martes, 26 de julio de 2011

TODOS LOS DIAS

Poco se puede esperar de la actual administración en materia de combate a la corrupción.
Enrique Del Val Blanco / Excelsior
Sin descanso, incluyendo sábados y domingos, los medios de comunicación difunden notas sobre la corrupción galopante en nuestro país, donde también parece otra batalla perdida de la actual administración, si es que pretendía hacerla.
Con estos cinco años, más los seis de la administración anterior, en los hechos ha quedado demostrado que los gobiernos panistas distan mucho de ser lo que sus principios dicen, ya que a la hora de llegar a gobernar, en materia de corrupción lo hacen igual o, como estamos viendo, peor que las administraciones de otros partidos.
Ahora el problema es más grave, dada la situación de millones de mexicanos que, como acaban de mostrar las cifras oficiales, viven en condiciones peores. Y todavía falta el informe del Coneval, a conocerse la semana próxima, que seguramente confirmará la encuesta elaborada por el INEGI.
Quizá los ciudadanos aceptarían bajar sus condiciones de vida a cambio de que el gobierno fuera honesto y combatiera la corrupción, pero esto hoy no ocurre en nuestro país.
Incluso, las declaraciones del lunes pasado del responsable del Cisen, el órgano de seguridad del Estado mexicano, son la confirmación de que las cosas andan mal, muy mal. Textualmente, el servidor público manifestó su preocupación refiriéndose a las amenazas a la seguridad nacional sobre “el tema de la corrupción cuando llega a instituciones estratégicas para el desarrollo, como el Ejército, la policía y Petróleos Mexicanos”.
Es la primera vez que un miembro del gobierno reconoce la gravedad de la corrupción en el Ejército y esto es significativo porque, como muchos suponíamos, al poner en contacto a los miembros de las Fuerzas Armadas con los efectos del narcotráfico, los iban a contaminar.
Por lo otro lado, no es sorprendente lo que ocurre en Pemex. Pero lo peor es que lo justifican. Incluso la secretaría responsable del combate a la corrupción sale a hacer declaraciones fuera de lugar o simplemente tratando de tapar el sol con un dedo. Es muy preocupante lo que ha ocurrido en Pemex con funcionarios importantes del panismo que han trabajado ahí, se han aprovechado de ello y hasta la fecha nada pasa, porque se sienten protegidos. Pero sin duda saldrán a relucir los casos con mayor exactitud de lo que hasta ahora se ha conocido.
Y como el caso anterior, podríamos hablar de decenas, como los que hoy están en los medios sobre el ISSSTE, IMSS, CFE, SEP, etcétera, y en muchos de ellos, con la participación de empresas privadas, mexicanas y extranjeras.
La Secretaría de la Función Pública siempre sale en los casos importantes, después de que alguien lo hizo público, lo cual indica que no están actuando conforme a la Ley sino más bien por consigna, lo que debería ser inaceptable en un régimen democrático y de rendición de cuentas.
La Cámara de Diputados tiene facultades de fiscalización e incluso de crear comisiones ad-hoc para casos específicos que, si somos claros, nunca han tenido los resultados esperados, porque al final también ahí la corrupción se negocia. Y si no, sería conveniente saber los resultados de las comisiones creadas para distintos casos. Como bien dice el cineasta español Almodóvar en un caso de corrupción en su país, “procedimientos que desde la política se acostumbran, dejando que la responsabilidad se diluya y se pierda en el tiempo por la parsimonia de las acciones judiciales, como tantas veces ocurre.”
Poco se puede esperar de la actual administración en materia de combate a la corrupción, sólo que esté tentada a utilizarlo políticamente, como negociación en la sucesión presidencial, lo que sería la tumba de los esfuerzos que este país ha hecho en la materia.
Mientras tanto, lo único que nos queda es amanecer todos los días con un caso nuevo o con la profundización del anterior y ver hasta dónde la indolencia puede llegar, antes de que la indignación de los ciudadanos haga algo por rescatar los valores éticos y morales que los políticos han desperdiciado y tirado a la basura.

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