El diagnóstico de que la industria nacional regresa a la senda del crecimiento es “erróneo”, corrigió la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), pues “no han desaparecido las secuelas de la recesión”.
“Ni en los pedidos procedentes de Estados Unidos ni en el mercado interno, existen indicios contundentes de una rápida y sólida reactivación de la demanda que acelere el ritmo en el que se realiza la actividad económica. Sí, estamos mejor que en el segundo trimestre de 2009 y las perspectivas mejoran, pero eso no garantiza crecimiento ni desarrollo”, aseguró el organismo privado que dirige Salomón Presburger Slovik.
En el Análisis Pulso Industrial, la Concamin rechazó las perspectivas de las cifras que dan cuenta del desempeño reciente de la actividad fabril apuntan hacia una “vigorosa” reactivación de la planta productiva, por el contrario, “nos aproximamos a la pista de despegue, pero estamos lejos de iniciar el crecimiento”, advirtió.
El organismo conformado por más de 100 cámaras industriales y asociaciones en el país sentenció que pretender enviar la señal de que existe una sólida reactivación industrial, tras 19 meses de retrocesos en producción y empleo, equivale a desconocer o subestimar lo que sucede en la economía formal.
“No confundamos el reencendido de motores con la aceleración previa al vuelo”, pidió.
En los últimos años, la desaceleración económica mundial y la falta de reformas estructurales en el país han causado efectos adversos en la economía mexicana.
El deterioro de los niveles de competitividad ha impedido generar suficientes oportunidades de trabajo para las nuevas generaciones y, asimismo, se ha traducido en la pérdida de empleos formales.
“La mera voluntad política no basta para asegurar niveles adecuados de crecimiento económico para el desarrollo social”, reveló.
La Concamin propuso un programa económico concertado por los distintos sectores, con metas precisas e instrumentos eficaces; un aparato productivo bien pertrechado para enfrentar la creciente competencia con mano de obra de calidad, con los bienes de capital necesarios, los recursos financieros adecuados, con la infraestructura indispensable, adecuados niveles de rentabilidad, bajos costos y mercados capaces de absorber la oferta de bienes y servicios.
Fuente: El Economista
“Ni en los pedidos procedentes de Estados Unidos ni en el mercado interno, existen indicios contundentes de una rápida y sólida reactivación de la demanda que acelere el ritmo en el que se realiza la actividad económica. Sí, estamos mejor que en el segundo trimestre de 2009 y las perspectivas mejoran, pero eso no garantiza crecimiento ni desarrollo”, aseguró el organismo privado que dirige Salomón Presburger Slovik.
En el Análisis Pulso Industrial, la Concamin rechazó las perspectivas de las cifras que dan cuenta del desempeño reciente de la actividad fabril apuntan hacia una “vigorosa” reactivación de la planta productiva, por el contrario, “nos aproximamos a la pista de despegue, pero estamos lejos de iniciar el crecimiento”, advirtió.
El organismo conformado por más de 100 cámaras industriales y asociaciones en el país sentenció que pretender enviar la señal de que existe una sólida reactivación industrial, tras 19 meses de retrocesos en producción y empleo, equivale a desconocer o subestimar lo que sucede en la economía formal.
“No confundamos el reencendido de motores con la aceleración previa al vuelo”, pidió.
En los últimos años, la desaceleración económica mundial y la falta de reformas estructurales en el país han causado efectos adversos en la economía mexicana.
El deterioro de los niveles de competitividad ha impedido generar suficientes oportunidades de trabajo para las nuevas generaciones y, asimismo, se ha traducido en la pérdida de empleos formales.
“La mera voluntad política no basta para asegurar niveles adecuados de crecimiento económico para el desarrollo social”, reveló.
La Concamin propuso un programa económico concertado por los distintos sectores, con metas precisas e instrumentos eficaces; un aparato productivo bien pertrechado para enfrentar la creciente competencia con mano de obra de calidad, con los bienes de capital necesarios, los recursos financieros adecuados, con la infraestructura indispensable, adecuados niveles de rentabilidad, bajos costos y mercados capaces de absorber la oferta de bienes y servicios.
Fuente: El Economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario