A fines de año la deuda gubernamental en países avanzados será de 100% del PIB
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
El retiro de los estímulos fiscales en países avanzados y en desarrollo, que fueron aplicados por la mayoría de los gobiernos para hacer frente a la recesión mundial, “tendrá más efectos negativos a corto plazo que lo habitual” sobre la economía y el empleo, advirtió este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La disminución de los déficit públicos, medida política para contener el crecimiento de la deuda después de la ola de estímulos fiscales desde finales de 2008, tendrá como efectos directos un menor crecimiento de la economía y aumento del desempleo, consideró el organismo en un avance de su informe Perspectivas de la economía mundial, que será discutido la próxima semana en la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial.
Como políticas de respuesta a la crisis económica internacional, los gobiernos elevaron el gasto público para estimular la actividad productiva y tratar de proteger el empleo. El incremento en el gasto subió el déficit (la diferencia entre ingresos y gastos) a 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) en los países avanzados. En 2007 el desequilibrio había sido de sólo uno por ciento del PIB, según datos publicados ayer por el FMI.
Al final de 2010 la deuda gubernamental alcanzará 100 por ciento del valor del producto interno bruto, también en los países avanzados, el nivel más alto en 50 años, apuntó el organismo. A la par del repunte de la deuda, el envejecimiento de la población (que implica menos cotizantes a la seguridad social y más demanda de servicios de salud y pensiones) “puede crear un problema de finanzas públicas”, añadió.
En respuesta al aumento del déficit y de la deuda pública, algunos gobiernos han empezado a tomar medidas de consolidación fiscal, que se expresa en aumentos de impuestos y reducción del gasto, algo parecido a lo que este miércoles detonó una huelga general en España, o la semana antepasada la protesta de trabajadores públicos en Francia, o a comienzos de este año en Grecia.
“Para restablecer la sostenibilidad fiscal, muchas economías deben reducir el déficit presupuestario”, apuntó.
Sin embargo, dijo el FMI, la consolidación fiscal “suele desacelerar el crecimiento a corto plazo. Después de dos años de consolidación, una reducción del déficit presupuestario equivalente a uno por ciento del PIB frena el consumo y la inversión internos en un punto y eleva la tasa de desempleo en un tercio de punto”.
En el actual entorno económico y financiero, consideró, la consolidación fiscal “probablemente tendrá más efectos negativos a corto plazo que lo habitual”.
Para reducir el impacto “de la necesaria consolidación fiscal”, el Fondo recomienda que el déficit presupuestario sea disminuido a partir de medidas como “vincular la edad de jubilación obligatoria a la esperanza de vida y mejorar la eficiencia de los programas de prestaciones”.
Precisamente medidas como éstas, en especial la relativa a la jubilación, han levantado la protesta trabajadora en Europa.
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
El retiro de los estímulos fiscales en países avanzados y en desarrollo, que fueron aplicados por la mayoría de los gobiernos para hacer frente a la recesión mundial, “tendrá más efectos negativos a corto plazo que lo habitual” sobre la economía y el empleo, advirtió este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La disminución de los déficit públicos, medida política para contener el crecimiento de la deuda después de la ola de estímulos fiscales desde finales de 2008, tendrá como efectos directos un menor crecimiento de la economía y aumento del desempleo, consideró el organismo en un avance de su informe Perspectivas de la economía mundial, que será discutido la próxima semana en la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial.
Como políticas de respuesta a la crisis económica internacional, los gobiernos elevaron el gasto público para estimular la actividad productiva y tratar de proteger el empleo. El incremento en el gasto subió el déficit (la diferencia entre ingresos y gastos) a 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) en los países avanzados. En 2007 el desequilibrio había sido de sólo uno por ciento del PIB, según datos publicados ayer por el FMI.
Al final de 2010 la deuda gubernamental alcanzará 100 por ciento del valor del producto interno bruto, también en los países avanzados, el nivel más alto en 50 años, apuntó el organismo. A la par del repunte de la deuda, el envejecimiento de la población (que implica menos cotizantes a la seguridad social y más demanda de servicios de salud y pensiones) “puede crear un problema de finanzas públicas”, añadió.
En respuesta al aumento del déficit y de la deuda pública, algunos gobiernos han empezado a tomar medidas de consolidación fiscal, que se expresa en aumentos de impuestos y reducción del gasto, algo parecido a lo que este miércoles detonó una huelga general en España, o la semana antepasada la protesta de trabajadores públicos en Francia, o a comienzos de este año en Grecia.
“Para restablecer la sostenibilidad fiscal, muchas economías deben reducir el déficit presupuestario”, apuntó.
Sin embargo, dijo el FMI, la consolidación fiscal “suele desacelerar el crecimiento a corto plazo. Después de dos años de consolidación, una reducción del déficit presupuestario equivalente a uno por ciento del PIB frena el consumo y la inversión internos en un punto y eleva la tasa de desempleo en un tercio de punto”.
En el actual entorno económico y financiero, consideró, la consolidación fiscal “probablemente tendrá más efectos negativos a corto plazo que lo habitual”.
Para reducir el impacto “de la necesaria consolidación fiscal”, el Fondo recomienda que el déficit presupuestario sea disminuido a partir de medidas como “vincular la edad de jubilación obligatoria a la esperanza de vida y mejorar la eficiencia de los programas de prestaciones”.
Precisamente medidas como éstas, en especial la relativa a la jubilación, han levantado la protesta trabajadora en Europa.
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