Urge que el gobierno adopte nueva política de desarrollo, enfatiza
La política fabril limitada ha sido factor importante en el lento crecimiento económico, en comparación con el logrado por países como China y Corea, plantea la Cepal.
La política fabril limitada ha sido factor importante en el lento crecimiento económico, en comparación con el logrado por países como China y Corea, plantea la Cepal.
Susana González G. / Periódico La Jornada
México es ubicado en el mismo nivel que Belice, El Salvador y Nicaragua por el “creciente rezago” de su industria, por lo que requiere “con mayor urgencia” que otras naciones latinoamericanas una nueva política de desarrollo productivo con “una fuerte intervención gubernamental de fomento industrial”, advierte la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal).
“La política industrial limitada en Mesoamérica (México y Centroamérica) ha sido factor importante en el lento crecimiento del producto interno bruto (PIB) y el estancamiento del PIB per cápita; esto ha resultado en creciente rezago respecto del PIB per cápita de los países en desarrollo exitosos, como la República de Corea y China”, sentencia el organismo.
El PIB per cápita de Corea, ejemplifica, equivalía a menos de 40 por ciento del mexicano en 1970, pero lo triplicó en 1995 y aunque posteriormente cayó, en los últimos años casi duplica el de México, precisa la investigación, a cargo de Alfredo Mercado, para determinar qué espacio de maniobra tienen México y Centroamérica en su política industrial frente a los compromisos que tienen por los acuerdos comerciales que han suscrito.
“Las condiciones de estancamiento interno y rezago del exterior son especialmente graves, lo que hace urgente una nueva política industrial. El ejercicio de exploración permitió ver que cada país mesoamericano ganaría con una política industrial o de desarrollo productivo, y los que aparentemente la necesitan con mayor urgencia son Belice, El Salvador, México y Nicaragua, con el fin de detener o revertir su creciente rezago respecto de países asiáticos exitosos”, precisa el análisis.
La diferencia entre las naciones asiáticas exitosas con el estancamiento de México y los países centroamericanos, explica, se debe a “una disminución del papel del Estado en la economía, una conducta gubernamental de apostarle demasiado a la apertura, expectativas muy ambiciosas de los efectos de la liberalización de la inversión extranjera directa (IED) y la probada incapacidad de promover la inversión doméstica”.
Si bien la Cepal menciona que acuerdos y tratados comerciales que han firmado México y las naciones centroamericanas han impuesto restricciones a su política de industrialización, asegura que han desaprovechado “el amplio margen de maniobra” permitido por las nuevas prácticas y códigos del comercio internacional, como subsidios a la exportación, requerimientos de contenido nacional y restricciones a ciertas importaciones. De todos, prácticamente sólo han aprovechado la promoción de nuevas actividades de servicios.
Ese margen de maniobra se refiere principalmente a intervenciones gubernamentales que la Cepal cataloga como “suaves”, porque tienen alcance limitado y más posibilidades de aplicación. En contraste, advierte que las intervenciones gubernamentales “fuertes”, como la inversión pública directa, sólida y profunda, la política monetaria con fines de estímulo a la inversión e incluso “políticas de educación, ciencia, tecnología y banca de desarrollo con objetivos de expansión productiva y aumento de la competitividad”, tienen estrecho margen de operación.
México es ubicado en el mismo nivel que Belice, El Salvador y Nicaragua por el “creciente rezago” de su industria, por lo que requiere “con mayor urgencia” que otras naciones latinoamericanas una nueva política de desarrollo productivo con “una fuerte intervención gubernamental de fomento industrial”, advierte la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal).
“La política industrial limitada en Mesoamérica (México y Centroamérica) ha sido factor importante en el lento crecimiento del producto interno bruto (PIB) y el estancamiento del PIB per cápita; esto ha resultado en creciente rezago respecto del PIB per cápita de los países en desarrollo exitosos, como la República de Corea y China”, sentencia el organismo.
El PIB per cápita de Corea, ejemplifica, equivalía a menos de 40 por ciento del mexicano en 1970, pero lo triplicó en 1995 y aunque posteriormente cayó, en los últimos años casi duplica el de México, precisa la investigación, a cargo de Alfredo Mercado, para determinar qué espacio de maniobra tienen México y Centroamérica en su política industrial frente a los compromisos que tienen por los acuerdos comerciales que han suscrito.
“Las condiciones de estancamiento interno y rezago del exterior son especialmente graves, lo que hace urgente una nueva política industrial. El ejercicio de exploración permitió ver que cada país mesoamericano ganaría con una política industrial o de desarrollo productivo, y los que aparentemente la necesitan con mayor urgencia son Belice, El Salvador, México y Nicaragua, con el fin de detener o revertir su creciente rezago respecto de países asiáticos exitosos”, precisa el análisis.
La diferencia entre las naciones asiáticas exitosas con el estancamiento de México y los países centroamericanos, explica, se debe a “una disminución del papel del Estado en la economía, una conducta gubernamental de apostarle demasiado a la apertura, expectativas muy ambiciosas de los efectos de la liberalización de la inversión extranjera directa (IED) y la probada incapacidad de promover la inversión doméstica”.
Si bien la Cepal menciona que acuerdos y tratados comerciales que han firmado México y las naciones centroamericanas han impuesto restricciones a su política de industrialización, asegura que han desaprovechado “el amplio margen de maniobra” permitido por las nuevas prácticas y códigos del comercio internacional, como subsidios a la exportación, requerimientos de contenido nacional y restricciones a ciertas importaciones. De todos, prácticamente sólo han aprovechado la promoción de nuevas actividades de servicios.
Ese margen de maniobra se refiere principalmente a intervenciones gubernamentales que la Cepal cataloga como “suaves”, porque tienen alcance limitado y más posibilidades de aplicación. En contraste, advierte que las intervenciones gubernamentales “fuertes”, como la inversión pública directa, sólida y profunda, la política monetaria con fines de estímulo a la inversión e incluso “políticas de educación, ciencia, tecnología y banca de desarrollo con objetivos de expansión productiva y aumento de la competitividad”, tienen estrecho margen de operación.
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