viernes, 22 de julio de 2011

SIN LICITACIÓN

SERGIO SARMIENTO / REFORMA
JAQUE MATE
"Es una gran habilidad poder ocultar la habilidad que uno tenga".
François de la Rochefoucauld
No sé si sea una muestra más del "sospechosismo" mexicano, pero las dudas sobre los festejos del bicentenario y la llamada Estela de Luz empiezan por las instituciones que fueron colocadas a cargo de los proyectos. Ni Turissste es una empresa especializada en la realización de festejos o desfiles, ni iii Servicios, una filial de Pemex, se dedica a la construcción de monumentos conmemorativos.
Turissste es una agencia de viajes para los derechohabientes del ISSSTE. iii Servicios (iii quiere decir "impulso inmobiliario integral") tiene como función principal administrar los bienes inmuebles de Pemex. Si bien esta última paraestatal sí hace algo de construcción, ésa no es su especialidad y no cuenta con la infraestructura para ejecutar una obra como la Estela de Luz.
¿Por qué les fueron entregados entonces a estas empresas públicas los contratos multimillonarios para la realización de los festejos del bicentenario y la Estela de Luz? Al parecer, para llevar a cabo asignaciones directas de los contratos a algunas firmas privadas sin pasar por los procesos de licitación que marca la ley.
Los mexicanos nos hemos enterado con estos dos casos que las empresas públicas pueden obtener contratos por asignación directa que requerirían de licitación en caso de encargarse a firmas privadas. El 18 de julio de 2010 José Manuel Villalpando, en ese entonces coordinador de las fiestas del bicentenario, explicaba las razones para contratar a Turissste: "Necesitábamos una empresa que tuviese la capacidad para poder resolver, de manera fácil y efectiva, el poder hacer eventos con una celeridad enorme". Efectivamente, el Turissste así lo hizo, al entregar decenas de contratos por asignación directa sin pasar por licitaciones.
Un consultor en contratos con la administración pública, Jorge García Martínez, me señala en un correo que el Reglamento de la Ley de Obras Públicas permite contratar sin licitación con una entidad pública siempre y cuando la contratante cuente con la capacidad para prestar los trabajos hasta en un 51 por ciento. Si no se reúne ese porcentaje, todo lo que se subcontrate deberá respetar lo que establezca el reglamento de esa ley. Pero ni Turissste ni iii Servicios tenían la capacidad o la intención de realizar el 51 por ciento de los festejos del bicentenario o de la Estela de Luz. Sus contratos fueron un simple esquema para darle la vuelta a la Ley de Obras Públicas.
El Turissste no sólo ha operado de esta manera los festejos del bicentenario. Un artículo de Karla Garduño en Reforma señalaba el 14 de febrero que de 2007 a 2010 la institución manejó cuando menos 185 contratos de 27 instituciones. Si pensamos bien, el Gobierno ha encontrado una forma de evitar las licitaciones que ordena la ley para la realización de obra pública. Si pensamos mal, alguien ha encontrado una minita de oro.
La suspicacia es inevitable. ¿Por qué optó el Gobierno Federal por recurrir a Turissste y a iii Servicios para llevar a cabo festejos y obras que estas empresas no podían realizar por sí solas? ¿Para tomar decisiones rápidas y sin las molestias o limitaciones de la Ley de Obras Públicas? Pero entonces ¿por qué no cambiar la ley? ¿O acaso el propósito era entregar contratos a empresas privadas de manera discrecional?
En tiempos preelectorales estas asignaciones directas son particularmente sospechosas. ¿Está haciendo alguien su cochinito? No es que los mexicanos seamos desconfiados. Es que nos han hecho serlo.
LA RENUNCIA
Pese a declarar que es inocente, Francisco Camps renunció ayer a su cargo como presidente del gobierno de Valencia, España. El propósito es facilitar una investigación sobre un presunto regalo de unos trajes con valor de 14 mil euros (unos 224 mil pesos). En México ningún político presenta su renuncia cuando es investigado. Y a ninguno se le acusa de algo tan nimio como recibir unos trajes.

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