miércoles, 6 de octubre de 2010

EL SISTEMA FINANCIERO, TALÓN DE AQUILES DE LA RECUPERACIÓN: FMI

Destaca “nivel sin precedente” de la deuda pública, que agravará vulnerabilidades
Prevé efecto desestabilizador en países en desarrollo receptores de capital de corto plazo, como México
Se hace más probable la coincidencia nefasta de contracción de crédito, desaceleración del crecimiento y debilitamiento de los bancos, afirma en la reunión con el BM
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
La crisis mundial se gestó en el sistema financiero y allí radica el mayor obstáculo para la recuperación de la actividad económica, sostuvo el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hay un agravante: la deuda pública, en especial de las naciones industrializadas, subió a un nivel “sin precedente”, que amaga con “exacerbar las vulnerabilidades financieras” y tener un efecto desestabilizador en países en desarrollo receptores de flujos de capital de corto plazo, como México, destacó.
“El sistema financiero se mantiene como el talón de Aquiles de la recuperación”, expresó José Viñals, director de asuntos financieros y mercados de capitales del FMI, en la presentación del Reporte sobre la estabilidad financiera mundial. “Ha aumentado la probabilidad de que se produzca una coincidencia nefasta de contracción del crédito, desaceleración del crecimiento y debilitamiento de los bancos”, añadió, en el comienzo de una semana de trabajos de la reunión anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Por lo menos 4 billones (millones de millones) de dólares de deuda contratada por los bancos privados para hacer frente a la crisis de 2008 deben ser renegociados en los próximos 24 meses. Para efectos comparativos, se trata de un monto similar a cuatro veces el valor de la economía mexicana. “La confianza en la solidez del sistema financiero no ha sido completamente restaurada”, consideró el reporte, respecto de las presiones que enfrentarán los bancos para hacer acopio de recursos para refinanciar sus pasivos.
Pasaron ya dos años desde que en septiembre de 2008 la quiebra del banco de inversión Lehmann Brothers precipitó una crisis financiera que se convirtió en recesión mundial. El sistema financiero se encuentra todavía en un periodo de “significativa incertidumbre”, expuso Viñals. Es una situación de fragilidad que adquiere mayor dimensión por el aumento en la deuda pública de las naciones avanzadas, que “pone de relieve la vulnerabilidad de los bancos”, porque son precisamente estas instituciones las acreedoras de las deudas gubernamentales.
Sólo en Estados Unidos la deuda pública pasó de un equivalente a 65 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2008 a 90 por ciento en 2010. Se anticipa que llegará a un monto similar a 100 por ciento del PIB en 2012.
La reunión anual del FMI tiene una particularidad respecto de citas previas. Este día, como se anticipa que ocurra en los siguientes, el tema fue el alto endeudamiento de las naciones avanzadas y la forma en que puede afectar el desarrollo de la economía a futuro. Los países en desarrollo, en cambio, se llevan la nota en cuanto al desempeño logrado en estos últimos dos años. E incluso, como planteó el reporte difundido hoy, se advierte que pueden ser más afectados por los desequilibrios financieros en las naciones del norte.
“En vista de la actual desaceleración del crecimiento de los países avanzados, los mercados emergentes (como identifica el FMI a los países en desarrollo) en general han resultado cada vez más atractivos para los inversionistas gracias a la solidez de sus fundamentos económicos y al mayor vigor de su potencial de crecimiento”, según el reporte del FMI publicado hoy.
Recolocación de activos
La diferencia entre la solidez financiera de los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo es notable. Desde principio de 2008, las agencias calificadoras de riesgo han reducido la nota de inversión a 25 tipos de bonos emitidos por países avanzados. En contraste, sólo en lo que va de este año esas mismas agencias han elevado la calificación a 21 emisiones de deuda de naciones en desarrollo, concentradas en América Latina, indicó el informe.
La debilidad financiera en el norte y el atractivo representado por el crecimiento esperado en las naciones del sur, darán lugar a lo que el FMI llamó hoy “una recolocación de activos”. No es otra cosa que flujos de capital de corto plazo, también llamados inversión de portafolio, que se desplazarán de los países industrializados hacia naciones en desarrollo en que los rendimientos esperados por los gestores de esos capitales resulten atractivos. Aquí es donde entran en la escena países latinoamericanos que como México, Brasil, Perú, Chile y Argentina, se han contado entre los mayores receptores de capitales de corto plazo, junto con naciones de Asia y el centro de Europa.
En el informe, el FMI indica que la “recolocación” de una pequeña proporción de activos financieros de países avanzados puede tener grandes efectos en los mercados financieros de los países en desarrollo. Los activos financieros que se negocian en los “mercados emergentes” representan cuando más 7 por ciento del total mundial. La sola reasignación de activos por el equivalente a un punto porcentual desde las economías industrializadas significa un flujo de 485 mil millones de dólares de capitales de corto plazo hacia las naciones del sur. Es una cantidad superior al récord histórico de inversiones de portafolio recibidas en un año por países en desarrollo, que fue de 424 mil millones de dólares en 2007.
La redistribución internacional de capitales de corto plazo seguirá mientras la perspectiva de crecimiento en el sur supere a la del norte, como ocurre ahora, planteó el informe. “No obstante, persiste la inquietud de que los países destinatarios de los activos redistribuidos puedan experimentar una acumulación de riesgos macrofinancieros producida por las abundantes entradas de capital, entre ellos el aumento de la volatilidad financiera”, señaló.
El informe no menciona a ningún país en específico. Las naciones latinoamericanas conocen bien la historia sobre la consecuencia de las salidas de capital financiero de corto plazo.
Los países emergentes “necesitarán hacer frente a los efectos del éxito relativo”, expresado en la entrada de flujos de capital que buscan mayor rentabilidad que en el norte. “La estabilidad dependerá de la capacidad para hacer frente a las oleadas de inversiones de cartera. En algunos casos, las políticas macroeconómicas tradicionales quizá deban estar complementadas por medidas macro- prudenciales, ya que posiblemente no sean del todo adecuadas para resolver los retos generados por circunstancias nacionales tales como presiones inflacionarias o burbujas de activos. Las políticas que permiten abordar flujos de capital elevados y volátiles son bien conocidas”, apuntó.

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