Con todo y las crisis económicas globales, ser banquero en México ha sido un muy buen negocio, por lo menos en la última década.
Vea estas cifras y saque sus propias conclusiones:
1. En los últimos 10 años el negocio bancario creció
4.5 veces más que la economía. De acuerdo al Instituto Mexicano para la
Competitividad, IMCO, entre 2000 y 2011 la tasa de crecimiento anual
real del PIB bancario fue de 7.2% en promedio, mientras que la economía
en su conjunto creció apenas 1.6%. En este periodo el producto bancario
en términos reales más que se duplicó, pasando de menos de 200 mil
millones de pesos en 2000 a más de 400 mil millones de pesos reales en
2011. Estos datos relativos revelan, entre otros, que existió y existe
aún un gran potencial de mercado para la banca.
2. Lo anterior, entre otros factores, hace que la
rentabilidad sobre el capital de los bancos en México sea muy atractiva.
Ésta superó 20% entre 2005 y 2008, alcanzando niveles cercanos a 25% en
2006, y promediando alrededor de 15% para la última década. Un
porcentaje elevado, según las comparaciones internacionales. Ayer el
banco español BBVA reportó que su negocio en México (Bancomer) significó
57.3% de su utilidad neta global al primer semestre del año, mientras
que para el mismo periodo el banco HSBC México reportó un incremento de
46% en su utilidad neta, ya descontando la provisión por la millonaria
multa que le impuso la CNBV por su incumplimiento en su regulación para
prevenir operaciones de lavado de dinero. En fin, que la banca en México
es un negocio que está generando suculentas utilidades en momentos en
que las tasas de interés son las más bajas históricamente.
3. Lo anterior se da a pesar de que la penetración
del negocio bancario en la población y en el territorio nacional aún es
insatisfactorio, como lo señala el IMCO en el análisis del sector
financiero que presentó ayer. Junto a la mayor productividad y a las aún
elevadas tarifas y comisiones que se aplican y que significan una parte
sustancial de sus ingresos, la banca se beneficia de los amplios
márgenes de intermediación que obtiene en los mercados minoristas y al
consumo. Entre 40% y 50% de los ingresos totales por intereses provienen
de los créditos al consumo, según reporta el análisis del IMCO,
mientras que las tasas reales negativas que pagan por los crecientes
depósitos al ahorro a través de diversos instrumentos de captación,
impulsan sus ingresos financieros como lo describe el informe trimestral
enero-junio 2012 que presentó ayer BBVA.
Estas atractivas cifras dan una idea de por qué ha crecido tan
aceleradamente el número de bancos de capital local o foráneo en el país
durante los últimos años y que, seguramente, seguirá creciendo con la
llegada de nuevos banqueros, entre los que estarán muy pronto los
brasileños.
Recuerdo hace no mucho tiempo a un importante empresario chileno,
quien me confesaba sus ganas de entrar al mercado financiero local
atraído por las altas tasas de rentabilidad que ofrece un sector que,
con todo y que registra casi medio centenar de bancos autorizados para
operar, tiene un alto grado de concentración y una menor competencia de
lo que aparenta.
En fin, que México es una mina de oro para los banqueros.
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