viernes, 19 de febrero de 2010

IMPUESTO ALA ESPECULACIÓN

Enrique del Val Blanco / El Universal
Han pasado más de 30 años desde que el economista James Tobin propusiera un impuesto a las transacciones financieras realizadas en los mercados internacionales de divisas, con el fin principal de reducir la especulación y de esa forma lograr que los mercados fueran más estables.
Por supuesto causó escándalo y fue muy criticado bajo el argumento de que era irrealizable. No obstante, tres años después le fue otorgado el Premio Nobel de Economía. Han pasado varios lustros y en el mundo entero hemos sufrido una terrible especulación monetaria que ha enriquecido a unos pocos. Cada vez que hay una crisis financiera aparecen de inmediato los especuladores y se aprovechan. A la fecha ningún gobierno ha logrado hacer algo más que quejarse.
Hoy lo estamos viendo con la crisis reciente, en países como Grecia y España. Esta última, incluso, ha solicitado a su Centro Nacional de Inteligencia que investigue quiénes son los especuladores que han operado en contra de su país. Ya es famosa la frase del economista Nouriel Roubini, expresada en el reciente foro de Davos: “Si Grecia cae es una amenaza para la zona euro, si lo hace España es un desastre”.
En muchos países se han hecho varios intentos desde la sociedad civil, principalmente las universidades, para lograr el establecimiento de la tasa Tobin, que además de estabilizar los mercados permitiría tener recursos para atender las necesidades más ingentes de muchos pueblos. Según el economista español Jesús Lizcano, en un artículo publicado en El País, las transacciones financieras tienen un importe 75 veces superior al de las transacciones reales, de bienes y servicios. El mercado de divisas es el mayor mercado del mundo, con un volumen de operaciones 15 veces superior al PIB mundial y 60 veces superior al comercio internacional.
Son datos impresionantes que reflejan lo que hoy es el capitalismo y la especulación financiera en manos de banqueros y financieros a quienes no les importa la salud económica o física de los países y sus habitantes. La única salud que les preocupa es la de la abultada chequera y así lo han demostrado.
La situación es tan grave que Lord Turner, máximo responsable de la regulación financiera en Gran Bretaña, en agosto pasado propuso simple y llanamente la aplicación de la tasa Tobin como una herramienta necesaria para todas las transacciones financieras, no sólo las de divisas. Varios presidentes o primeros ministros de la zona euro han secundado la propuesta y, lo que es más sorprendente, el Consejo Europeo ha pedido al Fondo Monetario Internacional que estudie la posibilidad de implantarla; petición que les habrá causado escozor.
De antemano sabemos que opondrán toda serie de prejuicios y obstáculos. Seguramente pasarán otras crisis y los especuladores se enriquecerán más, hasta que se logre aplicar la tasa Tobin, que es una de las mejores propuestas en contra de la especulación. Si existe la decisión de los gobiernos será más sencillo implantarla. Ojalá sea en el corto plazo.
Analista político y economista

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