miércoles, 24 de febrero de 2010

ZEDILLO FILTRÓ LA DEVALUACIÓN EN 94, ACUSA SALINAS

El gobierno de Ernesto Zedillo “filtró” a empresarios información sobre la devaluación
Quiebra de bancos en 1995, por seguir directivas de EU: Salinas
La decisión de elevar las tasas “resultó veneno”; 5 millones de mexicanos abandonaron el país
Se vaciaron las arcas nacionales y hubo fuga de capitales que derivó en una década pérdida
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
El ex presidente Carlos Salinas de Gortari responsabilizó al gobierno de su sucesor, Ernesto Zedillo Ponce de León, de haber proporcionado información confidencial a mediados de diciembre de 1994 “a unos cuantos empresarios mexicanos sobre la inminente devaluación”, lo que dio pie para que éstos fugaran sus capitales y vaciaran las reservas internacionales “en unas cuantas horas”. Esta salida de recursos generó lo que llamó una “crisis de insolvencia financiera”.
En una intervención ante ex banqueros y ex funcionarios de su gobierno, llamó a “recuperar el control del sistema de pagos del país”, ahora dominado por bancos extranjeros. Salinas de Gortari participó anoche como orador principal en el seminario Privatización bancaria, crisis y resultados del sector financiero: reflexiones pendientes, organizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Enfatizó que el sistema bancario debe estar en manos nacionales para que atienda las necesidades de los mexicanos y responda a las directrices de los mexicanos.
Ante empresarios como Roberto Hernández, presidente del consejo de administración de Banamex, con quien compartió mesa en la cena, Salinas de Gortari dijo que al ser los bancos mexicanos en su mayoría filiales de extranjeros, si tienen problemas tendrían que atender directrices dictadas por otras autoridades. “Por eso es tan importante recuperar por parte de México el control del sistema de pagos.”
Fue la primera ocasión en que, al menos en público, el ex presidente Salinas realizó una defensa de su gobierno y de las acciones que efectuó antes de entregar la administración a Ernesto Zedillo, poco menos de un mes antes de que una devaluación del peso sumiera al país en una de las mayores crisis de las últimas siete décadas.
En su intervención, y sin mencionar nunca por su nombre a Ernesto Zedillo, el ex presidente Salinas sostuvo que la principal medida para hacer frente a la crisis del peso fue sugerida por las autoridades financieras de Estados Unidos y acatada por el gobierno mexicano.
Citó unas recientes memorias publicadas por el entonces secretario del Tesoro estadunidense, Robert Rubin, en las que se sostiene, según Salinas, que funcionarios de aquel país visitaban en secreto la residencia oficial de Los Pinos para acordar los términos del programa de rescate económico.
Salinas aseguró que el gobierno estadunidense le impuso al de Ernesto Zedillo la decisión de elevar las tasas de interés, aun cuando el equipo de la Secretaría de Hacienda se oponía a esa determinación. Las tasas pasaron de 7 a más de 110 por ciento. Fue esa decisión, dijo, la que provocó la quiebra de la banca mexicana, de miles de empresas y de cientos de miles de familias.
También, siempre citando documentos del Banco Mundial y del Senado mexicano, Salinas de Gortari aseguró que el gobierno de su sucesor transfirió a la sociedad el costo del rescate bancario, que duplicó de hecho la deuda pública de México y que se va a pagar durante 70 años.
Severo con su sucesor y poco autocrítico con su propia gestión, Salinas sostuvo durante su largo discurso que la privatización bancaria estuvo bien hecha y que no fue la causa de la quiebra del sistema bancario en 1995. También aseguró que la venta de los bancos, por la que el Estado obtuvo el equivalente a 13 mil millones de dólares, sirvió para cancelar deuda y que no fueron usados esos recursos para gasto corriente. Se logró, afirmó, un aumento sostenible y no inflacionario del gasto social.
En la cena estuvieron presentes, entre otros, José Ramón López Portillo; el último de los regentes Óscar Espinosa Villarreal, y Carlos Hank Rohn.
