Reporte Económico
David Márquez Ayala
Y de pronto, cuando en la Ibero
abrieron los ojos... el dinosaurio seguía ahí ...; pero esta vez no
callaron... y 131 rostros indignados detonaron una inesperada presencia
cuya ausencia a muchos nos apabullaba..., porque cuando en el agobio de
la crisis múltiple, en la desolación de la debacle, las voces jóvenes no
se escuchan, entonces la palabra esperanza deja de tener sentido...
pero ¡no! no estaban muertos... andaban de parranda neuronal... y el
silencio de los inocentes empieza a articularse en un rugido de
significado aun dudoso, pero sin reserva jubiloso.
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