lunes, 22 de febrero de 2010

RIESGOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA

BARÓMETRO FINANCIERO
Rodolfo Navarrete / El Financiero
La semana pasada, la junta de gobierno del Banco de México (Banxico) mantuvo sin cambios la tasa de interés de referencia, a la vez que dejaba traslucir una cierta inquietud sobre el comportamiento de la inflación, misma que permite percibir una ligera inclinación del banco central hacia una política un tanto más restrictiva.
En el comunicado que acompañó su decisión, el Banxico señaló que la inflación de enero "no parece" mostrar efectos de segundo orden derivados de los aumentos en los impuestos y en los precios y tarifas públicas.
No obstante, se mostró preocupado por el incremento superior al estimado en los precios de algunos productos importantes dentro del Índice Nacional de Precios al Consumidor (tales como la cerveza, los cigarros, las servilletas de papel, los focos, etcétera) y por el inusualmente alto aumento observado en los precios de algunos productos concertados, en particular del transporte urbano, mismos que, cree, podrían afectar la dinámica de la formación de precios.
Vale decir que en alguna medida se estarían presentando dos de los riesgos que el banco central había anticipado (informe sobre la inflación del cuarto trimestre de 2009) podrían afectar la trayectoria futura del crecimiento de los precios.
Estos temores traen a la mente el último reporte sobre la inflación del cuarto trimestre de 2009 del Banxico, en el que se señala que la trayectoria del crecimiento de los precios al consumidor durante 2010 podría estar sujeta al menos a seis tipos de riesgos:
1) Un deterioro de las expectativas de la inflación de largo plazo, consecuencia del repunte de la inflación que se anticipa.
2) Una magnitud distinta a la estimada en los ajustes previstos a las cotizaciones de los bienes y servicios administrados y concertados.
3) Traspaso a precios de las modificaciones tributarias que aprobó el H. Congreso de la Unión distinto del estimado.
4) Condiciones climatológicas que afecten la oferta de frutas y verduras.
5) Una recuperación de la actividad económica a un ritmo distinto al que se anticipa.
6) Reversión sobre los flujos de capital que incida adversamente sobre el tipo de cambio.
Vale decir que el banco central indica explícitamente que hoy al menos dos de esos temores o riesgos se están presentando, por lo que deberíamos estar alertas sobre su desempeño para ver si pueden provocar o no un cambio en la conducción de la política monetaria.
Sin embargo, aunque el Banxico no lo reconoce explícitamente, la mayor parte de los otros riesgos también se está presentando.
Empecemos por los más evidentes. En primer término, todo parece indicar que la recuperación de la actividad económica se está dando a un ritmo más rápido del que originalmente se anticipaba.
Al respecto, la semana pasada la SHCP revisó inusualmente al alza sus expectativas de crecimiento económico para este año, al pasarlas de 3.0 a 3.9 por ciento, alineándolas así con las estimaciones del FMI, aunque sin considerar el promedio de las expectativas de los economistas del sector privado, que según la última encuesta se encuentra sobre 3.5 por ciento.
Esto, obviamente, reduce la brecha producto mexicano, que desde el punto del vista del banco central desempeña un papel importante en el control de la inflación mexicana.
En tal sentido, el banco entiende que una reducción de la brecha debería bajar justamente la posibilidad de que se pueda llevar a cabo con éxito ese control.
En segundo término, de acuerdo con los resultados de la inflación de enero, uno de los factores que determinó que el crecimiento de los precios fuera superior al estimado (1.09 contra 0.82 por ciento), fue el incremento observado en los precios de algunas frutas y verduras, que resintieron el cambio de las favorables condiciones climatológicas que habían dado cuenta de una extraordinaria caída en sus precios en las últimas semanas del año pasado y principios de éste.
En vista de que al parecer la estacionalidad de baja de los precios de algunos productos, como el jitomate, se trasladó de la segunda quincena de febrero a la primera de enero, es de esperarse que este fenómeno de alza en los precios de frutas y verduras se sostenga en las siguientes semanas, cumpliéndose así otros de los riesgos fijados por el banco.
En tercer término, las expectativas de la inflación de 2010 siguen deteriorándose. Según la encuesta de expectativas de Infosel, éstas pasaron de 5.01 por ciento al cierre del año pasado a 5.21 el viernes pasado, mientras que las expectativas de los tres subsiguientes años se mantienen relativamente estables, aunque después de un fuerte deterioro iniciado desde que se conoció el contenido del paquete fiscal de 2010.
Si bien, en estricto sentido, el conjunto de estos elementos estaría señalando la proximidad de una restricción monetaria, todo parece indicar que el Banxico se abstendrá de hacerlo, ante el temor de que un aumento de las tasas de interés pueda provocar una mayor apreciación cambiaria, que sería la antesala de una fuerte reversión de los flujos de capital, que provoque la depreciación del tipo de cambio y, con ello, una importante presión alcista sobre la inflación.
Sin embargo, no hay que perder de vista que tal apreciación no sólo se puede provocar con un aumento de las tasas internas de interés. Hoy, todo parece indicar que es el exceso de liquidez el determinante más importante de tal fenómeno.
En resumen, poco a poco se están dando los riesgos que había señalado el banco central podrían afectar el comportamiento futuro de la inflación.
Si bien esto debería orillarnos a pensar que se encuentra próxima la restricción monetaria, es probable que el banco se abstenga de hacerlo con el objetivo de no provocar una excesiva apreciación cambiaria, que a la larga terminaría en una fuerte fuga de capitales.
Economista del sector privado


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