Samuel García / 24 Horas El diario Sin Límites
“México es
un país que no le teme a la competencia”, dijo ayer el presidente Felipe
Calderón según reportaron diversos portales de noticias en internet. La
versión en línea de Crónica.com.mx agregó que el Presidente destacó “que
la nación se está transformando en un gran jugador y un productor de
manufacturas excepcional en el mundo”.
Pasional o
no, lo cierto es que efectivamente las exportaciones manufactureras se han
convertido en una pieza clave para la economía del país y allí están las
exportaciones de automóviles para demostrarlo.
Sin embargo
haberse convertido en una potencia de manufactura tradicional no basta, no para
insertarse en el futuro.
La pregunta
que tendríamos que hacernos es si la economía mexicana está preparándose para
insertarse en lo que la revista británica The Economist llama en su más
reciente portada, “la tercera revolución industrial”.
Esa que
utiliza la nanotecnología como herramienta, que se basa en materiales ligeros
como la fibra de carbono, que imprime en 3D, que requiere de nuevas habilidades
de sus obreros y que puede ser desarrollada en cualquier lugar y a bajo costo.
Esa revolución que ya no hace necesario trasladar las fábricas a países con
bajos salarios para reducir los costos laborales porque éstos son menos
importantes, como el IPad cuyo costo de mano de obra solo representa el 6.6%
del costo total. Esa revolución en la que las empresas privilegian estar cerca
de sus clientes para diseñar productos personalizados, a su medida.
En esa
tercera revolución industrial que ya llegó, dice The Economist, “los
gobiernos deben fomentar lo básico: mejor educación para calificar a su mano de
obra, reglas claras y un campo de juego nivelado para las empresas de todo
tipo. Deje el resto a los revolucionarios”.
Si en México
se tiene claro todo esto y estamos preparados para dejar de atraer inversiones
solo por el bajo costo de nuestra mano de obra, entonces sí, señor Presidente,
“México es un país que no le teme a la competencia”.
SÍGALE LA
PISTA…
1. RIESGOS
INCALCULADOS. Le doy 3 factores para repensar la salud actual de la banca
española: Las tasas de morosidad de los bancos no se han detenido, siguen
aumentando; los precios de las acciones de las principales constructoras
españolas, ACS y SACYR, siguen cayendo por temores a que no puedan hacer frente
a sus obligaciones; y los multimillonarios créditos que tomaron los bancos del
Banco Central Europeo, sorprendieron a medio mundo. ¿Realmente sabemos todo de
la banca española o aún tendremos sorpresas en las próximas semanas? ¿De qué
tamaño son los riesgos de bancos como BBVA y Santander –relevantes en México-
en medio de una crisis hipotecaria, de la construcción y del consumo que aún no
acaba de desentrañarse y de dimensionarse?
2. ENCUESTA.
Las cifras sobre preferencias electorales que presentó María de las Heras
hace unos cuantos días en las que se acortan las distancias entre Enrique
Peña Nieto (37%) y Andrés Manuel López Obrador (23%)-Josefina
Vásquez Mota (23%), ha generado más de un comentario entre los sectores
empresariales. Llamó la atención que López Obrador aparezca mejor valorado de
lo que se pensaba en ese sector. Por ahí alguien dijo: “no lo den por muerto”
¿Será?
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