sábado, 30 de julio de 2011

EE UU SOLO CRECE UN 1.3% EN EL SEGUNDO TRIMESTRE

La actividad económica se estancó prácticamente entre enero y marzo.- La fase de desaceleración es más intensa y prolongada de lo que se esperaba
SANDRO POZZI / EL PAÍS
La economía de Estados Unidos sigue atascada. La tasa de crecimiento de la mayor potencia del planeta avanzó en el segundo trimestre a una anémica tasa anualizada del 1,3%. Y por si no fuera poco, se rebajó drásticamente el dato que se dio por cerrado para el primero, del 1,9% al 0,4%. Por tanto, avanza claramente por debajo de su potencial y eso hace casi imposible resucitar el empleo.
Como anticipan ya desde IHS Global Insight, el inicio de 2011 fue mucho más débil de lo que se esperaba. Mucho más. Pero tanto el Tesoro de EE UU como la Reserva Federal atribuyen el bache a factores temporales, derivados del impacto del terremoto de Japón en la cadena de producción global y del alza del precio del petróleo en el consumo doméstico.
A simple vista, los datos presentados por el Departamento de Comercio podrían entenderse como una aceleración de casi un punto del primer al segundo trimestre. Pero lo que no es habitual es que se realice una revisión de un dato cerrado con tan poco margen de tiempo. Ese 0,4% refleja además que EE UU estuvo prácticamente estancada entre enero y marzo.
Es decir, lo que confirman estos números es que la fase de desaceleración es más intensa y prolongada de lo que se esperaba. De hecho, el crecimiento en el primer semestre de 2011 es el más lento del periodo posterior a la Gran Recesión, de la que se salió oficialmente en el verano de 2009. Wall Street esperaba un crecimiento del 1,7% en el segundo trimestre.
El consumo estuvo prácticamente plano en primavera, con un alza tan solo del 0,1%, muy por debajo del 2,1% del trimestre precedente. Del gasto de los hogares dependen dos terceras partes del crecimiento económico en EE UU. Y por tercer trimestre consecutivo cayó la inversión pública, con los Gobiernos locales, estatales y federales ajustando sus cuentas.
Es la primera lectura del indicador, sujeto a dos revisiones. La esperanza, si no se tuercen más las cosas, es que la actividad económica vaya cobrando fuerza en la segunda mitad. Pero no se espera que sea suficiente para cerrar 2011 con una expansión superior al 3%. Hay bancos que la dejan incluso por debajo del 2,5%, lo que como mucho valdría para estabilizar el paro.
A este ritmo, la actividad económica no va a ayudar tampoco a potenciar los ingresos que necesita el Tío Sam para resolver la encrucijada fiscal, y ni mucho menos para generar los empleos suficientes que reduzcan una tasa de paro que supera el 9%. Un escenario incierto que está forzando al banco central a adoptar una posición de letargo antes de decidir el próximo movimiento.
El débil dato de crecimiento es otro toque de atención a los legisladores en el Capitolio para que cierren con urgencia un acuerdo que evite que EE UU se vea en una situación de impago de sus deudas este 2 de agosto. Eso metería al país en una segunda recesión y arrastraría a la economía global, como viene alertando el Fondo Monetario Internacional.
E incluso si se llega a un acuerdo en Washington para ampliar el techo de endeudamiento, la solución fiscal a la que se llegue afectará al crecimiento en 2012 por la vía del recorte del gasto. Existe además la posibilidad de que al menos una agencia de calificación retire la máxima nota crediticia a EE UU, lo que elevará los costes sobre la deuda a corto plazo.

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