JULIO FAESLER / EL SIGLO DE TORREÓN
La corrupción se ha vuelto un fenómeno que en la práctica tiene que ver con la moralidad y la ética, lo que ya no parece un tema tan admitido, desde que la moralidad se asocia con la religión, lo que los liberales les da urticaria. A pesar de ello la corrupción tiene raíces inevitables con la ética individual.
Costo de corrupción en el mundo es alto dice el FMI. En 2010 pudo llegar al 58% del PIB per cápita en Latino América dice. La corrupción es un obstáculo al desarrollo y a veces disuade la inversión extranjera.
Nuestro país no es ni mucho menos el único en padecer esta enfermedad. Nuestro prestigio internacional en esta materia es bajo. Transparencia internacional nos coloca en el lugar 98 en una lista de 178 países. Para 2010, Transparencia Internacional nos asignó 3.1 en su Índice de la Percepción de la Corrupción cuya puntuación va del 1 a 10. Dinamarca está en 9.3, Estados Unidos en 7.1, Chile 7.2, Uruguay 6.9, Brasil 3.7, España 3.5, Italia 3.9, Argentina 2.9, Colombia 3.5, Cuba 3.7, India 3.3 y Venezuela 2.0.
La corrupción lastra el desarrollo de cualquier país, rico o pobre al drenar sus recursos. La recesión mundial ha puesto a la corrupción en primeras planas. A medida que se decretan restricciones al gasto y al consumo se obliga una mayor transparencia, honradez y rendición de cuentas públicas con un escrutinio cívico más severo. La ciudadanía exige utilizar los fondos públicos más eficazmente.
La lucha contra la corrupción está cobrando aliento en todo el mundo y el reclamo popular es vehemente en todos los continentes. En estos momentos, la India padece una serie de escándalos que comprometen al Gobierno del Primer Ministro Manmohan Singh quien en lo personal goza de excelente fama. Sin embargo, hay algunos casos de altos funcionarios en su gabinete que lo han desprestigiado como el encargado de los Juegos de la Comunidad del año pasado que se encuentra en la cárcel.
Anna Hazare, veterano político, lleva 10 días en huelga de hambre exigiendo que el Parlamento apruebe el proyecto de ley contra la corrupción que él ha presentado.
El PM Manmohan Singh se comprometió a impulsar la legislación en el Parlamento, pero las dificultades para lograr un consenso son grandes pese a que los principales partidos han pedido a Hazare terminar su huelga.
En Brasil, Dilma Roussseff ha prometido a su pueblo desenmascarar a los políticos corruptos y lleva cuatro ministros cesados en las últimas dos semanas. Los disturbios en población rural tienen raíces directas en la corrupción con que se manejan programas de desarrollo y la deforestación en la Amazonia con proyectos hidroeléctricos y urbanizaciones.
Las fortunas personales de Mubarack y, ahora reveladas de Gadhafi, son muestras de la exagerada corrupción a que se llega cuando ni hay forma de controlar presupuestos públicos.
La corrupción es fenómeno universal. En casi todos los países el tema asume una importancia clave. No hay correlación entre corrupción y pobreza. El deseo de aprovechar el poder económico o político es innato al ser humano en todos los niveles. La prueba está en la experiencia siempre repetida independientemente de latitudes o de culturas o de fortunas.
La decidida acción ciudadana es el único antídoto. Esto significa el uso informado e inteligente del voto llegado el momento de las elecciones. En nuestro país el pueblo tiene ya un cúmulo de experiencias que confirman que los resultados de las votaciones son efectivos para llevar a sus candidatos al poder.
Uno de los instrumentos para vencer la corrupción reside en que las reformas legislativas necesarias para montar sistemas de responsabilidad y rendición de cuentas.
Estamos presenciando en todo el mundo movimientos ciudadanos que están obligando a sus gobiernos a que ejecuten medidas en dicho sentido. Ello no puede suceder, empero, en tanto que los representantes electos no respondan a tal mandato. La responsabilidad del elector es inevitable y por lo mismo, es inexplicable que en México exista el peligro de que en los comicios que se avecinan, el electorado aún desperdicie su poder llevando personajes indignos a los puestos públicos.
La corrupción se ha vuelto un fenómeno que en la práctica tiene que ver con la moralidad y la ética, lo que ya no parece un tema tan admitido, desde que la moralidad se asocia con la religión, lo que los liberales les da urticaria. A pesar de ello la corrupción tiene raíces inevitables con la ética individual.
Costo de corrupción en el mundo es alto dice el FMI. En 2010 pudo llegar al 58% del PIB per cápita en Latino América dice. La corrupción es un obstáculo al desarrollo y a veces disuade la inversión extranjera.
Nuestro país no es ni mucho menos el único en padecer esta enfermedad. Nuestro prestigio internacional en esta materia es bajo. Transparencia internacional nos coloca en el lugar 98 en una lista de 178 países. Para 2010, Transparencia Internacional nos asignó 3.1 en su Índice de la Percepción de la Corrupción cuya puntuación va del 1 a 10. Dinamarca está en 9.3, Estados Unidos en 7.1, Chile 7.2, Uruguay 6.9, Brasil 3.7, España 3.5, Italia 3.9, Argentina 2.9, Colombia 3.5, Cuba 3.7, India 3.3 y Venezuela 2.0.
La corrupción lastra el desarrollo de cualquier país, rico o pobre al drenar sus recursos. La recesión mundial ha puesto a la corrupción en primeras planas. A medida que se decretan restricciones al gasto y al consumo se obliga una mayor transparencia, honradez y rendición de cuentas públicas con un escrutinio cívico más severo. La ciudadanía exige utilizar los fondos públicos más eficazmente.
La lucha contra la corrupción está cobrando aliento en todo el mundo y el reclamo popular es vehemente en todos los continentes. En estos momentos, la India padece una serie de escándalos que comprometen al Gobierno del Primer Ministro Manmohan Singh quien en lo personal goza de excelente fama. Sin embargo, hay algunos casos de altos funcionarios en su gabinete que lo han desprestigiado como el encargado de los Juegos de la Comunidad del año pasado que se encuentra en la cárcel.
Anna Hazare, veterano político, lleva 10 días en huelga de hambre exigiendo que el Parlamento apruebe el proyecto de ley contra la corrupción que él ha presentado.
El PM Manmohan Singh se comprometió a impulsar la legislación en el Parlamento, pero las dificultades para lograr un consenso son grandes pese a que los principales partidos han pedido a Hazare terminar su huelga.
En Brasil, Dilma Roussseff ha prometido a su pueblo desenmascarar a los políticos corruptos y lleva cuatro ministros cesados en las últimas dos semanas. Los disturbios en población rural tienen raíces directas en la corrupción con que se manejan programas de desarrollo y la deforestación en la Amazonia con proyectos hidroeléctricos y urbanizaciones.
Las fortunas personales de Mubarack y, ahora reveladas de Gadhafi, son muestras de la exagerada corrupción a que se llega cuando ni hay forma de controlar presupuestos públicos.
La corrupción es fenómeno universal. En casi todos los países el tema asume una importancia clave. No hay correlación entre corrupción y pobreza. El deseo de aprovechar el poder económico o político es innato al ser humano en todos los niveles. La prueba está en la experiencia siempre repetida independientemente de latitudes o de culturas o de fortunas.
La decidida acción ciudadana es el único antídoto. Esto significa el uso informado e inteligente del voto llegado el momento de las elecciones. En nuestro país el pueblo tiene ya un cúmulo de experiencias que confirman que los resultados de las votaciones son efectivos para llevar a sus candidatos al poder.
Uno de los instrumentos para vencer la corrupción reside en que las reformas legislativas necesarias para montar sistemas de responsabilidad y rendición de cuentas.
Estamos presenciando en todo el mundo movimientos ciudadanos que están obligando a sus gobiernos a que ejecuten medidas en dicho sentido. Ello no puede suceder, empero, en tanto que los representantes electos no respondan a tal mandato. La responsabilidad del elector es inevitable y por lo mismo, es inexplicable que en México exista el peligro de que en los comicios que se avecinan, el electorado aún desperdicie su poder llevando personajes indignos a los puestos públicos.
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