Los Presupuestos de 2011 recortan un 30% las infraestructuras - Los intereses de la deuda se convierten en la segunda partida de gasto
LUCÍA ABELLÁN - El PAÍS
LUCÍA ABELLÁN - El PAÍS
Los Presupuestos han dejado de ser el escaparate en el que el Gobierno exhibe su potencial de gasto e inversión. La senda de austeridad en la que España se embarcó a mediados de año alcanza su cota máxima en las cuentas del Estado para 2011, presentadas ayer en el Congreso de los Diputados. Salvo partidas obligadas como los intereses de la deuda y las pensiones, todos los capítulos del Presupuesto registran profundas caídas. Encabeza esos descensos la inversión, precisamente el elemento que más puede impulsar el crecimiento económico, que se desploma un 38% (un 33% si se cuentan los organismos autónomos).
Toda la retórica presupuestaria ha dado un vuelco este año. El Gobierno ha dicho adiós a lo que antes denominaba prioridades de gasto para aplicarse en la contención de partidas que han constituido sus señas de identidad en anteriores Presupuestos. Infraestructuras, con una caída del 30%, I+D, y dependencia constituyen buenos ejemplos de ese giro. Los ministerios tendrán que administrarse en 2011 con un 15,6% menos de recursos.
"Son unos Presupuestos austeros, que generan cohesión social e impulsan la actividad económica", definió la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, en la conferencia de prensa posterior a la entrega de las cuentas en el Parlamento. De esas tres etiquetas, la última es la más controvertida. Porque el recorte de inversión lastra la capacidad de la economía para recuperarse y pone en duda el avance del 1,3% del PIB previsto para 2011. Es precisamente esa capacidad para crecer en años sucesivos lo que llevó ayer mismo a la agencia de calificación de deuda Moody's a quitar la matrícula de honor que hasta ahora tenía España, pese al optimismo inicial de Salgado.
La ministra sostiene que esa capacidad para crecer derivará de la confianza que generen estos Presupuestos. Y para ello es necesario aplicar ajustes drásticos. El objetivo irrenunciable es alcanzar un 6% de déficit, lo que implica reducir casi a la mitad los desequilibrios registrados en 2009. Pero esa meta requiere también un impulso suficiente como para que el Estado ingrese un 6% más, como prevén los Presupuestos. Salgado insistió en que la previsión es conservadora y se mostró convencida de que los recursos públicos mejorarán por las subidas de impuestos -las rentas más altas del IRPF, las Sicav y el IVA, en vigor ya desde julio- y por la reactivación económica.
Solo hay dos partidas de gasto cuyo crecimiento es obligado. La fundamental, la de intereses de la deuda, se ha convertido la segunda más voluminosa del Presupuesto del Estado (un 18% de las operaciones no financieras), por delante de los gastos de personal (sin contar los empleados públicos de la Seguridad Social y de otros organismos). Las mayores necesidades de endeudamiento derivadas de la crisis elevan esta partida a 27.421 millones de euros, un 18% más que este año. España necesita seguir endeudándose para financiar su gasto. La deuda de todas las Administraciones públicas alcanzará este año un récord del 68,7% del PIB: unos 700.000 millones de euros.
Las pensiones constituyen la otra gran partida que aumenta por sí sola. De hecho, pese a la polémica congelación decretada por el Gobierno para el año próximo, el gasto en prestaciones crecerá un 3,6%. El aumento en el número de beneficiarios y la mejora de la prestación media explican ese crecimiento, superior incluso al presupuestado para 2010 pese a que entonces sí hubo incrementos en esas rentas.
La partida más desbocada desde que arrancó la crisis parece ahora bajo control. Se trata del gasto en desempleo, para el que se ha previsto una mínima caída del 1,6%. Salgado argumentó que los Presupuestos contemplan una caída en la tasa de paro para el año próximo. Además, el importe de la prestación media va decayendo: los desempleados agotan la prestación contributiva y pasan al subsidio, menos cuantioso.
No obstante, el paro se revela como el elemento más incontrolado de las previsiones del Gobierno. Los Presupuestos corrigen al alza la tasa esperada para 2010, que asciende ahora al 19,8%. También elevan la esperada para 2011, aunque de esa modificación ya había dado cuenta la vicepresidenta Salgado hace menos de una semana. "El motivo es que crece la población activa", explicó la ministra, un hecho que rebate el pronóstico de la mayoría de los expertos.
Aunque la reducción no resulta muy drástica, uno de los principales exponentes de la austeridad practicada por el Ejecutivo reside en la partida de gastos de personal. La combinación de una rebaja salarial del 5% y una tasa de reposición del 10% (solo se sustituye a uno de cada 10 funcionarios jubilados) reducirá un 2,7% los gastos en los Presupuestos consolidados. El porcentaje real es menor, pues ambas medidas ya entraron en vigor una vez iniciado este año, pero representa una señal clara en un capítulo caracterizado por constantes crecimientos.
El mensaje de la huelga general contra las políticas de contención no modificará el rumbo económico del Gobierno. "Habrá más reformas", auguró la ministra de Economía. Entre ellas, la de las pensiones. Salgado mantiene su intención de elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años porque "hay razones para hacerlo". Los sindicatos están invitados a negociarlo. Aunque el margen parece muy estrecho.
Las grandes cifras
- Pensiones. Las prestaciones públicas continúan siendo la partida más voluminosa del Presupuesto, con 112.216 millones, un 3,6% más que en 2010.
- Intereses de la deuda. Desbanca a los gastos de personal como segunda partida de gasto, al representar el 18% del Presupuesto del Estado no financiero. Los intereses suman 27.421 millones de euros.
- Freno a la inversión. Las políticas de inversión caen un drástico 38%. Los descensos más significativos se producen en infraestructuras (30%) e I+D (7%).
- Ayudas a la vivienda. Otra de las señas de identidad del Gobierno, la política de vivienda, sufre recortes del 19,3%.
- Comunidades. La inversión territorializada experimenta retrocesos medios del 30%, con Baleares, País Vasco y Madrid como los territorios menos perjudicados.
Toda la retórica presupuestaria ha dado un vuelco este año. El Gobierno ha dicho adiós a lo que antes denominaba prioridades de gasto para aplicarse en la contención de partidas que han constituido sus señas de identidad en anteriores Presupuestos. Infraestructuras, con una caída del 30%, I+D, y dependencia constituyen buenos ejemplos de ese giro. Los ministerios tendrán que administrarse en 2011 con un 15,6% menos de recursos.
"Son unos Presupuestos austeros, que generan cohesión social e impulsan la actividad económica", definió la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, en la conferencia de prensa posterior a la entrega de las cuentas en el Parlamento. De esas tres etiquetas, la última es la más controvertida. Porque el recorte de inversión lastra la capacidad de la economía para recuperarse y pone en duda el avance del 1,3% del PIB previsto para 2011. Es precisamente esa capacidad para crecer en años sucesivos lo que llevó ayer mismo a la agencia de calificación de deuda Moody's a quitar la matrícula de honor que hasta ahora tenía España, pese al optimismo inicial de Salgado.
La ministra sostiene que esa capacidad para crecer derivará de la confianza que generen estos Presupuestos. Y para ello es necesario aplicar ajustes drásticos. El objetivo irrenunciable es alcanzar un 6% de déficit, lo que implica reducir casi a la mitad los desequilibrios registrados en 2009. Pero esa meta requiere también un impulso suficiente como para que el Estado ingrese un 6% más, como prevén los Presupuestos. Salgado insistió en que la previsión es conservadora y se mostró convencida de que los recursos públicos mejorarán por las subidas de impuestos -las rentas más altas del IRPF, las Sicav y el IVA, en vigor ya desde julio- y por la reactivación económica.
Solo hay dos partidas de gasto cuyo crecimiento es obligado. La fundamental, la de intereses de la deuda, se ha convertido la segunda más voluminosa del Presupuesto del Estado (un 18% de las operaciones no financieras), por delante de los gastos de personal (sin contar los empleados públicos de la Seguridad Social y de otros organismos). Las mayores necesidades de endeudamiento derivadas de la crisis elevan esta partida a 27.421 millones de euros, un 18% más que este año. España necesita seguir endeudándose para financiar su gasto. La deuda de todas las Administraciones públicas alcanzará este año un récord del 68,7% del PIB: unos 700.000 millones de euros.
Las pensiones constituyen la otra gran partida que aumenta por sí sola. De hecho, pese a la polémica congelación decretada por el Gobierno para el año próximo, el gasto en prestaciones crecerá un 3,6%. El aumento en el número de beneficiarios y la mejora de la prestación media explican ese crecimiento, superior incluso al presupuestado para 2010 pese a que entonces sí hubo incrementos en esas rentas.
La partida más desbocada desde que arrancó la crisis parece ahora bajo control. Se trata del gasto en desempleo, para el que se ha previsto una mínima caída del 1,6%. Salgado argumentó que los Presupuestos contemplan una caída en la tasa de paro para el año próximo. Además, el importe de la prestación media va decayendo: los desempleados agotan la prestación contributiva y pasan al subsidio, menos cuantioso.
No obstante, el paro se revela como el elemento más incontrolado de las previsiones del Gobierno. Los Presupuestos corrigen al alza la tasa esperada para 2010, que asciende ahora al 19,8%. También elevan la esperada para 2011, aunque de esa modificación ya había dado cuenta la vicepresidenta Salgado hace menos de una semana. "El motivo es que crece la población activa", explicó la ministra, un hecho que rebate el pronóstico de la mayoría de los expertos.
Aunque la reducción no resulta muy drástica, uno de los principales exponentes de la austeridad practicada por el Ejecutivo reside en la partida de gastos de personal. La combinación de una rebaja salarial del 5% y una tasa de reposición del 10% (solo se sustituye a uno de cada 10 funcionarios jubilados) reducirá un 2,7% los gastos en los Presupuestos consolidados. El porcentaje real es menor, pues ambas medidas ya entraron en vigor una vez iniciado este año, pero representa una señal clara en un capítulo caracterizado por constantes crecimientos.
El mensaje de la huelga general contra las políticas de contención no modificará el rumbo económico del Gobierno. "Habrá más reformas", auguró la ministra de Economía. Entre ellas, la de las pensiones. Salgado mantiene su intención de elevar la edad de jubilación de 65 a 67 años porque "hay razones para hacerlo". Los sindicatos están invitados a negociarlo. Aunque el margen parece muy estrecho.
Las grandes cifras
- Pensiones. Las prestaciones públicas continúan siendo la partida más voluminosa del Presupuesto, con 112.216 millones, un 3,6% más que en 2010.
- Intereses de la deuda. Desbanca a los gastos de personal como segunda partida de gasto, al representar el 18% del Presupuesto del Estado no financiero. Los intereses suman 27.421 millones de euros.
- Freno a la inversión. Las políticas de inversión caen un drástico 38%. Los descensos más significativos se producen en infraestructuras (30%) e I+D (7%).
- Ayudas a la vivienda. Otra de las señas de identidad del Gobierno, la política de vivienda, sufre recortes del 19,3%.
- Comunidades. La inversión territorializada experimenta retrocesos medios del 30%, con Baleares, País Vasco y Madrid como los territorios menos perjudicados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario