"Mi país nunca estuvo ni está en declive", dice el vicepresidente Biden en Pekín
El gigante asiático quiere garantías para sus inversiones en bonos de deuda
Biden ha tomado contacto con la nueva generación de líderes chinos
JOSE REINOSO – EL PAÍS
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ha llegado a Pekín con una palabra muy querida por las autoridades chinas en el zurrón: estabilidad. Biden, que aterrizó en la capital el miércoles por la tarde para una visita de cinco días de duración, fue recibido ayer en el Gran Palacio del Pueblo por su homólogo chino, Xi Jinping, a quien dijo que la relación con Pekín es prioritaria para Washington y que "la estabilidad económica del mundo depende en buena medida de la cooperación entre EE UU y China". "Es la clave, en mi opinión, de la estabilidad económica global", señaló.
"Yo, también, creo que, dada la nueva situación, China y Estados Unidos tienen para siempre amplios intereses comunes, y cargamos para siempre con importantes responsabilidades comunes", afirmó por su parte Xi, quien está previsto que suceda a Hu Jintao a finales del año que viene en la secretaría general del Partido Comunista Chino, y en marzo de 2013, en la presidencia del país.
La visita del vicepresidente estadounidense tiene una doble vertiente. Por un lado, está destinada a incrementar el conocimiento de la nueva generación de líderes chinos y, por otro, a calmar las inquietudes sobre la solvencia norteamericana. En los días previos a su llegada, la prensa oficial china ha criticado con acidez a Washington, especialmente después de que la agencia Standard & Poor's degradara la calificación de riesgo de su deuda soberana.
Pekín quiere que Biden le garantice que sus inmensas inversiones en dólares están a salvo. Xi dejó claro que las inquietudes sobre la economía dominan las relaciones por ahora, pero pareció adoptar una posición suave. Expresó confianza en las perspectivas económicas estadounidenses y no mostró preocupación por su endeudamiento, según explicaron funcionarios estadounidenses, informa Reuters. China tiene unas reservas de divisas extranjeras de 3,2 billones de dólares, de las cuales dos tercios son en el billete verde. De estos, 1,2 billones de dólares son bonos del Tesoro.
Biden explicó a Xi los pasos dados por su Gobierno para controlar el déficit público y le dijo que Estados Unidos puede liderar aún la economía global, según las mismas fuentes. Al mismo tiempo, le pidió detalles sobre cómo está cambiando China el modelo económico para hacerlo menos dependiente de las exportaciones y le dijo que si Pekín permite al yuan que se aprecie y levanta las barreras a la importación, contribuirá a que Estados Unidos mantenga el comercio abierto y las inversiones en China.
El tono empleado por los columnistas chinos estos días ha dejado entrever cierto sentimiento de que tras años en los que el país asiático ha tenido que escuchar lecciones por parte de Washington sobre el valor del yuan, la deficitaria balanza comercial bilateral para Estados Unidos, la piratería intelectual o los derechos humanos, Pekín se encuentra ahora en una posición de fuerza.
Biden, sin embargo, ha querido contrarrestar la impresión de que el poder y la confianza de la primera economía y superpotencia del mundo coticen a la baja. "Llevo 38 años en la función pública. Durante ese tiempo, mucha gente ha dicho, como algunos dicen ahora, que Estados Unidos está en declive. Se equivocaban entonces, y se equivocan ahora", ha afirmado en una entrevista publicada en la prestigiosa revista financiera Caijing. Ayer, lo volvió a sugerir en su reunión con Xi. "Vengo también con un fuerte mensaje: que Estados Unidos está y continuará estando involucrado totalmente en el mundo".
Los dos líderes también hablaron sobre Afganistán, Paquistán, Corea del Norte e Irán. Entre los temas que Biden tratará seguramente con los dirigentes chinos está Taiwan, isla democrática que China reclama como parte de su territorio, pero que de hecho funciona como un país independiente. Está previsto que Washington decida el próximo 1 de octubre si vende a Taipei aviones caza F-16, operación a la que Pekín se opone rotundamente.
Las organizaciones de derechos humanos han pedido a Biden que presione a las autoridades chinas sobre sus continuas violaciones de las libertades. El miércoles pasado, el Gobierno estadounidense volvió a instar a China desde Washington a que libere inmediatamente al abogado Gao Zhisheng, que se encuentra desaparecido desde el año pasado. Pekín suele responder que la situación en este campo en China ha mejorado progresivamente en las últimas décadas y que el primer derecho humano es el derecho a comer, y ha criticado a EE UU por sus propias violaciones y le ha dicho que primero barra su casa.
El encuentro con Xi de ayer fue el primero de los varios que mantendrán los dos líderes durante la estancia de Biden en China, y que incluye un viaje el próximo fin de semana a Chengdu (capital de la provincia de Sichuan), desde donde se acercarán juntos a la zona afectada por el terremoto de mayo de 2008, en el que murieron alrededor de 80.000 personas. Xi Jinping tiene previsto viajar a EE UU a finales de este año o principios del que viene.
El gigante asiático quiere garantías para sus inversiones en bonos de deuda
Biden ha tomado contacto con la nueva generación de líderes chinos
JOSE REINOSO – EL PAÍS
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ha llegado a Pekín con una palabra muy querida por las autoridades chinas en el zurrón: estabilidad. Biden, que aterrizó en la capital el miércoles por la tarde para una visita de cinco días de duración, fue recibido ayer en el Gran Palacio del Pueblo por su homólogo chino, Xi Jinping, a quien dijo que la relación con Pekín es prioritaria para Washington y que "la estabilidad económica del mundo depende en buena medida de la cooperación entre EE UU y China". "Es la clave, en mi opinión, de la estabilidad económica global", señaló.
"Yo, también, creo que, dada la nueva situación, China y Estados Unidos tienen para siempre amplios intereses comunes, y cargamos para siempre con importantes responsabilidades comunes", afirmó por su parte Xi, quien está previsto que suceda a Hu Jintao a finales del año que viene en la secretaría general del Partido Comunista Chino, y en marzo de 2013, en la presidencia del país.
La visita del vicepresidente estadounidense tiene una doble vertiente. Por un lado, está destinada a incrementar el conocimiento de la nueva generación de líderes chinos y, por otro, a calmar las inquietudes sobre la solvencia norteamericana. En los días previos a su llegada, la prensa oficial china ha criticado con acidez a Washington, especialmente después de que la agencia Standard & Poor's degradara la calificación de riesgo de su deuda soberana.
Pekín quiere que Biden le garantice que sus inmensas inversiones en dólares están a salvo. Xi dejó claro que las inquietudes sobre la economía dominan las relaciones por ahora, pero pareció adoptar una posición suave. Expresó confianza en las perspectivas económicas estadounidenses y no mostró preocupación por su endeudamiento, según explicaron funcionarios estadounidenses, informa Reuters. China tiene unas reservas de divisas extranjeras de 3,2 billones de dólares, de las cuales dos tercios son en el billete verde. De estos, 1,2 billones de dólares son bonos del Tesoro.
Biden explicó a Xi los pasos dados por su Gobierno para controlar el déficit público y le dijo que Estados Unidos puede liderar aún la economía global, según las mismas fuentes. Al mismo tiempo, le pidió detalles sobre cómo está cambiando China el modelo económico para hacerlo menos dependiente de las exportaciones y le dijo que si Pekín permite al yuan que se aprecie y levanta las barreras a la importación, contribuirá a que Estados Unidos mantenga el comercio abierto y las inversiones en China.
El tono empleado por los columnistas chinos estos días ha dejado entrever cierto sentimiento de que tras años en los que el país asiático ha tenido que escuchar lecciones por parte de Washington sobre el valor del yuan, la deficitaria balanza comercial bilateral para Estados Unidos, la piratería intelectual o los derechos humanos, Pekín se encuentra ahora en una posición de fuerza.
Biden, sin embargo, ha querido contrarrestar la impresión de que el poder y la confianza de la primera economía y superpotencia del mundo coticen a la baja. "Llevo 38 años en la función pública. Durante ese tiempo, mucha gente ha dicho, como algunos dicen ahora, que Estados Unidos está en declive. Se equivocaban entonces, y se equivocan ahora", ha afirmado en una entrevista publicada en la prestigiosa revista financiera Caijing. Ayer, lo volvió a sugerir en su reunión con Xi. "Vengo también con un fuerte mensaje: que Estados Unidos está y continuará estando involucrado totalmente en el mundo".
Los dos líderes también hablaron sobre Afganistán, Paquistán, Corea del Norte e Irán. Entre los temas que Biden tratará seguramente con los dirigentes chinos está Taiwan, isla democrática que China reclama como parte de su territorio, pero que de hecho funciona como un país independiente. Está previsto que Washington decida el próximo 1 de octubre si vende a Taipei aviones caza F-16, operación a la que Pekín se opone rotundamente.
Las organizaciones de derechos humanos han pedido a Biden que presione a las autoridades chinas sobre sus continuas violaciones de las libertades. El miércoles pasado, el Gobierno estadounidense volvió a instar a China desde Washington a que libere inmediatamente al abogado Gao Zhisheng, que se encuentra desaparecido desde el año pasado. Pekín suele responder que la situación en este campo en China ha mejorado progresivamente en las últimas décadas y que el primer derecho humano es el derecho a comer, y ha criticado a EE UU por sus propias violaciones y le ha dicho que primero barra su casa.
El encuentro con Xi de ayer fue el primero de los varios que mantendrán los dos líderes durante la estancia de Biden en China, y que incluye un viaje el próximo fin de semana a Chengdu (capital de la provincia de Sichuan), desde donde se acercarán juntos a la zona afectada por el terremoto de mayo de 2008, en el que murieron alrededor de 80.000 personas. Xi Jinping tiene previsto viajar a EE UU a finales de este año o principios del que viene.
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