Guillermo Knochenhauer / El Financiero
Claudio X González Guajardo, presidente de la Fundación Televisa, lanzó las más duras críticas al Presidente de la República que se hayan originado en la élite empresarial. Acusa a Felipe Calderón de “dejar la Presidencia de la República y optar por la presidencia del PAN” en un texto publicado en el diario Reforma (14/07/2010). Aunque dice que escribe “a título personal”, no es su intención ni es pensable que su crítica tenga ese carácter ni la intención de un mero desahogo personal. Tiene el claro propósito de defender los poderosos intereses puestos en que el PRI, con Enrique Peña Nieto, gane la Presidencia de la República en 2012.
Otros sectores empresariales han recrudecido sus inculpaciones al gobierno, dejando ver diferentes motivos por los que Calderón, su gabinete y el PAN han dejado de responder a sus expectativas: el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el Consejo Coordinador Empresarial, la Canacintra y otros organismos han censurado la falta de estrategia para sustentar el crecimiento económico en el fortalecimiento del mercado interno. Sin embargo, hasta ahora, ninguna imprecación había sido tan severa como la que lanza Televisa.
González Guajardo es funcionario de Televisa en cualquier momento que actúe públicamente y como tal, acusa a Calderón de que su obsesión por impedir que el PRI vuelva a Los Pinos lo ha hecho abandonar la primera magistratura, para asumir la dirigencia del PAN. En esa premisa basa la medición que hace la televisora del Presidente: “Ha terminado –dice- la etapa de Felipe Calderón como Presidente de México y comenzado la segunda etapa de Felipe Calderón como presidente del PAN. Lástima”.
Televisa controla la comunicación como un sistema concertador de conductas sociales; su influencia en el sentir y pensar social es indudable. Valiéndose de ella, ha sembrado la convicción colectiva de que los políticos de cualquier partido son desconfiables, irresponsables, abusivos y corruptos. Durante el periodo priista, la televisión contribuyó a presentar a los políticos con personalidades que generaban confianza, aunque la merecieran mucho menos, y ahora los denigra con iguales dosis de exageración.
La imagen que Televisa amenaza con transmitir del Presidente, es la de un gobernante acabado en caso de que persista en concentrar sus energías en ganar la elección de 2012. El costo, advierte, es dejar de gobernar al país desde ya, hasta la sucesión.
González Guajardo explica porqué la élite empresarial a la que él pertenece, apoyó la candidatura de Felipe Calderón que ahora los ha decepcionado. “Durante la administración (si así se le puede nombrar) del Presidente Fox, Calderón languidece de puesto en puesto administrativo” con magros resultados. Hasta que renuncia al gabinete de Fox, “de nuevo en la trinchera del PAN Felipe renace y, contra todos los pronósticos, le arrebata la candidatura a Creel y luego la Presidencia a López Obrador”.
Después, el desencanto es mayúsculo: González Guajardo responsabiliza a Calderón de haber boicoteado iniciativas de reformas inteligentes como la política de Gómez Mont y la laboral de Javier Lozano “ante el panorama de las recientes elecciones en 14 estados y obsesionado por marginar al PRI”.
José Carreño Carlón fue director de comunicación social de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari; en su columna de El Universal, publicada el mismo día que la de González Guajardo, crítica a Calderón con los mismos argumentos del empresario. Dice Carreño en la médula de su texto: “Y es que la percepción de un Presidente que concentra toda la energía del gobierno en ganar la elección de 2012, a costa de gobernar de 2010 a entonces, produce el efecto público de que nada hay que esperar ya de este gobierno, si el propio Presidente no espera nada que no esté al servicio del proyecto de cerrarle el paso al avance del PRI a la presidencia”.
Debilitar la presidencia de Calderón en lo que resta del sexenio no es un proyecto sin sentido. La finalidad es tomar el control de la sucesión presidencial y advertirle al gobierno que no intente obstaculizar la candidatura de Peña Nieto, la cual sufriría un serio revés si el PAN y el PRD compiten juntos en 2011 por la gubernatura de ese estado. Haciendo cuentas, la suma de los votos de esos dos partidos es mayor que la de votos por el PRI.
