pública gala. En la empresa privada, como ocurre normalmente en Francia, el paro se prevé menor.
La jornada de protesta coincide con el inicio del debate en la Asamblea Nacional de la ley que modificará las condiciones de jubilaciones de los franceses. Woerth, muy debilitado por el caso L'Oréal -acusado, entre otras cosas, de trato de favor a la anciana millonaria heredera del imperio, Liliane Bettencourt-, será el encargado de defender la medida. Los sindicatos -y la oposición- han puesto en duda su capacidad de conducir y negociar una reforma tan importante dada su delicada y tambaleante situación política (el deporte favorito de los analistas políticos franceses es el de preconizar cuándo caerá Woerth).
Bernard Thibault, secretario general de la CGT, prevé una participación "excepcional" en las manifestaciones organizadas en toda Francia. En París arrancará a las dos de la tarde. "Ahora le toca moverse al Gobierno. Si no, seguiremos movilizándonos", añade Thibault.
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