Obama critica a los republicanos por no aceptar cambios en el sistema tributario.- El Tea Party acusa directamente al presidente: "Ha destruido nuestra calificación crediticia"
DAVID ALANDETE / EL PAÍS
Para la clase política de Washington la rebaja de la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos se ha convertido en una arma arrojadiza, un nuevo motivo de críticas recíprocas solo una semana después de que se alcanzara un acuerdo de última hora para aumentar el techo de endeudamiento del Gobierno de la nación. Los republicanos han vuelto a exigir más recortes en el gasto público. Algunos de ellos, los que tienen más intereses puestos en las elecciones primarias de 2012, incluso han pedido la destitución del secretario del Tesoro [ministro de Economía], Timothy Geithner.
En su notificación del viernes por la noche, Standard &Poor's criticó duramente la división mostrada por demócratas y republicanos en las negociaciones relativas a la deuda pública. "Los riesgos políticos de los meses recientes ejemplifican nuestra creencia de que el Gobierno y la gestión política de América se están convirtiendo en menos estables, menos efectivos y menos predecibles de lo que previamente considerábamos", dijo. Tanto republicanos como demócratas interpretaron esas palabras como una crítica al adversario político.
El presidente Barack Obama ha pedido, a través de un comunicado de su portavoz, Jay Carney, una "mayor cohesión política para fortalecer la economía y poner a la nación en un rumbo fiscal más sólido". Aun así, ha recriminado a los republicanos que no hubieran aceptado cambios al sistema tributario en el acuerdo cerrado el domingo: "En las pasadas semanas y meses el presidente pidió en repetidas ocasiones una sustancial reducción de la deuda pública con cambios a largo plazo de los programas de ayuda social y un aumento de recaudación con reformas al sistema impositivo". Obama no se ha dirigido hoy directamente a la nación.
"Espero ahora que esta llamada de atención convenza a los demócratas en Washington de que no se pueden permitir más rodeos en el problema de nuestra deuda a largo plazo", ha dicho el líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, en un comunicado. "Tal y como ha destacado S&P, reformar nuestras políticas sociales es la clave para una sostenibilidad fiscal a largo plazo".
Donde los republicanos han visto una necesidad de reducir aún más el gasto -más allá de los tres billones de dólares a los que se comprometió el Congreso para los próximos 10 años en el acuerdo logrado el pasado domingo- los demócratas en el Congreso han vuelto a ver motivos para defender un aumento de las vías de financiación del Estado, entre ellas un aumento impositivo sobre las rentas más altas, en la línea de los solicitado por Obama.
"Las acciones tomadas por S&P reafirman la necesidad de asumir un enfoque equilibrado en el asunto de la reducción de la deuda pública", ha explicado en un comunicado el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid. "Debemos combinar recortes en el gasto con un incremento de la capacidad recaudatoria y con medidas para acabar con los regalos que les estamos haciendo a los multimillonarios, a las empresas petrolíferas y a los dueños de jets privados corporativos, todos financiados por el contribuyente".
Por su parte, Michelle Bachmann, perteneciente al grupo de líderes de facto del Tea Party y candidata a las primarias presidenciales republicanas, ha pedido la destitución de Geithner y ha culpado de la rebaja de S&P al propio Obama. "Nuestra calificación aguantó la gran depresión, la Segunda Guerra Mundial, la de Corea, Vietnam y los ataques terroristas del 11-S. Este presidente ha destruido nuestra calificación crediticia", ha dicho en un correo electrónico.
DAVID ALANDETE / EL PAÍS
Para la clase política de Washington la rebaja de la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos se ha convertido en una arma arrojadiza, un nuevo motivo de críticas recíprocas solo una semana después de que se alcanzara un acuerdo de última hora para aumentar el techo de endeudamiento del Gobierno de la nación. Los republicanos han vuelto a exigir más recortes en el gasto público. Algunos de ellos, los que tienen más intereses puestos en las elecciones primarias de 2012, incluso han pedido la destitución del secretario del Tesoro [ministro de Economía], Timothy Geithner.
En su notificación del viernes por la noche, Standard &Poor's criticó duramente la división mostrada por demócratas y republicanos en las negociaciones relativas a la deuda pública. "Los riesgos políticos de los meses recientes ejemplifican nuestra creencia de que el Gobierno y la gestión política de América se están convirtiendo en menos estables, menos efectivos y menos predecibles de lo que previamente considerábamos", dijo. Tanto republicanos como demócratas interpretaron esas palabras como una crítica al adversario político.
El presidente Barack Obama ha pedido, a través de un comunicado de su portavoz, Jay Carney, una "mayor cohesión política para fortalecer la economía y poner a la nación en un rumbo fiscal más sólido". Aun así, ha recriminado a los republicanos que no hubieran aceptado cambios al sistema tributario en el acuerdo cerrado el domingo: "En las pasadas semanas y meses el presidente pidió en repetidas ocasiones una sustancial reducción de la deuda pública con cambios a largo plazo de los programas de ayuda social y un aumento de recaudación con reformas al sistema impositivo". Obama no se ha dirigido hoy directamente a la nación.
"Espero ahora que esta llamada de atención convenza a los demócratas en Washington de que no se pueden permitir más rodeos en el problema de nuestra deuda a largo plazo", ha dicho el líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, en un comunicado. "Tal y como ha destacado S&P, reformar nuestras políticas sociales es la clave para una sostenibilidad fiscal a largo plazo".
Donde los republicanos han visto una necesidad de reducir aún más el gasto -más allá de los tres billones de dólares a los que se comprometió el Congreso para los próximos 10 años en el acuerdo logrado el pasado domingo- los demócratas en el Congreso han vuelto a ver motivos para defender un aumento de las vías de financiación del Estado, entre ellas un aumento impositivo sobre las rentas más altas, en la línea de los solicitado por Obama.
"Las acciones tomadas por S&P reafirman la necesidad de asumir un enfoque equilibrado en el asunto de la reducción de la deuda pública", ha explicado en un comunicado el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid. "Debemos combinar recortes en el gasto con un incremento de la capacidad recaudatoria y con medidas para acabar con los regalos que les estamos haciendo a los multimillonarios, a las empresas petrolíferas y a los dueños de jets privados corporativos, todos financiados por el contribuyente".
Por su parte, Michelle Bachmann, perteneciente al grupo de líderes de facto del Tea Party y candidata a las primarias presidenciales republicanas, ha pedido la destitución de Geithner y ha culpado de la rebaja de S&P al propio Obama. "Nuestra calificación aguantó la gran depresión, la Segunda Guerra Mundial, la de Corea, Vietnam y los ataques terroristas del 11-S. Este presidente ha destruido nuestra calificación crediticia", ha dicho en un correo electrónico.
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