Rubén Migueles / El Universal
Ante la posibilidad de que México enfrente una tormenta financiera de origen externo, como han señalado coordinadores del PRI y el PAN en el Senado, la opinión de los especialistas del sector privado se divide; mientras unos consideran que la probabilidad de que se agudice la crisis actual es menor; otros advierten que el blindaje es insuficiente para cubrir todas las consecuencias de crisis global. Sin embargo, todos coinciden en que frente a dicho problema México no puede quedarse con los bazos cruzados.
En caso de complicarse la deuda soberana en Europa, la turbulencia que se genere en el mercado mundial influirá en México, pero las ligas no son tan directas, advierte Alejandro Villagómez, investigador del CIDE.
El sistema financiero mexicano no está vinculado al sistema europeo, aún con los bancos españoles que operan en el país. El problema es si hubiera una crisis generalizada en Europa, pero la probabilidad aún es baja, no es algo que pueda ocurrir, comenta.
Para Macario Schettino, analista y profesor del Tecnológico de Monterrey, la crisis ya existe, y es una situación bastante compleja la que vive Europa y esto complica los mercados internacionales, de “eso no queda duda”. “Lo que no es claro es si va a afectar a México. Eso depende de muchos factores, entre ellos si el país va a contratar deuda, por ejemplo, pero si no hay esa necesidad en el próximo año, el impacto sería menor”, expresa.
Advierte que hay factores de riesgo vigentes que tienen que ver con una situación mundial compleja, no sólo de Europa; Estados Unidos enfrenta sus propios problemas.
Sin embargo, la posibilidad de que estos riesgos dañen a la economía mexicana en 2012 no es alta. De momento, aclara, lo que se esperaría es que en 2012 sea razonablemente bueno en materia económica pero están presentes estos factores de riesgo.
Para Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), lo anterior no implica que México se pueda cruzar de brazos. Considera que la economía está blindada para 2012, cuenta con reservas, con un sistema financiero estable y sano, y hay renglones de la economía con un sólido comportamiento.
Sin embargo, comenta que hay elementos para reforzar el blindaje: una alta inversión pública; y que el resto del gasto público debería estar enfocado hacia programas que permitan mejorar la demanda interna.
En un año electoral, las autoridades en el presupuesto buscan controlar el gasto y de no soltar dinero a gobiernos estatales. Entonces, si se descuida esta parte en este contexto global, podemos vernos en problemas; pero también si se aprieta el presupuesto vamos a tener un año electoral donde contrariamente a lo que se ve, la dinámica de crecimiento se verá afectada, alerta Aníbal Gutiérrez, profesor de la facultad de economía de la UNAM.
Al final de cuentas, cuando las autoridades insisten en que los fundamentos de la economía están sólidos, para ellos es tener mecanismos para manejar la deuda, el déficit público y eso está bien, pero no abarcan la economía en términos del comportamiento del mercado interno. Simplemente garantizan un cierto margen de maniobra en el manejo financiero, afirma.
Ante la posibilidad de que México enfrente una tormenta financiera de origen externo, como han señalado coordinadores del PRI y el PAN en el Senado, la opinión de los especialistas del sector privado se divide; mientras unos consideran que la probabilidad de que se agudice la crisis actual es menor; otros advierten que el blindaje es insuficiente para cubrir todas las consecuencias de crisis global. Sin embargo, todos coinciden en que frente a dicho problema México no puede quedarse con los bazos cruzados.
En caso de complicarse la deuda soberana en Europa, la turbulencia que se genere en el mercado mundial influirá en México, pero las ligas no son tan directas, advierte Alejandro Villagómez, investigador del CIDE.
El sistema financiero mexicano no está vinculado al sistema europeo, aún con los bancos españoles que operan en el país. El problema es si hubiera una crisis generalizada en Europa, pero la probabilidad aún es baja, no es algo que pueda ocurrir, comenta.
Para Macario Schettino, analista y profesor del Tecnológico de Monterrey, la crisis ya existe, y es una situación bastante compleja la que vive Europa y esto complica los mercados internacionales, de “eso no queda duda”. “Lo que no es claro es si va a afectar a México. Eso depende de muchos factores, entre ellos si el país va a contratar deuda, por ejemplo, pero si no hay esa necesidad en el próximo año, el impacto sería menor”, expresa.
Advierte que hay factores de riesgo vigentes que tienen que ver con una situación mundial compleja, no sólo de Europa; Estados Unidos enfrenta sus propios problemas.
Sin embargo, la posibilidad de que estos riesgos dañen a la economía mexicana en 2012 no es alta. De momento, aclara, lo que se esperaría es que en 2012 sea razonablemente bueno en materia económica pero están presentes estos factores de riesgo.
Para Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), lo anterior no implica que México se pueda cruzar de brazos. Considera que la economía está blindada para 2012, cuenta con reservas, con un sistema financiero estable y sano, y hay renglones de la economía con un sólido comportamiento.
Sin embargo, comenta que hay elementos para reforzar el blindaje: una alta inversión pública; y que el resto del gasto público debería estar enfocado hacia programas que permitan mejorar la demanda interna.
En un año electoral, las autoridades en el presupuesto buscan controlar el gasto y de no soltar dinero a gobiernos estatales. Entonces, si se descuida esta parte en este contexto global, podemos vernos en problemas; pero también si se aprieta el presupuesto vamos a tener un año electoral donde contrariamente a lo que se ve, la dinámica de crecimiento se verá afectada, alerta Aníbal Gutiérrez, profesor de la facultad de economía de la UNAM.
Al final de cuentas, cuando las autoridades insisten en que los fundamentos de la economía están sólidos, para ellos es tener mecanismos para manejar la deuda, el déficit público y eso está bien, pero no abarcan la economía en términos del comportamiento del mercado interno. Simplemente garantizan un cierto margen de maniobra en el manejo financiero, afirma.
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