SERGIO SARMIENTO / REFORMA
JAQUE MATE
"No es el dinero sino la suma de bienes y servicios lo que determina la pobreza o prosperidad de una nación."
Thomas Sowell
Hoy hace 40 años, el 15 de agosto de 1971, el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, anunció un programa de emergencia que buscaba cambiar el sistema económico mundial. A pesar de su reputación como político conservador, el "choque de Nixon" fue populista en lo político e intervencionista en lo económico. El propio Hugo Chávez habría estado orgulloso de aplicarlo.
Ese domingo de verano, después de una larga reunión secreta en Camp David, Nixon anunció controles de precios y aranceles más altos a las importaciones. Además, decretó el fin de la convertibilidad del dólar en oro que había sido la base del sistema monetario internacional surgido en 1944 en la reunión de Bretton Woods.
El choque de Nixon fue aplaudido por los comentaristas de izquierda, que entendieron que estaba ampliando por decreto el control del gobierno sobre la economía, y por los conservadores, que parecieron no comprender lo que el presidente republicano había hecho. El índice Dow Jones de Nueva York tuvo el lunes 16 de agosto de 1971 su mayor aumento en la historia hasta ese entonces y el presidente consiguió la reelección en 1972.
Los controles de precios buscaban frenar una escalada inflacionaria producida por el exceso de gasto público de la guerra de Vietnam y los programas sociales impulsados en la década de 1960 por Lyndon Johnson. La inflación en Estados Unidos había pasado de 0.97 por ciento en 1964 a 5.57 por ciento en 1970 (InflationData.com). Los controles la moderaron en un principio: 1971 cerró con 3.27 por ciento y 1972 con 3.41; pero con el tiempo redujeron también la producción de bienes y servicios. Los productores estadounidenses no tenían ya el mismo incentivo para invertir o para dejar sus productos en el mercado nacional. Las exportaciones de carne a Canadá, por ejemplo, se incrementaron. Los mayores aranceles a las importaciones disminuyeron también la oferta de productos en el mercado local.
En consecuencia, los precios subieron 8.71 por ciento en 1973 y 12.34 por ciento en 1974. Los controles tuvieron que ser abandonados. Nixon ya había conseguido reelegirse como presidente en 1972, pero la Reserva Federal tuvo que restringir severamente la política monetaria en 1974, con lo que finalmente bajó la inflación, pero provocó una severa recesión que costó millones de empleos.
Para el momento en que Nixon decidió eliminar la convertibilidad del dólar en oro, la cual permitía a cualquier gobierno exigir el metal de las reservas de Estados Unidos a cambio de papeles impresos llamados dólares, la Unión Americana ya carecía de suficientes reservas para respaldar los dólares en circulación en el mundo. Por eso, el Reino Unido y Suiza habían empezado a cambiar dólares por oro. Se sabía que tarde o temprano Estados Unidos tendría que declararse insolvente.
El fin de la convertibilidad ha sido descrito por Joel Kurtzman del Harvard Business Review como el día de "la muerte del dinero". Efectivamente, en ese 15 de agosto hubo un cambio en su naturaleza. El dólar, base del sistema monetario internacional, dejó de ser la representación de un objeto de valor real, el oro, por el que podía intercambiarse a libre voluntad. A partir de ese momento el dólar, y todas las divisas que derivan su valor de reservas en dólares, son simples unidades de contabilidad que la gente acepta como algo valioso simplemente por la confianza que les tiene.
El sistema monetario internacional se ha convertido en una gran pirámide, como la de Bernard Madoff, que se mantiene solamente mientras la gente no quiera cambiar sus dólares por objetos de verdadero valor.
ESPECTACULAR JOSEFINA
El país está tapizado de espectaculares, promocionales y anuncios de Josefina Vázquez Mota. Qué bueno que nos dijeron que con la reforma electoral del 2007 se eliminaban las precampañas ilegales y la influencia del dinero privado en la política.
JAQUE MATE
"No es el dinero sino la suma de bienes y servicios lo que determina la pobreza o prosperidad de una nación."
Thomas Sowell
Hoy hace 40 años, el 15 de agosto de 1971, el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, anunció un programa de emergencia que buscaba cambiar el sistema económico mundial. A pesar de su reputación como político conservador, el "choque de Nixon" fue populista en lo político e intervencionista en lo económico. El propio Hugo Chávez habría estado orgulloso de aplicarlo.
Ese domingo de verano, después de una larga reunión secreta en Camp David, Nixon anunció controles de precios y aranceles más altos a las importaciones. Además, decretó el fin de la convertibilidad del dólar en oro que había sido la base del sistema monetario internacional surgido en 1944 en la reunión de Bretton Woods.
El choque de Nixon fue aplaudido por los comentaristas de izquierda, que entendieron que estaba ampliando por decreto el control del gobierno sobre la economía, y por los conservadores, que parecieron no comprender lo que el presidente republicano había hecho. El índice Dow Jones de Nueva York tuvo el lunes 16 de agosto de 1971 su mayor aumento en la historia hasta ese entonces y el presidente consiguió la reelección en 1972.
Los controles de precios buscaban frenar una escalada inflacionaria producida por el exceso de gasto público de la guerra de Vietnam y los programas sociales impulsados en la década de 1960 por Lyndon Johnson. La inflación en Estados Unidos había pasado de 0.97 por ciento en 1964 a 5.57 por ciento en 1970 (InflationData.com). Los controles la moderaron en un principio: 1971 cerró con 3.27 por ciento y 1972 con 3.41; pero con el tiempo redujeron también la producción de bienes y servicios. Los productores estadounidenses no tenían ya el mismo incentivo para invertir o para dejar sus productos en el mercado nacional. Las exportaciones de carne a Canadá, por ejemplo, se incrementaron. Los mayores aranceles a las importaciones disminuyeron también la oferta de productos en el mercado local.
En consecuencia, los precios subieron 8.71 por ciento en 1973 y 12.34 por ciento en 1974. Los controles tuvieron que ser abandonados. Nixon ya había conseguido reelegirse como presidente en 1972, pero la Reserva Federal tuvo que restringir severamente la política monetaria en 1974, con lo que finalmente bajó la inflación, pero provocó una severa recesión que costó millones de empleos.
Para el momento en que Nixon decidió eliminar la convertibilidad del dólar en oro, la cual permitía a cualquier gobierno exigir el metal de las reservas de Estados Unidos a cambio de papeles impresos llamados dólares, la Unión Americana ya carecía de suficientes reservas para respaldar los dólares en circulación en el mundo. Por eso, el Reino Unido y Suiza habían empezado a cambiar dólares por oro. Se sabía que tarde o temprano Estados Unidos tendría que declararse insolvente.
El fin de la convertibilidad ha sido descrito por Joel Kurtzman del Harvard Business Review como el día de "la muerte del dinero". Efectivamente, en ese 15 de agosto hubo un cambio en su naturaleza. El dólar, base del sistema monetario internacional, dejó de ser la representación de un objeto de valor real, el oro, por el que podía intercambiarse a libre voluntad. A partir de ese momento el dólar, y todas las divisas que derivan su valor de reservas en dólares, son simples unidades de contabilidad que la gente acepta como algo valioso simplemente por la confianza que les tiene.
El sistema monetario internacional se ha convertido en una gran pirámide, como la de Bernard Madoff, que se mantiene solamente mientras la gente no quiera cambiar sus dólares por objetos de verdadero valor.
ESPECTACULAR JOSEFINA
El país está tapizado de espectaculares, promocionales y anuncios de Josefina Vázquez Mota. Qué bueno que nos dijeron que con la reforma electoral del 2007 se eliminaban las precampañas ilegales y la influencia del dinero privado en la política.
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