Alberto Tovar / El Financiero
Ahora resulta que se le debe agradecer a Daniel Karam, director del IMSS, que el cálculo de las pensiones conserve su metodología, cuando el manejo informativo estuvo lleno de confusión, ignorancia y malicia.
Se tenía toda la negra intención de asestar un golpe a las pensiones del IMSS, al fijar el tope máximo en diez veces el salario mínimo, bajando el monto de la jubilación hasta en 60 por ciento a quien se acogiera a la Ley de 1973.
En medio de una resistencia tibia, los actores en torno a esta decisión cayeron en medias verdades y mentiras completas, que finalmente condujeron a una total incertidumbre e indefensión por parte de los derechohabientes.
El tema ya había sido tratado en este espacio el 23 de julio y puede consultarse en www.finanzasparami.com; sin embargo, el ambiente se enrareció aún más. Presento algunas reflexiones al respecto:
1) Se fueron sumando protagonistas a la obra, cuando se hablaba de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el IMSS; también se pronunciaron la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; las cámaras industriales y de comercio; los diputados y senadores; además del involucramiento de la Secretaría de Hacienda en el tema del presupuesto.
Se aventaban la bola unos a otros, sin determinar quién era el responsable y cuál era la resolución definitiva. Hubo mucha especulación y se tardaron demasiado en tener un pronunciamiento oficial.
2) Daniel Karam afirmó en su momento que respetaría lo dispuesto por la SCJN. Sin embargo, los jueces resolvieron sobre casos en particular y sin cambiar la norma del IMSS; es decir, el Instituto podía, si era su voluntad hacerlo, otorgar las pensiones como debe de ser, con un tope de los 25 salarios mínimos.
Es imposible de creer que el director de ese Instituto no lo tuviera claro desde el principio. ¿Por qué no lo dijo?
3) El artículo 192 de la Ley de Amparo dice que la jurisprudencia de la SCJN es obligatoria para "los tribunales unitarios y colegiados de Circuito, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden común de los estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales".
Es decir, el IMSS, al ser una unidad administrativa, no tiene por qué sujetarse a la disposición y sólo se daría en la medida en que ese instituto o un trabajador se inconformara y llegara a algunas de las instancias antes descritas.
4) Ahora Karam reitera que se mantiene el monto de las pensiones actuales y que el cálculo para quien se vaya jubilando seguirá aplicándose con base en el límite general de 25 salarios mínimos.
Lo que no dice es que se sembró la duda e incertidumbre, porque ahora la credibilidad de la institución está aún más deteriorada y en caso de que el IMSS decida cambiar de opinión al respecto, hay una jurisprudencia que le daría la razón a las autoridades en las instancias legales.
5) Un lector de este espacio, Raúl Gutiérrez y Montero, insiste en mencionar que Daniel Karam miente y se queja después de que le aplicaron desde octubre de 2009 en forma indebida el tope máximo de los diez salarios mínimos. Esto mismo lo han reportado otros derechohabientes.
Dice Karam que las pensiones se seguirán calculando como hasta ahora, y la duda es cómo lo hacen, porque todo este problema surge precisamente por la inconformidad de los derechohabientes y la discrecionalidad en su aplicación.
6) Fue tanta la especulación que circulaba el rumor de que la misma Secretaría de Hacienda había alentado la resolución en la SCJN, como presión por las finanzas tan complicadas del IMSS.
7) ¿En dónde estuvieron los sindicatos? Sabemos que los golpeados en esta ocasión eran quienes perciben una pensión "alta", pero que es producto de un trabajo honesto y de un esfuerzo cotidiano, pagando sus respectivas cotizaciones.
Se quería perjudicar de nuevo a la clase media, porque no tiene la posibilidad de hacer una negociación como lo habían hecho con otros sectores, como es el caso de los electricistas.
8) Más allá de los pronunciamientos mediáticos, los diputados y senadores son actores principales en este drama, pues son ellos, como uno de los tres poderes, quienes pueden sentar las bases para que no quede en la discrecionalidad de las autoridades.
9) Fue curioso también que Felipe Calderón, como responsable del Ejecutivo, haya evitado hablar sobre el tema y mandara a la refriega a su gabinete. No se trataba de que un poder se supeditara al otro, sino que al contrario, formara un contrapeso por el bien de la nación. ¿O acaso era una decisión del presidente mediante la SCJN?
10) Las cámaras estuvieron muy activas en sus pronunciamientos, porque fueron presionadas para elevar sus cuotas y porque en algunos casos hubieran tenido que hacer frente al diferencial entre la pensión del IMSS para complementar y cumplir sus compromisos laborales.
En fin, se dieron buenas noticias que dejan un mal sabor de boca y dudas por aclarar.
Se tenía toda la negra intención de asestar un golpe a las pensiones del IMSS, al fijar el tope máximo en diez veces el salario mínimo, bajando el monto de la jubilación hasta en 60 por ciento a quien se acogiera a la Ley de 1973.
En medio de una resistencia tibia, los actores en torno a esta decisión cayeron en medias verdades y mentiras completas, que finalmente condujeron a una total incertidumbre e indefensión por parte de los derechohabientes.
El tema ya había sido tratado en este espacio el 23 de julio y puede consultarse en www.finanzasparami.com; sin embargo, el ambiente se enrareció aún más. Presento algunas reflexiones al respecto:
1) Se fueron sumando protagonistas a la obra, cuando se hablaba de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el IMSS; también se pronunciaron la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; las cámaras industriales y de comercio; los diputados y senadores; además del involucramiento de la Secretaría de Hacienda en el tema del presupuesto.
Se aventaban la bola unos a otros, sin determinar quién era el responsable y cuál era la resolución definitiva. Hubo mucha especulación y se tardaron demasiado en tener un pronunciamiento oficial.
2) Daniel Karam afirmó en su momento que respetaría lo dispuesto por la SCJN. Sin embargo, los jueces resolvieron sobre casos en particular y sin cambiar la norma del IMSS; es decir, el Instituto podía, si era su voluntad hacerlo, otorgar las pensiones como debe de ser, con un tope de los 25 salarios mínimos.
Es imposible de creer que el director de ese Instituto no lo tuviera claro desde el principio. ¿Por qué no lo dijo?
3) El artículo 192 de la Ley de Amparo dice que la jurisprudencia de la SCJN es obligatoria para "los tribunales unitarios y colegiados de Circuito, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden común de los estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales".
Es decir, el IMSS, al ser una unidad administrativa, no tiene por qué sujetarse a la disposición y sólo se daría en la medida en que ese instituto o un trabajador se inconformara y llegara a algunas de las instancias antes descritas.
4) Ahora Karam reitera que se mantiene el monto de las pensiones actuales y que el cálculo para quien se vaya jubilando seguirá aplicándose con base en el límite general de 25 salarios mínimos.
Lo que no dice es que se sembró la duda e incertidumbre, porque ahora la credibilidad de la institución está aún más deteriorada y en caso de que el IMSS decida cambiar de opinión al respecto, hay una jurisprudencia que le daría la razón a las autoridades en las instancias legales.
5) Un lector de este espacio, Raúl Gutiérrez y Montero, insiste en mencionar que Daniel Karam miente y se queja después de que le aplicaron desde octubre de 2009 en forma indebida el tope máximo de los diez salarios mínimos. Esto mismo lo han reportado otros derechohabientes.
Dice Karam que las pensiones se seguirán calculando como hasta ahora, y la duda es cómo lo hacen, porque todo este problema surge precisamente por la inconformidad de los derechohabientes y la discrecionalidad en su aplicación.
6) Fue tanta la especulación que circulaba el rumor de que la misma Secretaría de Hacienda había alentado la resolución en la SCJN, como presión por las finanzas tan complicadas del IMSS.
7) ¿En dónde estuvieron los sindicatos? Sabemos que los golpeados en esta ocasión eran quienes perciben una pensión "alta", pero que es producto de un trabajo honesto y de un esfuerzo cotidiano, pagando sus respectivas cotizaciones.
Se quería perjudicar de nuevo a la clase media, porque no tiene la posibilidad de hacer una negociación como lo habían hecho con otros sectores, como es el caso de los electricistas.
8) Más allá de los pronunciamientos mediáticos, los diputados y senadores son actores principales en este drama, pues son ellos, como uno de los tres poderes, quienes pueden sentar las bases para que no quede en la discrecionalidad de las autoridades.
9) Fue curioso también que Felipe Calderón, como responsable del Ejecutivo, haya evitado hablar sobre el tema y mandara a la refriega a su gabinete. No se trataba de que un poder se supeditara al otro, sino que al contrario, formara un contrapeso por el bien de la nación. ¿O acaso era una decisión del presidente mediante la SCJN?
10) Las cámaras estuvieron muy activas en sus pronunciamientos, porque fueron presionadas para elevar sus cuotas y porque en algunos casos hubieran tenido que hacer frente al diferencial entre la pensión del IMSS para complementar y cumplir sus compromisos laborales.
En fin, se dieron buenas noticias que dejan un mal sabor de boca y dudas por aclarar.
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