Errores en privatización: Aspe
En el proceso de privatización del sistema bancario ocurrieron algunos errores, admitió Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, periodo en que se registró la mayor transferencia de activos públicos al sector privado.
La privatización de bienes del sector público, y en particular la del sistema bancario realizada entre 1991 y 1992, fue puesta a discusión este martes por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, ente privado dirigido por Amparo Espinosa, hija del ex banquero Manuel Espinosa.
“Fue uno de los más grandes errores en la historia de México la privatización y posterior extranjerización de la banca”, apuntó Jesús Silva Herzog, ex secretario de Hacienda y ex embajador de México en Estados Unidos.
“Aquí, en este seminario, nos dijeron que todo fue perfecto, equitativo y transparente. Yo tengo mis dudas porque hubo muchas páginas negras en ese proceso”, añadió.
El Centro de Estudios Espinosa Yglesias organizó el seminario Privatización bancaria, crisis y rescate del sistema financiero: reflexiones pendientes, que reunió a varios de los participantes centrales en ese proceso, ocurrido prácticamente al mismo tiempo que el Estado se desprendía de empresas industriales y de infraestructura.
Así como Silva Herzog expresó una opinión crítica, para uno de los responsables en el gobierno de Carlos Salinas de la privatización de empresas públicas, todo el proceso resultó en beneficio del país. Eso fue lo que consideró Jacques Rogozinski, quien durante esos años fue el coordinador del proceso de desincorporación de empresas públicas.
“El balance final de la privatización de empresas públicas para el país yo creo que es positivo”, afirmó Rogozinski, entrevistado después de participar en el seminario, que fue cerrado a la prensa.
Otro de los actores de ese proceso, Agustín F. Legorreta, quien en la privatización adquirió el hoy extinto banco Inverlat, dijo durante su participación en el foro que fue un error del gobierno de Carlos Salinas haber vendido los bancos –que habían sido nacionalizados en 1982– a dueños de casas de bolsa. Eso fue como mezclar el agua y el aceite, expuso Legorreta, quien hasta la nacionalización era el principal accionista de Banamex.
El proceso de extranjerización de la banca, que se profundizó a partir de la crisis de 1995 y que ha llevado a que actualmente 85 por ciento de los activos del sistema de crédito esté en manos de inversionistas foráneos, fue uno de los puntos cuestionados por asistentes a este foro.
Fue el caso de Antonio del Valle Ruiz, quien durante la privatización adquirió el hoy extinto banco Bital –actualmente HSBC–, cuyo control no pudo mantener después de la crisis de 1995. “En la privatización bancaria hubo los errores que aceptó Pedro Aspe de que se les colaron algunos que no solamente no eran banqueros, sino que tampoco eran personas capaces”.
Del Valle Ruiz, actualmente presidente del banco Bx+, participó en el seminario y posteriormente en entrevista comentó que el resultado de la privatización bancaria no fue tan bueno porque “vio la crisis de 1994, porque independientemente de que el proceso fue perfectamente claro hubo algunos errores importantes”.
Preocupante, extranjerización del sistema financiero
Del Valle consideró “preocupante” que más de 80 por ciento de los activos del sistema bancario esté en manos de los extranjeros. “Eso tiene que cambiar, hacen falta muchos años para que eso se revierta, pero se va a revertir algún día. Habrá empresarios mexicanos que con el tiempo puedan tener instituciones muy fuertes que puedan revertir esta situación”.
En ese punto coincidió Silva Herzog. El ex secreario de Hacienda estimó que sí es posible revertir la extranjerización del sistema bancario. “Poco a poco vamos a ir recuperando la propiedad de la banca extranjera en manos mexicanas. Es un deseo y es una posibilidad”.
Rogozinski defendió lo que llamó transparencia del proceso de licitación y venta de empresas públicas durante el tiempo que estuvo a cargo de esa función en el gobierno de Carlos Salinas.
En lo que estuvo de acuerdo es en que el control del sistema bancario mexicano debe estar más equilibrado y no cargado hacia los extranjeros como ocurre ahora. “Debe haber un balance mayor entre capital nacional y extranjero y ojalá este último fuera menor”, añadió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario