martes, 18 de enero de 2011

LOS RESULTADOS CLAMAN CAMBIOS EN EL PROYECTO NACIONAL DE DESARROLLO

Jesús Alberto Cano Vélez (*) / Excelsior

El país ha experimentado una larga etapa de lento crecimiento económico; siendo la primera década del nuevo siglo la peor fase de ese período, consecuencia del manejo neoliberal de la economía por gobiernos que se han rehusado a seguir políticas públicas orientadas a la realización de metas económicas y sociales, evidenciando una total resistencia a aplicar políticas de saneamiento económico. Insisten en esperar a que el Mercado resuelva la problemática de desempleo y pobreza crecientes.
Y no duden que esos flagelos son reales y crecientes en México. Todas las fuentes de información económica, mexicanas e internacionales de prestigio, así concluyen.

La constante ha sido insensibilidad a las necesidades de la gente, y la escasa disponibilidad de empleos en el sector formal, mientras que desempleo y bajos salarios caracterizan al sector informal de la economía.

En suma, México ha sufrido de estancamiento económico, creciente desigualdad social, incertidumbre económica y violentas manifestaciones del crimen organizado, como robos, secuestros y asesinatos, generalizados en casi todo el país, contra civiles inocentes. El crimen organizado está llevándose –reclutando—a nuestra juventud, por convencimiento ante la pobreza o a la fuerza.

Respuesta de El Colegio Nacional de Economistas

Es por ello que ante la total ausencia de políticas gubernamentales de saneamiento económico y social, el Colegio Nacional de Economistas, con la participación de los colegios de los Estados, ha abierto un gran debate nacional incluyente, plural y participativo, que durará lo que resta de este año. Es urgente promover un cambio en la actitud pasiva del gobierno federal y revitalizar el proyecto nacional de desarrollo.
Estos temas serán tratados en 10 reuniones regionales, que están en puerta. La próxima será en Guadalajara, el 4 de febrero.

Nuestra generación de economistas está llevando a cabo este esfuerzo. Mientras, la inseguridad que ha solapado la paz social, distorsiona las prioridades y los esfuerzos económicos y productivos de la gente. Ahora tienen que ejercer acciones, recursos y tiempo para repeler violencia y defenderse del crimen, en vez de producir para crecer de nuevo con rapidez y equidad.

Sufrimos un estancamiento económico que ha perdurado un largo período, en el que el ingreso nacional ha crecido a ritmos de apenas 1% anual, en promedio.

Luego también el Estado mexicano ha perdido capacidad frente a los problemas económicos actuales que enfrenta, como la excesiva monopolización de la economía, en especial de las áreas vinculadas a concesiones públicas.

Los sistemas tributarios –federal, estatal y municipal-- son débiles; llenos de privilegios y desperdicios. Además, mantienen un exceso de gasto corriente, con opacidad, discrecionalidad e ineficiencia en su ejercicio. Las haciendas públicas no generan los volúmenes de ingresos que la economía requiere para que pueda haber niveles adecuados de inversión en infraestructura y en capital humano.

Casi todos los otrora eficientes instrumentos económicos gubernamentales han perdido efectividad. Se requiere, por ejemplo, una reforma monetaria y financiera, que obligue a la banca comercial --extranjera y mexicana-- a ser elementos de apoyo a la economía de más de 112 millones de mexicanos, en un territorio de amplia extensión, con dos inmensos y productivos litorales.

Como nunca antes en la historia moderna de México, más de la mitad de los mexicanos vive en condiciones de pobreza. Las últimas tres décadas han marcado a toda una generación. En este lapso, las desigualdades entre personas y regiones también se ha acentuado. Mientras que la situación económica de la gran mayoría de las familias se estancó o empeoró, la de unas cuantas se hizo más rica.

Ese desempeño negativo ocurrió a pesar de reformas de gran trascendencia, como los múltiples convenios de libre comercio que México firmó con diversos países. En este período México se insertó de manera irreversible en la globalización de la economía mundial, sin estrategias para lograr los cambios internos requeridos. No se lograron los empleos necesarios ni las condiciones para que más familias accedieran a un nivel de vida digno.

Una vez más, se hace imperativo replantear nuestro proyecto nacional.

*) Presidente de El Colegio Nacional de Economi

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