En diciembre de este año acaban las cuotas compensatorias y no se han tomado previsiones
Por cada dólar de ganancia de productores nacionales, los asiáticos obtienen 12: cifras oficiales
Susana González G./ Periódico La Jornada
En 20 años consecutivos, incluso antes de la apertura comercial, México ha mantenido un déficit creciente en la balanza comercial con China, y aunque la crisis financiera afectó un poco las ventas del país asiático, éstas ya se recuperaron con creces aquí.
En 2010, las importaciones de productos chinos superaron en 26 mil millones de dólares las exportaciones mexicanas hacia la nación asiática. Aunque dicha cifra sólo abarca hasta agosto del año pasado, porque aún no se cuenta con el reporte anual, representa 3 mil 795 veces más que el déficit de sólo 6.8 millones de dólares que tuvo México ante China en 1990, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Economía (SE).
Es decir, el comercio bilateral se distribuye así: por cada dólar que gana México, China obtiene 12, cuando hace dos década la proporción era de uno a dos.
"Si con las cuotas compensatorias vigentes contra los productos chinos estamos así, imaginemos qué va a pasar cuando terminen en diciembre de 2011, sobre todo si no nos preparamos", advirtió Amapola Grijalva Vega, vicepresidenta de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China a empresarios mexicanos y chinos.
Con el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), en diciembre de 2001, México negoció una reserva de seis años más para mantener cuotas compensatorias en la importación de diversos productos, principalmente de las industrias textil, calzado y juguetera, así como algunos productos químicos, herramientas, aparatos eléctricos y bicicletas, entre otros.
La reserva concluyó en diciembre de 2007, pero por presión y preocupación de los sectores industriales, el gobierno logró negociar en junio de 2008 un acuerdo de transición temporal, denominado "de remedio comercial", para reducir paulatinamente las cuotas compensatorias hasta llegar a su completa eliminación el 11 de diciembre de este año, sin posibilidades de que se prorrogue nuevamente.
Dos años y tres meses después de que se firmara tal acuerdo y cuando faltan 11 meses para que se dejen de pagar cuotas compensatorias por los productos importados de China, Amapola Grijalva aseguró categórica: "No hemos hecho la tarea de promover las exportaciones de nuestros productos agrícolas y mineros, así como de algunas manufacturas y componentes en los que México es líder y que los chinos desconocen".
Advirtió que más vale al gobierno y a los sectores industriales nacionales no coquetear con la idea de solicitar una postergación de la eliminación de las cuotas, porque es un acuerdo sancionado con las reglas de la OMC y de hacerlo "quedarán cerradas definitivamente las oportunidades para nuestras exportaciones en aquel país y sería más lo que perderíamos".
Los empresarios mexicanos, dijo, apenas empiezan a abrir los ojos hacia China y, por ejemplo, a la reciente Feria de Cantón sólo asistieron tres.
Aseguró que hay que derribar muchos mitos porque siempre se vio a China como una amenaza. Se cree que de ese país se importan sólo productos de mala calidad y que no conviene ir hasta allá por el "costo oscuro de la distancia", cuando las principales fracciones arancelarias de las importaciones chinas son materiales y componentes para diversas industrias de alta tecnología que llegan a México en una semana, cuando a Estados Unidos se tardan 60 días.
Si bien Grijalva Vega se abstuvo de calcular cuánto subirán las importaciones chinas con la eliminación de las cuotas compensatorias, consideró que éstas generaron "una distorsión en el mercado y salió más caro el caldo que las albóndigas, porque propiciaron un aumento de la importación ilegal, que genera más daño a la economía mexicana porque se evade el pago de aranceles, pero también porque ingresan productos baratos sin calidad, que no cumplen ninguna normatividad".
Con la eliminación de aranceles, agregó, México tendrá oportunidad de buscar otras formas de compensación para su industria, ya que se abaratarán las importaciones y participará en otros mercados donde se tiene competencia muy fuerte, debido a que los componentes y materiales chinos son utilizados por las grandes empresas de Estados Unidos, Japón y Europa.
"¿Cómo es posible que nosotros no estemos incluidos en ese circuito donde se agrega valor? La razón fundamental es que México ha sufrido una inflación creciente a sus importaciones, porque los aranceles son muy altos", expresó.
Por cada dólar de ganancia de productores nacionales, los asiáticos obtienen 12: cifras oficiales
Susana González G./ Periódico La Jornada
En 20 años consecutivos, incluso antes de la apertura comercial, México ha mantenido un déficit creciente en la balanza comercial con China, y aunque la crisis financiera afectó un poco las ventas del país asiático, éstas ya se recuperaron con creces aquí.
En 2010, las importaciones de productos chinos superaron en 26 mil millones de dólares las exportaciones mexicanas hacia la nación asiática. Aunque dicha cifra sólo abarca hasta agosto del año pasado, porque aún no se cuenta con el reporte anual, representa 3 mil 795 veces más que el déficit de sólo 6.8 millones de dólares que tuvo México ante China en 1990, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Economía (SE).
Es decir, el comercio bilateral se distribuye así: por cada dólar que gana México, China obtiene 12, cuando hace dos década la proporción era de uno a dos.
"Si con las cuotas compensatorias vigentes contra los productos chinos estamos así, imaginemos qué va a pasar cuando terminen en diciembre de 2011, sobre todo si no nos preparamos", advirtió Amapola Grijalva Vega, vicepresidenta de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China a empresarios mexicanos y chinos.
Con el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), en diciembre de 2001, México negoció una reserva de seis años más para mantener cuotas compensatorias en la importación de diversos productos, principalmente de las industrias textil, calzado y juguetera, así como algunos productos químicos, herramientas, aparatos eléctricos y bicicletas, entre otros.
La reserva concluyó en diciembre de 2007, pero por presión y preocupación de los sectores industriales, el gobierno logró negociar en junio de 2008 un acuerdo de transición temporal, denominado "de remedio comercial", para reducir paulatinamente las cuotas compensatorias hasta llegar a su completa eliminación el 11 de diciembre de este año, sin posibilidades de que se prorrogue nuevamente.
Dos años y tres meses después de que se firmara tal acuerdo y cuando faltan 11 meses para que se dejen de pagar cuotas compensatorias por los productos importados de China, Amapola Grijalva aseguró categórica: "No hemos hecho la tarea de promover las exportaciones de nuestros productos agrícolas y mineros, así como de algunas manufacturas y componentes en los que México es líder y que los chinos desconocen".
Advirtió que más vale al gobierno y a los sectores industriales nacionales no coquetear con la idea de solicitar una postergación de la eliminación de las cuotas, porque es un acuerdo sancionado con las reglas de la OMC y de hacerlo "quedarán cerradas definitivamente las oportunidades para nuestras exportaciones en aquel país y sería más lo que perderíamos".
Los empresarios mexicanos, dijo, apenas empiezan a abrir los ojos hacia China y, por ejemplo, a la reciente Feria de Cantón sólo asistieron tres.
Aseguró que hay que derribar muchos mitos porque siempre se vio a China como una amenaza. Se cree que de ese país se importan sólo productos de mala calidad y que no conviene ir hasta allá por el "costo oscuro de la distancia", cuando las principales fracciones arancelarias de las importaciones chinas son materiales y componentes para diversas industrias de alta tecnología que llegan a México en una semana, cuando a Estados Unidos se tardan 60 días.
Si bien Grijalva Vega se abstuvo de calcular cuánto subirán las importaciones chinas con la eliminación de las cuotas compensatorias, consideró que éstas generaron "una distorsión en el mercado y salió más caro el caldo que las albóndigas, porque propiciaron un aumento de la importación ilegal, que genera más daño a la economía mexicana porque se evade el pago de aranceles, pero también porque ingresan productos baratos sin calidad, que no cumplen ninguna normatividad".
Con la eliminación de aranceles, agregó, México tendrá oportunidad de buscar otras formas de compensación para su industria, ya que se abaratarán las importaciones y participará en otros mercados donde se tiene competencia muy fuerte, debido a que los componentes y materiales chinos son utilizados por las grandes empresas de Estados Unidos, Japón y Europa.
"¿Cómo es posible que nosotros no estemos incluidos en ese circuito donde se agrega valor? La razón fundamental es que México ha sufrido una inflación creciente a sus importaciones, porque los aranceles son muy altos", expresó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario