Los precios de los alimentos se han incrementado significativamente, e incluso han superado los niveles de 2008.
Arturo Lino / El Sol de México
El 2011 podría también caracterizarse por ser un año de constantes incrementos a los precios de los alimentos y artículos de primera necesidad, que se trasladarán al resto de la economía desde el inicio del año.
Lo anterior no es un problema menor, pues refleja que a pesar de la recuperación, diversos indicadores y problemas de fondo aún no se han corregido, afirman especialistas de Consultores Internacionales.
Al respecto, cabe recordar que, según el Banco de México, en diciembre del año pasado la inflación general se ubicó en 4.40 por ciento, lo que implica un incremento de 0.83 puntos respecto al 3.57 por ciento que registró al cierre de 2009, afectada por el incremento en los precios de productos agropecuarios, alimentos, combustibles y servicios que presta el Gobierno.
Este nivel en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) representa un incremento de 0.50 puntos respecto a lo registrado en 2009.
Consultores Internacionales mencionan en su análisis que, si bien es cierto que puede existir un problema estructural, irónicamente las políticas económicas para fomentar la recuperación están acelerando el impacto inflacionario y podrían generar incluso burbujas especulativas en detrimento de monedas "débiles", en el sector de los alimentos, así como en muchos otros commodities, lo que podría resultar en un empantanamiento de la misma recuperación económica.
Los precios de los alimentos se han incrementado significativamente, e incluso han superado los niveles de 2008. La causa principal es la excesiva liquidez provocada por las medidas prorrecuperación económica.
Mencionan que durante el segundo semestre de 2010 los precios de los alimentos comenzaron a presentar un incremento significativo. De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por su sigla en inglés), el índice de precios de alimentos registró en diciembre de 2010 un récord histórico al alcanzar 215 puntos, cifra superior a los 213 puntos reportados en junio de 2008, nivel máximo considerado en la crisis alimentaria de ese año.
Dicho comportamiento ha sido impulsado principalmente por el maíz, los aceites, la carne y el azúcar (registrando este último su máximo histórico de los últimos 30 años). Por si fuera poco, la FAO señaló que la presión sobre la demanda no cederá en 2011, por lo que se espera que dichos incrementos continúen. Tan sólo en 2010 los precios de los alimentos se incrementaron 25 por ciento, mientras que al considerar la última década, el crecimiento ha sido de 146 por ciento.
Varios han sido los factores que han motivado esta tendencia alcista, muchos de los cuales se refieren a un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Por el lado de la demanda, la introducción de mercados como China e India al mercado global ha incrementado la demanda de ciertos productos, cuyo consumo es mayor a su producción, como el trigo.
Sin embargo, esto no sucede en el caso del maíz, en el que la presión proviene del consumo de este grano para producir bioenergéticos. Por el lado de la oferta, la producción de muchos de estos productos no se ha incrementado y en muchos casos incluso se ha contraído.
Algunas de las principales causas han sido las afectaciones a las cosechas como consecuencia del cambio climático, así como ciertas restricciones a la exportación. Lo anterior representa un problema estructural, que de no tomarse medidas correctivas, permanecerá e incluso se agravará en el largo plazo.
Si bien el desequilibrio entre la oferta y la demanda pudo haber generado el alza de precios, el principal factor que ha agravado este problema ha sido la excesiva liquidez, resultado de la aplicación de medidas anticíclicas.
Arturo Lino / El Sol de México
El 2011 podría también caracterizarse por ser un año de constantes incrementos a los precios de los alimentos y artículos de primera necesidad, que se trasladarán al resto de la economía desde el inicio del año.
Lo anterior no es un problema menor, pues refleja que a pesar de la recuperación, diversos indicadores y problemas de fondo aún no se han corregido, afirman especialistas de Consultores Internacionales.
Al respecto, cabe recordar que, según el Banco de México, en diciembre del año pasado la inflación general se ubicó en 4.40 por ciento, lo que implica un incremento de 0.83 puntos respecto al 3.57 por ciento que registró al cierre de 2009, afectada por el incremento en los precios de productos agropecuarios, alimentos, combustibles y servicios que presta el Gobierno.
Este nivel en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) representa un incremento de 0.50 puntos respecto a lo registrado en 2009.
Consultores Internacionales mencionan en su análisis que, si bien es cierto que puede existir un problema estructural, irónicamente las políticas económicas para fomentar la recuperación están acelerando el impacto inflacionario y podrían generar incluso burbujas especulativas en detrimento de monedas "débiles", en el sector de los alimentos, así como en muchos otros commodities, lo que podría resultar en un empantanamiento de la misma recuperación económica.
Los precios de los alimentos se han incrementado significativamente, e incluso han superado los niveles de 2008. La causa principal es la excesiva liquidez provocada por las medidas prorrecuperación económica.
Mencionan que durante el segundo semestre de 2010 los precios de los alimentos comenzaron a presentar un incremento significativo. De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por su sigla en inglés), el índice de precios de alimentos registró en diciembre de 2010 un récord histórico al alcanzar 215 puntos, cifra superior a los 213 puntos reportados en junio de 2008, nivel máximo considerado en la crisis alimentaria de ese año.
Dicho comportamiento ha sido impulsado principalmente por el maíz, los aceites, la carne y el azúcar (registrando este último su máximo histórico de los últimos 30 años). Por si fuera poco, la FAO señaló que la presión sobre la demanda no cederá en 2011, por lo que se espera que dichos incrementos continúen. Tan sólo en 2010 los precios de los alimentos se incrementaron 25 por ciento, mientras que al considerar la última década, el crecimiento ha sido de 146 por ciento.
Varios han sido los factores que han motivado esta tendencia alcista, muchos de los cuales se refieren a un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Por el lado de la demanda, la introducción de mercados como China e India al mercado global ha incrementado la demanda de ciertos productos, cuyo consumo es mayor a su producción, como el trigo.
Sin embargo, esto no sucede en el caso del maíz, en el que la presión proviene del consumo de este grano para producir bioenergéticos. Por el lado de la oferta, la producción de muchos de estos productos no se ha incrementado y en muchos casos incluso se ha contraído.
Algunas de las principales causas han sido las afectaciones a las cosechas como consecuencia del cambio climático, así como ciertas restricciones a la exportación. Lo anterior representa un problema estructural, que de no tomarse medidas correctivas, permanecerá e incluso se agravará en el largo plazo.
Si bien el desequilibrio entre la oferta y la demanda pudo haber generado el alza de precios, el principal factor que ha agravado este problema ha sido la excesiva liquidez, resultado de la aplicación de medidas anticíclicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario