lunes, 15 de febrero de 2010

REFORMA FISCAL CON ALIANZAS Y CON RENUNCIAS

Luis Foncerrada Pascal
¿Es necesaria? Cuatro consideraciones. 1) Los ingresos del sector público son muy bajos. México no puede, sin los recursos fiscales que se requieren, satisfacer las necesidades de la sociedad. Es fundamental incrementar los ingresos. Incluyendo los de estados y municipios. Además es urgente, el petróleo se está acabando.
2) El gasto público no se está evaluando, en su totalidad, por resultados. Tampoco está alineado con las prioridades del país: inversión, crear empleo permanente y productivo, certeza jurídica, educación de calidad, infraestructura y otras carencias.
3) ¿Hay rendición de cuentas, transparencia en el gasto? Poca. En cambio tenemos botines, venta de prebendas y desvío de recursos. Las carencias, el desempleo y la calidad de vida continúan en un proceso de deterioro. Los niños, armados, ahora también asaltan. Los hemos abandonado.
4) Otros temas fiscales a incluir en la reforma integral son: el balance estructural, los precios y calidad de los bienes y servicios ofrecidos por el sector público, para que tengan precios iguales a los internacionales, no superiores, y calidad similar, no inferior.
Resolver esto, es precisamente, y con urgencia, la reforma fiscal.
¿Cómo incrementar los ingresos? Dos premisas y dos impuestos. Premisa 1. Ampliar la base de contribuyentes. No importa qué tan sofisticada sea la “ingeniería fiscal”, si no hay más contribuyentes, pagarán los mismos. La informalidad, esto es, la ilegalidad, es insostenible. Todos los ciudadanos, todos, deben pagar impuestos.
Premisa 2. Simplificar. Pagar impuestos es caro y consume más tiempo y más recursos, que lo que se requiere para crear empleos. Simplificar: reducir el número de impuestos y tirar a la basura el laberinto fiscal actual. Hay que eliminar, además, los recovecos que permiten, legalmente, no pagar impuestos.
Para esto, sólo dos impuestos:
a) Un impuesto directo. Sustituir todo el enjambre por un solo impuesto directo, a tasa única, para empresas y personas físicas. (No olvidemos el didáctico kiss: keep it simple stupid!), un impuesto al valor agregado del país, no a las ventas, sino al PIB. Esto permitiría eliminar, también, echando por la borda la madeja de reglas y manuales fiscales que tenemos, todas las prebendas. Que todos los mexicanos, de acuerdo con la Constitución, paguen sus tributos.
b) Un impuesto indirecto. A las ventas. El IVA generalizado al 15%, ninguna otra tasa permitirá recaudar lo que se requiere. Sólo así pagarán todos los mexicanos y además sólo así evitaremos subsidiar a los grupos de ingresos más altos. Una canasta básica también es regresiva, se beneficiaría más a los más ricos. No beneficiemos a todos.
La forma de proteger a los grupos de menores ingresos o a sectores o a regiones, es con transferencias directas, transparentes y dirigidas. Es a través del gasto y no a través de distorsionar el sistema impositivo, además, así sí se puede evaluar el efecto de la asistencia a los grupos de menores ingresos y perfeccionarlo.
¿Cómo mejorar el gasto? Tres recetas:
1) Hay que alinear el gasto público con las prioridades, con el futuro del país. El proceso presupuestario no debe trabajar con un “machote”: el presupuesto del año anterior. Esto sólo perpetúa el vicio de todos los años anteriores y mantiene las prebendas, se elimina el cupo para las prioridades y sólo quedan prebendas. Requerimos alinear año con año, con el gasto, las prioridades, que son muy claras. Sin duda “evaluar”. Ojo con las prioridades, cuidado con las prebendas.
2) Las preguntas para desarrollar cada programa del presupuesto, cada renglón del gasto, deben ser: ¿Se propicia la inversión? ¿Se crearán más puestos de empleo permanente y productivo? ¿Se mejora la calidad de vida? ¿Se mejora la salud? ¿Se mejora la calidad de la educación? ¿Ya medimos los resultados de la asignación anterior? ¿Mejoró la calidad? ¿Se mejora la certeza jurídica en todos los ámbitos de negocios, sobre los derechos de propiedad? ¿Se reducen los tiempos para ejecutar un contrato? ¿En todo este proceso, por ejemplo, se propicia el otorgamiento de crédito?
3) Establecer un mecanismo de transparencia para la ejecución del presupuesto, de tal manera que todos los ciudadanos puedan ver por internet, en tiempo real, cada pago, de cada municipio, de cada estado, de cada secretaría de Estado, de cada poder, para cada programa, para cada proveedor, y así se pueda dar seguimiento a cada proyecto. El programa (software) para hacerlo existe, es tan sólo una decisión política, además administrativa, no se requiere modificar ni dictar ninguna ley. Vamos por la transparencia absoluta. ¿Quién es el primero?
¿Para qué sirve la reforma fiscal? Para alinear las prioridades de México, para gastar mejor y con transparencia. Para recaudar mejor y equitativamente. Para crear un clima favorable para México, para crear oportunidades de estudio y de trabajo. Para educar, para quitarles a los niños de 14 y 15 años y a todos, las armas de las manos. Para educar, para inducir inversión, para generar empleos, para crear infraestructura, para crecer, para vivir en México. Para el futuro, para la historia, para conmemorar, sin mezquindad, el inicio de un nuevo país, ahora, en el 2010. Se trata de México, de nuestra gente, de bienestar, de mercado interno, de inversión, de futuro. Es México.
Para todo esto y por eso, es urgente.
Fuente: El Universal

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