Alejandro Góme Taméz / El Financiero La economía de Estados Unidos está sumida en un verdadero problema, ya que si bien ésta crece a un ritmo modesto (2.8 por ciento en el cuarto trimestre de 2010), la realidad es que ese crecimiento se da en buena medida gracias al impulso fiscal que le inyecta su gobierno federal a través de un creciente gasto público. El gran problema de todo esto, es que su gobierno está gastando prácticamente el doble de lo que recauda por impuestos, lo que los lleva a severos déficits fiscales, que están siendo financiados con la simple impresión de papel moneda. Para ilustrar el tamaño del déficit fiscal del gobierno federal de Estados Unidos, podemos señalar que éste ascendió en el primer semestre de su año fiscal a un record de 829 mil millones de dólares, lo que se constituye como un nivel 16 por ciento mayor que el déficit del mismo periodo del año previo, de 717 mil millones de dólares. Esto implica que la diferencia de lo que gasta el gobierno federal norteamericano con respecto a lo que tiene de ingresos en el periodo de los últimos 6 meses fue equivalente al 80 por ciento de toda la producción de bienes y servicios (PIB) mexicano. ¿Y de donde sale el dinero para cubrir el déficit fiscal de nuestros vecinos del Norte? Lamentablemente para ellos y para todos los que poseen dólares en este momento, el dinero “sale de la nada”. Lo que están haciendo allá es que el Tesoro de Estados Unidos emite bonos (deuda), la cual es cambiada con el banco de la Reserva Federal (Fed) por dinero. Este dinero es depositado en las cuentas bancarias del Tesoro, lo que genera una expansión múltiple de los depósitos y reservas bancarias. En otras palabras, los déficits fiscales son monetizados (mediante la impresión de dinero). Si bien es cierto que hay extranjeros que compran bonos del Tesoro de Estados Unidos, también es cierto que mes con mes requieren de imprimir más y más dinero para financiar a su gobierno federal. Este exceso de dólares está corriendo por todo el mundo, y esto (aunado al excesivo diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos), es lo que provoca que el dólar esté en la actualidad en niveles de 11.72 pesos. Así, las políticas monetarias implementadas por Estados Unidos, a través de sus estímulos monetarios conocidos como QE1 y QE2, han hecho que el dólar se encuentre a nivel mundial en su nivel más bajo de los últimos diez meses. Y es que de acuerdo a cifras oficiales, en los últimos diez meses, el dólar se desplomó 15.19 por ciento respecto de una canasta de seis divisas pertenecientes a los principales socios comerciales de naciones desarrolladas, las cuales integran el índice DXY. Hay quienes no se preocupan por esto, y argumentan que de hecho el gobierno estadounidense está matando tres pájaros de un tiro con esta medida: 1. financia su déficit fiscal, lo que le permite seguir con tasas de crecimiento económico; 2. da liquidez a su sistema bancario, el cual aun está emproblemado; y 3. provoca la depreciación del dólar y con ello da un impulso a su sector exportador.
En relación al impulso que se pretende dar al sector exportador, algunos analistas consideran que esta política se encuentra dentro de una estrategia cobijada por el Fondo Monetario Internacional, encaminada a revaluar las monedas de países con superávits comerciales, lo que ha derivado en una caída del dólar frente a otras divisas, al presentar un fuerte desequilibrio en sus cuentas externas. Aquí un punto que se debe resaltar es que el debilitamiento del dólar no parece incomodar al gobierno de los Estados Unidos, ya que por ningún lado se ve que muestren su descontento por su comportamiento y tampoco se aprecia que tengan la intensión de intervenir en el mercado de divisas para dar soporte al dólar. Pero por otra parte, ya comienzan a escucharse voces importantes que previenen de los problemas que se pueden presentar en el futuro por esta excesiva depreciación del billete verde, y por la abundancia de estos. En este sentido, el presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, en un artículo publicado el miércoles 12 de abril señaló: "Veo el riesgo de que no seamos capaces de mantener la inflación bajo control", y agregó: "Luego de que la Fed ya hizo su trabajo, yo ahora desde arriba veo los riesgos de una política monetaria que es demasiado expansiva", y lo que es peor, remató señalando: "Existe por ejemplo el riesgo de una mala interpretación de nuestros deberes. No es ahora nuestro trabajo diluir las deudas de un Gobierno irresponsable". Y es que dadas las circunstancias, si el dólar ya perdió en diez meses el 15 por ciento de su valor, ¿Qué es lo que podría frenar esta caída e impedir que se precipite otro 5 o 10 por ciento? Lo único que puede volver a fortalecer al dólar es que en Estados Unidos corrija su desorden fiscal, deje de monetizar sus déficits o bien, que suban las tasas de interés, algo que se antoja complicado aun. Aunque no se puede descartar del todo. Así, ante estos hechos irrefutables, hay varias cuestiones que vale la pena destacar. El dólar cuesta ahora en día 11.72 pesos porque está divisa está débil, no porque el peso sea fuerte. Ahora en día podría ser una buena oportunidad para comprar dólares si usted es un inversionista con un horizonte de inversión de mediano y largo plazo (ya que es un hecho que eventualmente las tasas de interés en Estados Unidos subirán y con ello se fortalecerá el dólar); sin embrago, es posible que en el corto plazo veamos cotizaciones inclusive más bajas del dólar. Por último, no quisiera volver a abordar el tema de lo dañino que resulta esta situación para la planta productiva nacional, pero me resulta imposible no hacerlo. Las autoridades monetarias del Banco de México deben entender que un dólar tan barato provoca que la producción nacional se vea desplazada por las importaciones, los que tienen los recursos pueden irse a vacacionar a Estados Unidos y les sale más barato que muchos destinos nacionales, los exportadores y Pemex reciben menos pesos por sus dólares y así pagan menos impuestos, y en general la economía nacional se vuelve menos competitiva. Por favor, en tanto Estados Unidos no suba sus tasas de interés, hagan lo correcto en México y bajen las tasas para evitar esta entrada masiva de capitales especulativos a nuestro sistema financiero. (*) Director general GAEAP
No hay comentarios:
Publicar un comentario