Foto: Archivo / El Sol de México
Salvador Guerrero / El Sol de México
El líder del sindicato de transportistas, Jim Hoffa, heredero del gremio de más importante e influyente de EU, acusó a las autoridades mexicanas de corruptas y cuestionó la regulación en torno al acuerdo recientemente firmado entre ambos países para el libre tránsito por carreteras estadounidenses, asunto pendiente desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, y que pone fin al conflicto tras casi dos décadas de controversias.
Los camiones canadienses no tuvieron límites para su ingreso.
Los secretarios de Transporte de México y Estados Unidos, Dionisio Pérez-Jácome y Ray LaHood, respectivamente, firmaron el memorándum de tres años, que se basa en un acuerdo anunciado en marzo por los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón.
La reacción por parte de los Teamsters y Hoffa no se hizo esperar y el líder gremial aseguró que la entrada de camiones mexicanos pone en peligro las carreteras en la Unión Americana y calificó de irresponsable la medida de permitir la entrada por las condiciones de inseguridad y narcotráfico que existe en México.
El máximo dirigente del gremio, dijo a "The Herald", que el programa "piloto" está destinado al fracaso porque es ilegal, toda vez que el Congreso no ha otorgado la facultad para autorizar el programa "piloto" al Departamento del Transporte (DOT por sus siglas en inglés), y además, pone en riesgo las fuentes de trabajo de almacenistas y conductores locales.
James Hoffa, criticó el acuerdo firmado la semana pasada entre las máximas autoridades del transporte de ambos países y señaló que no cumple con los requisitos del TLCAN porque ignora la seguridad al no tomar en cuenta la corrupción de las autoridades policíacas mexicanas.
Por su parte, el Departamento de Transporte de Estados Unidos dijo a AP que las preocupaciones de seguridad han sido resueltas. Sin embargo, Hoffa argumenta que los transportistas estadounidenses tendrán que gastar en un sistema de vigilancia para los camiones mexicanos, situación que no está contemplada en sus presupuestos.
Los sistemas electrónicos de monitoreo registrarán cuántas horas están en servicio los camiones. Los chóferes tendrán que someterse a exámenes de seguridad y de drogas, así como a evaluaciones de su conocimiento del idioma inglés y capacidad de leer las señales del tránsito en carreteras americanas. En contraparte, México tiene derecho a demandar lo mismo de los camioneros estadounidenses que ingresen a su territorio.
Los camiones canadienses no tuvieron límites para su ingreso.
Los secretarios de Transporte de México y Estados Unidos, Dionisio Pérez-Jácome y Ray LaHood, respectivamente, firmaron el memorándum de tres años, que se basa en un acuerdo anunciado en marzo por los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón.
La reacción por parte de los Teamsters y Hoffa no se hizo esperar y el líder gremial aseguró que la entrada de camiones mexicanos pone en peligro las carreteras en la Unión Americana y calificó de irresponsable la medida de permitir la entrada por las condiciones de inseguridad y narcotráfico que existe en México.
El máximo dirigente del gremio, dijo a "The Herald", que el programa "piloto" está destinado al fracaso porque es ilegal, toda vez que el Congreso no ha otorgado la facultad para autorizar el programa "piloto" al Departamento del Transporte (DOT por sus siglas en inglés), y además, pone en riesgo las fuentes de trabajo de almacenistas y conductores locales.
James Hoffa, criticó el acuerdo firmado la semana pasada entre las máximas autoridades del transporte de ambos países y señaló que no cumple con los requisitos del TLCAN porque ignora la seguridad al no tomar en cuenta la corrupción de las autoridades policíacas mexicanas.
Por su parte, el Departamento de Transporte de Estados Unidos dijo a AP que las preocupaciones de seguridad han sido resueltas. Sin embargo, Hoffa argumenta que los transportistas estadounidenses tendrán que gastar en un sistema de vigilancia para los camiones mexicanos, situación que no está contemplada en sus presupuestos.
Los sistemas electrónicos de monitoreo registrarán cuántas horas están en servicio los camiones. Los chóferes tendrán que someterse a exámenes de seguridad y de drogas, así como a evaluaciones de su conocimiento del idioma inglés y capacidad de leer las señales del tránsito en carreteras americanas. En contraparte, México tiene derecho a demandar lo mismo de los camioneros estadounidenses que ingresen a su territorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario