lunes, 7 de junio de 2010

NO ES CORDERO, ES CORDERA

Jorge Chabat / El Universal
En la época del priato, los presidentes, una vez que eran electos, o incluso desde que eran nombrados candidatos del tricolor, que para el caso era lo mismo, comenzaban a pensar en una decisión fundamental para su futuro: su sucesor. Varios se equivocaban: designaban a quien en busca de obtener legitimidad propia, los iba a tratar mal. Pero, de cualquier forma, esa decisión consumía gran parte de su energía y les quitaba el sueño. Parte del juego consistía en esconder bien a su “tapado” para que no lo golpearan demasiado, por lo que siempre había varios posibles sucesores.
Con la llegada del PAN a la Presidencia y con el hecho de que, a diferencia de lo que ocurría en la época dorada de la dominación priísta, ningún candidato tiene asegurado el triunfo, el juego se complicó. No obstante, ello no impidió que Vicente Fox tuviera sus tapados y tapadas, los cuales, para fortuna del PAN, no llegaron a ser candidatos. En este sentido, el gobierno de Calderón no parece ser la excepción. Cuando asume la Presidencia hay un grupo de miembros de su círculo cercano que empiezan a perfilarse como posibles candidatos del PAN y, eventualmente, sucesores. No obstante, dos hechos han complicado este proceso. Por una lado, quizás con el afán de proteger a su posible sucesor, Calderón ha preferido tener una baraja de sucesores poco expuesta. De hecho, ha buscado tener un gabinete de bajo perfil, lo cual ha ocasionado que, a diferencia de lo que ocurre en el PRI y en el PRD, no hay un posible candidato muy visible. Claro, ello ha servido para que algunos panistas ajenos al grupo de Calderón como Santiago Creel e incluso abiertamente opositores al Presidente, como Manuel Espino, se autopromuevan. Por otro lado, lo cierto es que los alfiles del presidente Calderón se han ido cayendo uno a uno por diversas razones. Quien parecía ser el claro favorito para ser el candidato del PAN, Juan Camilo Mouriño, falleció en un trágico accidente en noviembre de 2008. Y los otros miembros del círculo cercano calderonista han ido cayendo políticamente o están muy debilitados: Germán Martínez, César Nava, Juan Molinar. Ciertamente quedan otros dos delfines: Ernesto Cordero y Javier Lozano. Ambos han logrado mantenerse en sus puesto y no han sido demasiado golpeados políticamente a pesar de lo complicado de su encargo, pero no parecen crecer políticamente. Al menos no hasta ahora. Es por ello que una “outsider” del grupo calderonista, pero que tampoco forma parte de los talibanes anticalderonistas, ha decidido lanzarse: Josefina Vázquez Mota.
La actual coordinadora de la bancada panista en la Cámara de Diputados fue secretaria de Desarrollo Social con Fox donde hizo un papel más que decoroso, luego fue parte del equipo de campaña de Felipe Calderón en 2006 y fue nombrada en este gobierno como secretaria de Educación Pública donde hasta 2009 resistió heroicamente los embates de la “profesora”. En fin, tiene amplia experiencia en la política y ciertamente un apoyo importante dentro del PAN. Ella fue la más aclamada por el público panista cuando Calderón presentó su gabinete en la ceremonia posterior a su accidentada toma de posesión en el Congreso el 1 de diciembre de 2006, llevada a cabo en el Auditorio Nacional. Desde esta perspectiva, en estos momentos parecería la mejor apuesta panista para contender por la Presidencia frente a un PRI que está crecido y envalentonado. La gran pregunta que subsiste es si el presidente Calderón usará el poder que tiene en el PAN para impulsar a un candidato más afín a él y apostarle a que en la campaña puede crecer o decidirá irse con una candidata que de entrada parecería tener más posibilidades de ganar, según sugieren las encuestas que han empezado a circular a raíz de que Vázquez Mota se apuntó abiertamente para competir por la grande. Calderón ha mostrado ser un jugador que juega a la ofensiva en política y puede caer en la tentación de impulsar a Lozano y, sobre todo, a Cordero. No obstante, la regla más elemental de la política es la sobrevivencia y es difícil pensar que el presidente Calderón estará muy contento entregándole la banda a Peña Nieto o Beltrones el 1 de diciembre de 2012. En ese sentido, la lógica política más simple diría que el candidato del PAN, como dice el título de la obra teatral de León Felipe, No es cordero, es cordera. Ya veremos.
Analista político e investigador del CIDE


No hay comentarios:

Publicar un comentario