sábado, 20 de febrero de 2010

URGEN ECONOMISTAS A UNA REFORMA QUE EVITE EL COLAPSO

Laura Banda / Diario de Querétaro
El presidente nacional del Colegio de Economistas, Angel Buendía Tirado, acusó que hoy, en México, existe un modelo económico atrofiado, injusto e incapaz de rescatar a la nación del tobogán de la descomposición.
Dijo que estamos viviendo el colapso de un modelo diseñado para preservar privilegios, y es evidente, agregó que a la República le urge la identificación, la construcción, el fortalecimiento de espacios políticos fértiles en donde se pueda pactar, en la gran mesa de la República, lo que más nos importa.
Indicó que es indispensable avanzar hacia la formulación democrática de una propuesta de reforma del Estado y económica.
En el primer caso, una reforma "que actualice el vetusto, el viejo régimen político, y nos permita construir mayorías estables sin anular la presencia de las minorías activas. Una reforma, al final de cuentas, que aliente el término de nuestra transición inacabada".
En el tema económico, que defina la nueva misión del Estado en esta materia, una reforma integral, dotada del imprescindible soporte social, no puede ser cupular, ni vertical, o autoritaria.
Remarcó que, hoy en día, se tiene un modelo cansado que no responde a la nueva realidad, y en el que además cometemos frecuentemente el costoso error de rellenar la escasez de nuevas formas que logramos con los viejos contenidos.
Al intervenir en el acto inaugural del Congreso nacional de este gremio que se reúne en el Estado, advirtió que la nación huele a pólvora y pobreza, " y esa mezcla es angustiosamente peligrosa, la fuerza de las instituciones republicanas no se recupera con el acero de las armas, sino con mejor democracia y visión de estado, por eso tenemos que avanzar hacia la gran reforma económica que se demanda; que sea integral, que recupere las mejores experiencias del estado mexicano y retome su naturaleza y vocación social".
Asimismo, cuestionó la política de economía global, ya que "ser globales se convirtió en una promesa de prosperidad. Ser globales era la oferta, era el camino y era el destino, ser globales era la receta para acabar con la desigualdad, con la pobreza", pero, al contrario, ha sido la extensión de la influencia y la imposición de los intereses de un pequeño grupo de naciones dominantes.

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