lunes, 12 de abril de 2010

EL MUNDO VIVE UN FRENESÍ FINANCIERO QUE PROVOCA ESCALOFRÍOS

(Primera de dos partes)
Carlos Siula / Corresponsal
Cada día que transcurre -hábil o feriado- cuatro billones de dólares cambian de mano en las bolsas del planeta, mercados de divisas, operaciones con títulos públicos y privados, productos financieros derivados, obligaciones, materias primas y metales preciosos. Eso significa que el corazón de las finanzas mundiales palpita a un ritmo de 46 millones de dólares por segundo.
Cada 32 horas, ese universo prácticamente invisible es capaz de mover una fortuna tan grande como el PIB mundial, que en 2008 -último año con estadísticas completas-, era de 60.9 billones de dólares.
Un solo dato permite tener una idea precisa de lo representa el ritmo vertiginoso que alcanzaron las finanzas mundiales en los últimos años: sólo en el mercado de productos derivados (ver recuadro), cada día hábil se negocian 3.8 millones de contratos por un total de 500 mil y 700 mil millones de dólares, según las estimaciones realizadas por el exjuez Jean de Maillard en su libro La estafa. Las finanzas por encima de leyes y reglas.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
Ese fenómeno, que crece a un ritmo exponencial, obedece a la conjunción de varios factores.
El más importante es el incremento de las cantidades que buscan rápida rentabilidad en las finanzas.
Entre 1999 y 2009, el monto promedio de cada operación bursátil se duplicó en el Nasdaq, se triplicó en la Deutsche Börse de Francfort, y se multiplicó por diez en Londres y en el NYSE de Wall Street, como acaba de probar un estudio del diario británico Financial Times.
Ese principio se aplica a las transacciones bursátiles tradicionales.
En contraste, el volumen de las órdenes de compra o venta registró una fuerte reducción desde mediados de 2009, a medida que se intensificaron las operaciones de high frequency trading (HFT), que permiten obtener micro-beneficios en transacciones que se realizan a la velocidad de la luz.
La aceleración del ritmo de operaciones responde a una lógica que comenzó con la informatización completa de las transacciones bursátiles: el arma suprema de los especuladores es la velocidad.
La herramienta clave de esos actores son los programas ultrarrápidos de compra-venta, basados en algoritmos de alta complejidad que trabajan en computadoras cada vez más poderosas.
ARMA SUPREMA: LA VELOCIDAD
En un par de años, las HFT se convirtieron en el nec plus ultra de la élite financiera mundial (ver gráfico): actualmente participan en la compra-venta de 3 mil millones de acciones diarias (60 por ciento del mercado bursátil de Estados Unidos), según la empresa consultora Tabb Group. Los flash orders activados por los HFT dejaron en 2009 ganancias por valor de 21.8 billones de dólares.
"El mercado financiero se parece más a un laboratorio de inteligencia artificial que al personaje perverso de Gordon Gekko, que interpretaba Michael Douglas en el filme 'Wall Street'", asegura Sang Lee, de Aite Group.
El HFT -utilizado en particular por grandes bancos y por 75 por ciento de los hedge funds, fondos de inversión y fondos de pensión- se basa en la optimización de computadoras extremadamente veloces.
Esos ordenadores tienen la misma configuración que las centrales electrónicas de las grandes plazas financieras, como el New York Stock Exchange (NYSE) que asociado a Euronext procesa las operaciones de la mayoría de los mercados occidentales.
UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS
Los algoritmos asociados a las operaciones de HFT escanean decenas de plazas financieras al mismo tiempo, comparan cotizaciones, las cotejan con modelos matemáticos y disparan miles de órdenes en menos de 300 microsegundo, es decir mil veces más rápido que un abrir y cerrar de ojos.
Gracias a esa técnica, los traders pueden detectar cambios de tendencia antes que otros inversores.
Cuando no hay oportunidades interesantes, los flash orders "exploratorios" se anulan a sí mismos por una operación de compensación por la misma suma. Pero cuando husmean el olor irresistible del dólar, las computadores definen una estrategia y lanzan ráfagas de órdenes en el transcurso de un puñado de nanosegundos (milmillonésima parte de un segundo).
Una diferencia aparentemente insignificante de un centavo de dólar entre la compra y la venta -multiplicada por una cantidad de títulos tratados en tiempo récord- permite obtener ganancias que se miden en cinco o seis dígitos.
EL HOMBRE SÓLO REPARA ERRORES
El hombre, incapaz de reaccionar a esa velocidad, no tiene ninguna participación en ese proceso vertiginoso y sólo interviene para reparar errores.
La Securities and Exchange Commission (SEC), que controla toda la actividad bursátil en Estados Unidos, decidió hace unos meses monitorear las operaciones HFT.
Los reguladores sospechan que las estrategias de high-frequency propulsan las cotizaciones y aumentan la volatilidad de los mercados. Dos actores importantes son BATS y Direct Hedge. Ambos eran desconocidos hace cinco años.
Fuente: Diario de Xalapa

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