El sector financiero de Brasil presenta mayores oportunidades de desarrollo que México, por su importante exposición a la economía de China y por su dinámica de la Población Económicamente Activa, advierte Manuel Sousa Andrade, ejecutivo de Cuentas Senior en Saxo Bank.
En conversación, destaca que a pesar de que las condiciones demográficas de ambos países son similares, en Brasil la población que se encuentra en el rango de 20 a 30 años sí está impulsando la demanda de financiamiento y ha llevado a las instituciones del sector a enfocarse más hacia el crédito al consumo y el de vivienda.
“México es vulnerable a una posible recesión estadounidense, así como a la eventual pérdida de confianza en los bonos del Tesoro estadounidense. Por otro lado, Brasil está fuertemente expuesto a las dinámicas de China y la liberalización de divisas mejorará los instrumentos y las herramientas de manejo de riesgo para el sector financiero”, precisa.
La población en edad de trabajar en Brasil está produciendo y consumiendo créditos, lo que hace más atractivo el financiamiento y la oferta de productos, expone.
China, el motor
Por otra parte, Santiago Maggi, director financiero de Bulltick Capital Markets, explica el “papel clave” que juega China en las expectativas acerca de Brasil.
“China juega un papel clave en la historia de Brasil. Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el principal socio comercial de Brasil, pero a partir del 2007 voltearon el comercio hacia el país asiático, convirtiéndolo en su principal motor de crecimiento”, refiere.
Tan sólo en los últimos cinco años, el comercio entre Brasil y China ha crecido 145.9%, al ubicarse en 36,400 millones de dólares, al representar 30% de su comercio.
El directivo de Bulltick reconoce que la inversión extranjera y el consumo interno en Brasil son el motor detrás del crecimiento económico. Pero la expectativa de su proximidad con China es el motor del optimismo sobre Brasil, aclara.
Sin embargo, dada la experiencia mexicana, observa que esta cercanía comercial puede convertirse también en su principal vulnerabilidad, pues “puede ser que si en algún momento China estornuda, Brasil se resfriará”.
La ausencia de reformas estructurales amplía la brecha
Durante los últimos 15 años en México no se han realizado grandes reformas estructurales. La firma del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá ha sido el cambio más importante, pero no ha sido suficiente, mientras que en Brasil ha habido cambios más a fondo, principalmente en el sector de energía.
300% era la inflación de Brasil en 1996, mientras la de México llegó a ubicarse en 159% en 1997; en el 2009 el aumento de los precios en el país fue de 5 por ciento.
40% como proporción del PIB de Brasil representaba su deuda externa en el 2002, pero al cierre del 2009 la redujo a 13% del producto, en el caso de México se ha mantenido en niveles de 10% en el mismo periodo.
262,000 millones de dólares es el monto de las reservas internacionales de Brasil al cierre de septiembre del 2010, esto es 150% más que en México, que se ubican en 108,000 millones de dólares, según la cifra más reciente.
50% del petróleo era importado en Brasil hace 10 años, en el 2007 pasó a ser una economía autosuficiente.
6.5% cayó la economía mexicana en el 2009 como consecuencia de la crisis financiera internacional, mientras que el PIB de Brasil sólo se contrajo 0.2 por ciento. Para este año se espera que Brasil crezca 7% frente a 4.4% de México.
4 de cada 10 litros que consume México de gasolina son importados. Por su parte, las reservas probadas de petróleo para 13.3 años en el 2002 ahora son apenas para nueve años.
45,058 millones de dólares recibió Brasil de Inversión Extranjera Directa en el 2008; México recibió 36,830 millones.
149.5% se ha incrementado el comercio bilateral entre China y Brasil durante los últimos cinco años, éste representa sólo 30% del comercio total del país.
CREDITO:
Yolanda Morales / El Economista
En conversación, destaca que a pesar de que las condiciones demográficas de ambos países son similares, en Brasil la población que se encuentra en el rango de 20 a 30 años sí está impulsando la demanda de financiamiento y ha llevado a las instituciones del sector a enfocarse más hacia el crédito al consumo y el de vivienda.
“México es vulnerable a una posible recesión estadounidense, así como a la eventual pérdida de confianza en los bonos del Tesoro estadounidense. Por otro lado, Brasil está fuertemente expuesto a las dinámicas de China y la liberalización de divisas mejorará los instrumentos y las herramientas de manejo de riesgo para el sector financiero”, precisa.
La población en edad de trabajar en Brasil está produciendo y consumiendo créditos, lo que hace más atractivo el financiamiento y la oferta de productos, expone.
China, el motor
Por otra parte, Santiago Maggi, director financiero de Bulltick Capital Markets, explica el “papel clave” que juega China en las expectativas acerca de Brasil.
“China juega un papel clave en la historia de Brasil. Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el principal socio comercial de Brasil, pero a partir del 2007 voltearon el comercio hacia el país asiático, convirtiéndolo en su principal motor de crecimiento”, refiere.
Tan sólo en los últimos cinco años, el comercio entre Brasil y China ha crecido 145.9%, al ubicarse en 36,400 millones de dólares, al representar 30% de su comercio.
El directivo de Bulltick reconoce que la inversión extranjera y el consumo interno en Brasil son el motor detrás del crecimiento económico. Pero la expectativa de su proximidad con China es el motor del optimismo sobre Brasil, aclara.
Sin embargo, dada la experiencia mexicana, observa que esta cercanía comercial puede convertirse también en su principal vulnerabilidad, pues “puede ser que si en algún momento China estornuda, Brasil se resfriará”.
La ausencia de reformas estructurales amplía la brecha
Durante los últimos 15 años en México no se han realizado grandes reformas estructurales. La firma del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá ha sido el cambio más importante, pero no ha sido suficiente, mientras que en Brasil ha habido cambios más a fondo, principalmente en el sector de energía.
300% era la inflación de Brasil en 1996, mientras la de México llegó a ubicarse en 159% en 1997; en el 2009 el aumento de los precios en el país fue de 5 por ciento.
40% como proporción del PIB de Brasil representaba su deuda externa en el 2002, pero al cierre del 2009 la redujo a 13% del producto, en el caso de México se ha mantenido en niveles de 10% en el mismo periodo.
262,000 millones de dólares es el monto de las reservas internacionales de Brasil al cierre de septiembre del 2010, esto es 150% más que en México, que se ubican en 108,000 millones de dólares, según la cifra más reciente.
50% del petróleo era importado en Brasil hace 10 años, en el 2007 pasó a ser una economía autosuficiente.
6.5% cayó la economía mexicana en el 2009 como consecuencia de la crisis financiera internacional, mientras que el PIB de Brasil sólo se contrajo 0.2 por ciento. Para este año se espera que Brasil crezca 7% frente a 4.4% de México.
4 de cada 10 litros que consume México de gasolina son importados. Por su parte, las reservas probadas de petróleo para 13.3 años en el 2002 ahora son apenas para nueve años.
45,058 millones de dólares recibió Brasil de Inversión Extranjera Directa en el 2008; México recibió 36,830 millones.
149.5% se ha incrementado el comercio bilateral entre China y Brasil durante los últimos cinco años, éste representa sólo 30% del comercio total del país.
CREDITO:
Yolanda Morales / El Economista
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