lunes, 8 de agosto de 2011

PREOCUPA A EMPRESARIOS LA FRAGILIDAD ECONÓMICA


Sergio Cervantes, presidente de Canacintra. Foto: OEM-Informex

Alejandro Durán / El Sol de México
La fragilidad económica de Estados Unidos hoy en día es un elemento de preocupación para México, pues si bien el país está "blindado" para una crisis financiera, no lo está para enfrentar una desaceleración o una recesión de la Unión Americana, su principal socio comercial, advirtió el sector privado.
Ante ello, diversas organizaciones de la iniciativa privada como la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), coincidieron en solicitar a autoridades y legisladores mexicanos implementar una estrategia integral para enfrentar la coyuntura por la que atraviesa la economía estadunidense, pues de lo contrario, advirtieron, las consecuencias serán una sensible caída en la producción, menor empleo y baja generación de riqueza.
Y lo que sucede, argumentó la Canacintra, es que la alta dependencia que tiene la economía mexicana de la estadunidense pone en alerta en el sector exportador de México, a un grado tal que el crecimiento que podría este año alcanzar el Producto Interno Bruto (PIB) sería inferior al cuatro por ciento.
"Los movimientos bruscos de los mercados financieros, plantean la urgencia de considerar la posibilidad de contar con mecanismos que reduzcan la incidencia de ese tipo de fenómenos sobre la estabilidad macro pero, en particular, sobre el sector productivo; dadas estas condiciones, hoy la fragilidad económica de EU es un elemento de preocupación para México, que está 'blindado' para una crisis financiera, pero no para enfrentar una desaceleración o una recesión de su principal socio comercial", advirtió el organismo encabezado por Sergio Cervantes.
Ante ello, la Canacintra dijo que se requiere contar con un modelo de crecimiento equilibrado, con proyectos de largo plazo y de apoyos financieros, calidad, innovación tecnológica, servicios y asistencia técnica especializada, que respondan a las necesidades económicas de cada sector, rama o región, posición que compartió la Concamin, que consideró que frente al deterioro del panorama económico mundial, autoridades, empresarios y trabajadores mexicanos deben actuar oportunamente a partir de tres objetivos: fortalecer el blindaje de la economía; impulsar el despegue del mercado interno y apuntalar el crecimiento de la planta productiva.
En este sentido, la Confederación industrial afirmó que es indispensable aprovechar íntegramente las herramientas de política económica disponibles y enviar señales claras de promoción a la inversión productiva y el empleo, protegiendo la legalidad y un adecuado clima para los negocios.
"Promover el crecimiento es mucho más que un acto de voluntad", afirmó.
Bajo ese contexto, la Concamin propuso ampliar la reserva de compras gubernamentales a favor de las pequeñas y medianas empresas; concentrar en agosto y septiembre la ejecución y el inicio de las obras públicas previstas para su licitación o arranque en el último trimestre del año; reactivar el programa para el desarrollo de proveedores; emprender en todo el país un eficaz programa de combate a la informalidad, así como contener el fortalecimiento del tipo de cambio, ya que la sobrevaluación del peso ha promovido la compra de bienes elaborados en otros países.
Por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) también consideró urgente aprobar cambios estructurales que impulsen el crecimiento económico, para lo cual el Congreso debe buscar consensos a fin de instrumentar estas medidas.
Y lo anterior, argumentó el organismo perteneciente al Consejo Coordinador Empresarial, porque la economía mexicana muestra signos de fortaleza, pues al menos en los primeros meses del año ha mantenido un crecimiento promedio por arriba de 4.5 por ciento, sigue generando un importante número de empleos formales y se ven avances en materia regulatoria.
"Ahora más que nunca, el Congreso de México también tiene una tarea importante, que radica en instrumentar los mecanismos más idóneos para que el país pueda en realidad mejorar la situación de las familias, lo cual incidirá favorablemente en la evolución el consumo y el fortalecimiento del mercado interno", afirmó.
En su publicación semanal "Análisis económico ejecutivo", consideró que la actividad productiva del país debe ampliar su capacidad de hacer negocios, y no depender de la economía estadunidense.

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