ANDRÉS OPPENHEIMER / EL SIGLO DE TORREÓN
Cartagena.- Los grandes titulares de la cumbre del presidente Obama y otros 30 líderes hemisféricos que terminó aquí el domingo se centraron en las disputas entre Estados Unidos y América Latina sobre Cuba y las Islas Malvinas, pero las conversaciones tras bambalinas entre los presidentes tuvieron que ver con algo que les preocupa mucho más: el regreso al proteccionismo.
Es cierto, la mayoría de los presidentes pasó gran parte de su tiempo durante sus comparecencias públicas hablando sobre las demandas de América Latina de que se invite a Cuba a las futuras cumbres Estados Unidos-América Latina, y de que una declaración conjunta que estaba planeada para el final de la cumbre incluyera un párrafo que respaldara los reclamos territoriales de Argentina sobre las Malvinas.
El fracaso para alcanzar un consenso en ambos temas llevó al colapso de la duramente negociada declaración final de 16 párrafos de la cumbre. Se sustituyó por una declaración presidencial del anfitrión de la cumbre, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, en la que resumió su punto de vista sobre las conclusiones de la cumbre.
Pero a puertas cerradas, la mayoría de los presidentes habló sobre levantar las barreras comerciales que varios países latinoamericanos -especialmente Brasil y Argentina- están erigiendo para proteger sus industrias, dijeron altos funcionarios de Estados Unidos y América Latina.
Las nuevas medidas de estos y otros países para restringir las importaciones están causando una creciente preocupación en el hemisferio.
En las negociaciones privadas entre los presidentes "hay mucha más conversación sobre la economía y el comercio que sobre los temas de los grandes titulares, como Cuba y las Falkland/Malvinas", me dijo en una entrevista Roberta Jackson, la encargada de Latinoamérica del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, dio el paso inusual de denunciar públicamente la tendencia hacia el proteccionismo al comienzo de la cumbre, en una reunión con algunos de los principales líderes empresariales del hemisferio. Incluso mencionó por su nombre a Brasil.
Las formas en que América Latina debe enfrentar la recesión de la economía mundial "no están en el proteccionismo", dijo Calderón. "Hay intereses proteccionistas en el Congreso de Estados Unidos, pero también hay proteccionismo en muchos de nuestros países".
Agregó que para México "es vital un acuerdo de libre comercio con Brasil. Pero desgraciadamente, lo que estamos encontrando (en Brasil) es una tendencia interna al revés".
México esta cada vez más enojado con las medidas brasileñas para reducir las importaciones de autos de México, que ha crecido espectacularmente desde que ambos países firmaron en 2002 un acuerdo de libre comercio de autos. La super fuerte moneda de Brasil ha hecho mucho más barato para las compañías importar autos fabricados en el exterior.
Pero disputas similares están ocurriendo en toda la región. Argentina dejó recientemente de renovar automáticamente licencias de importación, y comenzó a exigir que sus importadores igualaran sus órdenes de compras con exportaciones, lo que ha causado problemas a países a lo largo de la región, entre ellos los socios de Argentina en el Mercosur: Brasil, Uruguay y Paraguay. Y Colombia y Perú se quejan sobre las crecientes dificultades para exportar hacia Brasil.
El sábado, al comenzar la cumbre, Obama se reunió durante 20 minutos con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. Y el tema central fue, precisamente, una demanda de Estados Unidos y docenas de otros países en la Organización Mundial del Comercio contra las recientes barreras comerciales de Argentina.
A pesar de las frecuentes cumbres de los líderes latinoamericanos en las que juran solemnemente el comienzo de la integración económica definitiva de la región -recientemente crearon un nuevo ente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC)-- el comercio dentro de la región ya era relativamente pequeño antes de la última ola de barreras comerciales.
Mientras que el comercio entre las naciones europeas representa el 67 por ciento de su comercio mundial, y el comercio entre los países asiáticos cuenta hasta por el 47 por ciento de su comercio total, el comercio intrarregional latinoamericano es sólo un 22 por ciento de su comercio total, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo.
¿Por qué los líderes latinoamericanos levantan barreras comerciales a sus propios vecinos?
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, me dijo que la explicación tiene mucho que ver con la bonanza de las materias primas de Sudamérica y la resultante apreciación de las monedas sudamericanas.
Debido a que los países sudamericanas se han vuelto cada vez más dependientes de sus exportaciones de materias primas y tienen monedas cada vez más fuertes, sus sectores industriales tienen cada vez menos peso dentro de sus economías. Eso está llevando a algunos a proteger a sus industrias.
"Hay preocupación en Sudamérica sobre la desindustrializacion", me dijo Bárcena.
Mi opinión: estas cumbres presidenciales Estados Unidos-América Latina serían mucho más productivas si los presidentes se centraran, tanto en sus discusiones privadas como públicas, en resolver problemas económicos, y dejaran las controversias políticas para que se resolvieran en reuniones diplomáticas por separado.
Sería bueno un acuerdo sobre Cuba, o sobre la disputa de las Malvinas. Pero decenas de millones de latinoamericanos que viven en la pobreza se beneficiarían mucho más de una solución a la creciente ola de proteccionismo, que hará que sus países sean menos competitivos, y más pobres.
Cartagena.- Los grandes titulares de la cumbre del presidente Obama y otros 30 líderes hemisféricos que terminó aquí el domingo se centraron en las disputas entre Estados Unidos y América Latina sobre Cuba y las Islas Malvinas, pero las conversaciones tras bambalinas entre los presidentes tuvieron que ver con algo que les preocupa mucho más: el regreso al proteccionismo.
Es cierto, la mayoría de los presidentes pasó gran parte de su tiempo durante sus comparecencias públicas hablando sobre las demandas de América Latina de que se invite a Cuba a las futuras cumbres Estados Unidos-América Latina, y de que una declaración conjunta que estaba planeada para el final de la cumbre incluyera un párrafo que respaldara los reclamos territoriales de Argentina sobre las Malvinas.
El fracaso para alcanzar un consenso en ambos temas llevó al colapso de la duramente negociada declaración final de 16 párrafos de la cumbre. Se sustituyó por una declaración presidencial del anfitrión de la cumbre, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, en la que resumió su punto de vista sobre las conclusiones de la cumbre.
Pero a puertas cerradas, la mayoría de los presidentes habló sobre levantar las barreras comerciales que varios países latinoamericanos -especialmente Brasil y Argentina- están erigiendo para proteger sus industrias, dijeron altos funcionarios de Estados Unidos y América Latina.
Las nuevas medidas de estos y otros países para restringir las importaciones están causando una creciente preocupación en el hemisferio.
En las negociaciones privadas entre los presidentes "hay mucha más conversación sobre la economía y el comercio que sobre los temas de los grandes titulares, como Cuba y las Falkland/Malvinas", me dijo en una entrevista Roberta Jackson, la encargada de Latinoamérica del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, dio el paso inusual de denunciar públicamente la tendencia hacia el proteccionismo al comienzo de la cumbre, en una reunión con algunos de los principales líderes empresariales del hemisferio. Incluso mencionó por su nombre a Brasil.
Las formas en que América Latina debe enfrentar la recesión de la economía mundial "no están en el proteccionismo", dijo Calderón. "Hay intereses proteccionistas en el Congreso de Estados Unidos, pero también hay proteccionismo en muchos de nuestros países".
Agregó que para México "es vital un acuerdo de libre comercio con Brasil. Pero desgraciadamente, lo que estamos encontrando (en Brasil) es una tendencia interna al revés".
México esta cada vez más enojado con las medidas brasileñas para reducir las importaciones de autos de México, que ha crecido espectacularmente desde que ambos países firmaron en 2002 un acuerdo de libre comercio de autos. La super fuerte moneda de Brasil ha hecho mucho más barato para las compañías importar autos fabricados en el exterior.
Pero disputas similares están ocurriendo en toda la región. Argentina dejó recientemente de renovar automáticamente licencias de importación, y comenzó a exigir que sus importadores igualaran sus órdenes de compras con exportaciones, lo que ha causado problemas a países a lo largo de la región, entre ellos los socios de Argentina en el Mercosur: Brasil, Uruguay y Paraguay. Y Colombia y Perú se quejan sobre las crecientes dificultades para exportar hacia Brasil.
El sábado, al comenzar la cumbre, Obama se reunió durante 20 minutos con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. Y el tema central fue, precisamente, una demanda de Estados Unidos y docenas de otros países en la Organización Mundial del Comercio contra las recientes barreras comerciales de Argentina.
A pesar de las frecuentes cumbres de los líderes latinoamericanos en las que juran solemnemente el comienzo de la integración económica definitiva de la región -recientemente crearon un nuevo ente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC)-- el comercio dentro de la región ya era relativamente pequeño antes de la última ola de barreras comerciales.
Mientras que el comercio entre las naciones europeas representa el 67 por ciento de su comercio mundial, y el comercio entre los países asiáticos cuenta hasta por el 47 por ciento de su comercio total, el comercio intrarregional latinoamericano es sólo un 22 por ciento de su comercio total, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo.
¿Por qué los líderes latinoamericanos levantan barreras comerciales a sus propios vecinos?
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, me dijo que la explicación tiene mucho que ver con la bonanza de las materias primas de Sudamérica y la resultante apreciación de las monedas sudamericanas.
Debido a que los países sudamericanas se han vuelto cada vez más dependientes de sus exportaciones de materias primas y tienen monedas cada vez más fuertes, sus sectores industriales tienen cada vez menos peso dentro de sus economías. Eso está llevando a algunos a proteger a sus industrias.
"Hay preocupación en Sudamérica sobre la desindustrializacion", me dijo Bárcena.
Mi opinión: estas cumbres presidenciales Estados Unidos-América Latina serían mucho más productivas si los presidentes se centraran, tanto en sus discusiones privadas como públicas, en resolver problemas económicos, y dejaran las controversias políticas para que se resolvieran en reuniones diplomáticas por separado.
Sería bueno un acuerdo sobre Cuba, o sobre la disputa de las Malvinas. Pero decenas de millones de latinoamericanos que viven en la pobreza se beneficiarían mucho más de una solución a la creciente ola de proteccionismo, que hará que sus países sean menos competitivos, y más pobres.
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