Claudio X González Guajardo, presidente de la Fundación Televisa, lanzó las más duras críticas al Presidente de la República que se hayan originado en la élite empresarial. Acusa a Felipe Calderón de “dejar la Presidencia de la República y optar por la presidencia del PAN” en un texto publicado en el diario Reforma (14/07/2010). Aunque dice que escribe “a título personal”, no es su intención ni es pensable que su crítica tenga ese carácter ni la intención de un mero desahogo personal. Tiene el claro propósito de defender los poderosos intereses puestos en que el PRI, con Enrique Peña Nieto, gane la Presidencia de la República en 2012.
Otros sectores empresariales han recrudecido sus inculpaciones al gobierno, dejando ver diferentes motivos por los que Calderón, su gabinete y el PAN han dejado de responder a sus expectativas: el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el Consejo Coordinador Empresarial, la Canacintra y otros organismos han censurado la falta de estrategia para sustentar el crecimiento económico en el fortalecimiento del mercado interno. Sin embargo, hasta ahora, ninguna imprecación había sido tan severa como la que lanza Televisa.
González Guajardo es funcionario de Televisa en cualquier momento que actúe públicamente y como tal, acusa a Calderón de que su obsesión por impedir que el PRI vuelva a Los Pinos lo ha hecho abandonar la primera magistratura, para asumir la dirigencia del PAN. En esa premisa basa la medición que hace la televisora del Presidente: “Ha terminado –dice- la etapa de Felipe Calderón como Presidente de México y comenzado la segunda etapa de Felipe Calderón como presidente del PAN. Lástima”.
Televisa controla la comunicación como un sistema concertador de conductas sociales; su influencia en el sentir y pensar social es indudable. Valiéndose de ella, ha sembrado la convicción colectiva de que los políticos de cualquier partido son desconfiables, irresponsables, abusivos y corruptos. Durante el periodo priista, la televisión contribuyó a presentar a los políticos con personalidades que generaban confianza, aunque la merecieran mucho menos, y ahora los denigra con iguales dosis de exageración.
La imagen que Televisa amenaza con transmitir del Presidente, es la de un gobernante acabado en caso de que persista en concentrar sus energías en ganar la elección de 2012. El costo, advierte, es dejar de gobernar al país desde ya, hasta la sucesión.
González Guajardo explica porqué la élite empresarial a la que él pertenece, apoyó la candidatura de Felipe Calderón que ahora los ha decepcionado. “Durante la administración (si así se le puede nombrar) del Presidente Fox, Calderón languidece de puesto en puesto administrativo” con magros resultados. Hasta que renuncia al gabinete de Fox, “de nuevo en la trinchera del PAN Felipe renace y, contra todos los pronósticos, le arrebata la candidatura a Creel y luego la Presidencia a López Obrador”.
Después, el desencanto es mayúsculo: González Guajardo responsabiliza a Calderón de haber boicoteado iniciativas de reformas inteligentes como la política de Gómez Mont y la laboral de Javier Lozano “ante el panorama de las recientes elecciones en 14 estados y obsesionado por marginar al PRI”.
José Carreño Carlón fue director de comunicación social de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari; en su columna de El Universal, publicada el mismo día que la de González Guajardo, crítica a Calderón con los mismos argumentos del empresario. Dice Carreño en la médula de su texto: “Y es que la percepción de un Presidente que concentra toda la energía del gobierno en ganar la elección de 2012, a costa de gobernar de 2010 a entonces, produce el efecto público de que nada hay que esperar ya de este gobierno, si el propio Presidente no espera nada que no esté al servicio del proyecto de cerrarle el paso al avance del PRI a la presidencia”.
Debilitar la presidencia de Calderón en lo que resta del sexenio no es un proyecto sin sentido. La finalidad es tomar el control de la sucesión presidencial y advertirle al gobierno que no intente obstaculizar la candidatura de Peña Nieto, la cual sufriría un serio revés si el PAN y el PRD compiten juntos en 2011 por la gubernatura de ese estado. Haciendo cuentas, la suma de los votos de esos dos partidos es mayor que la de votos por el PRI.
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