martes, 2 de agosto de 2011

MÁS DESEMPLEO, MENOS SALARIO

Alberto Barranco / El Universal
A contrapelo del discurso oficial que enarbola a todo decibeles la bandera del triunfalismo, los 10 años de panismo en el poder han provocado un deterioro brutal en las condiciones sociales de la población; una dramática caída en la competitividad, y una mortandad interminable de empresas
Martes 02 de agosto de 2011
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Si en el 2001, al inicio del anecdótico gobierno foxista, el Foro Económico Mundial colocaba a nuestro país en el escalón 42 en materia de competitividad, el tobogán nos sitúa hoy en el 66.
En nueve años, pues, México perdió 24 peldaños, en un escenario de aumento permanente en las tarifas y servicios públicos; de deterioro en la seguridad jurídica; de desgaste en la productividad, y de crecimiento sin precedente de la criminalidad.
Desde otro ángulo, durante la última década el crecimiento de la economía ha alcanzado un nivel de 13%, en contraste con el de otras naciones latinoamericanas a las que se les ubicaba con menor potencial.
En Perú, por ejemplo, el avance acumulado llegó a 59.6%; en Colombia a 42.5%; en Chile a 37.5%, y en Brasil a 32.8%.
En el mismo carril, en nuestro país la formación bruta de capital fijo como porcentaje del Producto Interno Bruto se ubicó en 21.4%, en tanto en China alcanzó el 40.1%; en España el 36.7%, y en Corea el 28.1%.
Naturalmente, el débil crecimiento de la economía (¿se acuerda usted que en campaña el ex presidente Vicente Fox prometía, sin plantear cimiento alguno, un incremento anual del PIB de 7%?) ha provocado el que durante los últimos 30 años el PIB per cápita, es decir el ingreso promedio de cada mexicano, haya crecido apenas 0.2%.
El estancamiento refleja nítidamente el incremento de 13 millones de pobres durante el actual sexenio, y de 12 durante el gobierno foxista.
Bajo la misma senda, ayuno el país de una política industrial, la década perdida refleja una muerte permanente de empresas, en un marco en que sólo la industria de la construcción se ha contraído en 4.5% a partir de 2006.
En paralelo, el flujo de inversión extranjera directa se ha abatido en 50% si se excluye de la estadística la adquisición de empresas productivas por firmas foráneas.
Se diría, pues, que el grueso del capital externo ha llegado a tomar posiciones en desplazo del nacional, lo que necesariamente implica ajustes en la planta laboral, desplazamiento de ejecutivos y sometimiento a las directrices de las metrópolis, para no hablar de fuga de utilidades.
Y si le seguimos, el país ha carecido de una política racional de comercio exterior que permita darle sentido a la proliferación de Tratados de Libre Comercio, o al menos aprovechar las coyunturas que se le abren con su participación en organismos como la OCDE, la APEC o la Aladi.
A contrapelo, además, de la promesa de empleo pleno del presidente Felipe Calderón en su roll de candidato, y de las patéticas conferencias de prensa de los secretarios de Hacienda, del Trabajo y del director general del IMSS para hacer malabares con las cifras, el desempleo durante mayo pasado llegó a 5.1% de la población económicamente activa.
Estamos hablando de un porcentaje superior al doble del registrado en el año 2000, cuyo nivel alcanzó el 2.3%, lo que refleja un fracaso total de los programas de fomento, como el del primer empleo.
Sumados desocupados y ocupados en la economía informal, es decir, sin opción de ingreso fijo, el número de mexicanos en condición de miseria o de sobrevivencia alcanza 22 millones, equivalentes al 45.82% de la Población Económicamente Activa.
De acuerdo al Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico, la brecha entre la pérdida de empleos y el desempleo en México es una de las mayores en la zona.
Ahora que no sólo el país ha perdido plazas productivas, sino que los trabajadores han sufrido un grave deterioro en sus percepciones. El salario promedio de cotización en el Instituto Mexicano del Seguro Social ha bajado en los últimos tres años en más de ocho pesos diarios, equivalentes a 242 pesos mensuales.
En el mismo carril ha crecido el número de trabajadores de salario mínimo, a contrapelo de aquel célebre dicho de que sólo servían éstos como referencia para el pago de multas.
Los escasos empleos que se están creando, pues, son de pésima calidad, en la coyuntura del clásico “Lo-tomas-o-lo-dejas”, de cara a la fila enorme de desempleados.
En otra cara del poliedro, el crédito de la banca comercial hacia la planta productiva, que en el año 2000 alcanzaba el equivalente al 30% del PIB, ha caído casi a la mitad: 16%, con la novedad de que la banca de desarrollo prácticamente ha desaparecido al alcanzar su derrama un raquítico 2.1% del PIB.
Y para qué hablar del equivalente a 130% del PIB que alcanzan los boquetes en las reservas de pensiones y seguros médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Desastre total.
Balance general
En lo que constituye un capítulo más en el ABC de la corrupción galopante en Petróleos Mexicanos, hete aquí que su filial Pemex Gas y Petroquímica Básica está importando gas LP con un sobreprecio injustificado.
Hasta hace unos meses éste era de 10 y 15 centavos de dólar por galón, con la novedad de que hoy alcanza 50. El ensanchamiento de la brecha se inició justo a la llegada de Blanca Estela Coeto Mateo a la dirección de la empresa responsable de las compras en el exterior, es decir, Mex Gas Internacional.
La firma apareció en escena el 5 de junio del año pasado.
Lo curioso del caso es que la funcionaria actúa con doble cachucha, dado que, en paralelo, tiene el nombramiento de gerente de Comercialización de Gas Licuado en Pemex Gas y Petroquímica Básica.
Bajo ese carácter, la funcionaria autoriza las compras en el exterior, en tanto bajo su otro puesto las ejecuta, con la magia del don de la ubicuidad.
¿Será que las empresas que exportan el combustible son más difíciles para negociar? ¿Será que nuestros funcionarios son más blandengues? ¿Será que se realizan pactos debajo del agua?
Bimbo quiere a Bimbo
En lo que pareciera una novela de Kafka, hete aquí que Bimbo México sostiene una bizarra pelea para hacerse de Bimbo España… cuya razón social y activos que le acompaña vendió hace varios años.
Se diría que la compañía de la familia Servitje quiere adquirir su propio retrato, o si lo prefiere su árbol genealógico.
Bimbo España es propiedad de la firma estadounidense Sara Lee, cuya mayoría de activos los ha adquirido Bimbo México.
En la pelea por la factoría, además de Bimbo México, están las firmas españolas Panasa y Panrico, la italiana Barilla y los fondos de inversión Magnum, MCH o Portobello.
Crece TMM
Entre los planes de expansión del Grupo Transportación Marítima Mexicana, de cara a los próximos cinco años, están el desarrollo de una terminal de contenedores y una terminal de líquidos en el puerto de Tuxpan, Veracruz, que en el papel aliviaría el congestionamiento de la carga de hidrocarburos del Golfo de México.
La empresa encabezada por José Serrano Segovia reportó un incremento de 35.4% en la utilidad de operación consolidada al segundo trimestre del año, pese a la reducción global de tarifas pactadas para buques abastecedores y buques tanque.
La empresa está en la pelea por media docena de contratos hacia al mediano y largo plazo.




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