viernes, 18 de diciembre de 2009

EL RELEVO DE GUILLERMO ORTÍZ: UNA INTERPRETACIÓN

Francisco Suárez Dávila
Hay decisiones que son fundamentales, marcan rumbo, reflejan los objetivos y las cualidades del gobernante. La decisión sobre si Guillermo Ortiz sería reelecto al frente del Banco de México o sería relevado fue una de ellas.
No son tiempos normales. La economía mundial y la mexicana siguen inmersas en la peor crisis en 70 años. Si bien hay algunas señales de recuperación, ésta es moderada y frágil, como lo indican las crisis de Dubai y de Grecia. Requerimos la mejor política económica y los mejores hombres para conducirla.
La reelección de Ortiz significaba a mi juicio, privilegiar los intereses superiores del país, anteponiéndolos sobre antipatías personales. Ortiz es en la actualidad uno de los banqueros centrales más prestigiados y escuchados en el mundo. Ha sido fogueado en crisis nacionales e internacionales y las ha sorteado. Desempeñó el cargo de secretario de Hacienda. Ha cumplido bien su mandato, logrando el objetivo de inflación en condiciones difíciles. En reconocimiento, fue electo presidente del poderoso Banco de Pagos Internacionales, con vigencia por dos años más. Nuestro país perderá ese puesto de influencia.
Sus posibles puntos de debilidad ante el Presidente eran su fortaleza ante el país. Defendió la autonomía cuando erróneamente el gobierno deseaba una prematura baja de tasas de interés. Mantuvo la credibilidad: cuando el secretario de Hacienda pronosticaba un ilusorio crecimiento del 3% para 2009, él vaticinó acertadamente un crecimiento negativo, siendo tildado de ¡¡¡catastrofista!!!
El Presidente, a mi juicio, no tomó una decisión de estadista como lo hizo Obama al designar a su contendiente Hillary a un puesto de gabinete. Antepuso criterios personales y magnificó el problema detonando una cadena de cambios con criterios partidistas. Prefirió a Carstens que parece garantizar mayor subordinación, llamada ahora “mejor coordinación”. ¿Catástrofe? No. Regresa a su “alma mater”; internacionalmente tiene prestigio como alto ex funcionario del FMI. Nacionalmente, sale mal librado como secretario de Hacienda. Realizó una de las políticas contracíclicas más ineficaces y, como efecto, una de las mayores caídas de nuestro PIB. Fracasó su muy cuestionada reforma fiscal.
En el mundo, la banca central está en el debate público. El presidente de Francia cuestiona el mono objetivo antiinflacionario; la Fed actuó con eficacia ante la crisis teniendo objetivos más amplios: el crecimiento y el empleo; ante la debilidad manifiesta de las comisiones bancarias se plantea reforzar la regulación de los bancos centrales sobre todo el sistema financiero. Se busca coordinar mejor la política monetaria y fiscal ¿Qué políticas seguirá el Banco de México, por ley asesor económico del gobierno? Con la salida de Ortiz y con los nuevos vicegobernadores, la institución puede convertirse en el reducto del “pensamiento único” económico más conservador, a la zaga de cambios de paradigmas de los tiempos postcrisis ¿La información económica se subordinará políticamente a la economía ficción del gobierno, siguiendo los pasos del INEG?
En Hacienda podría haberse designado un secretario con acreditado prestigio internacional, financiero, académico, independientemente de amistades o partidos, como Santiago Levy. Sin embargo, a Cordero en las difíciles circunstancias nacionales, se debe dar el beneficio de la duda y apoyo. Sí tiene experiencia y formación económica y política de más de una década. Tiene una gran ventaja. No proviene del equipo económico del “estancamiento estabilizador” que tiene a México postrado en un crecimiento mediocre. Esta política económica “fallida” requiere revisión. Para ello, la Secretaría de Hacienda necesita abrirse a nuevas ideas, al diálogo, no sólo como está obligada con los legisladores, sino con las mejores mentes, los académicos y empresarios más lúcidos, los ex funcionarios más experimentados, de corrientes diversas. No encerrarse “en una casa” ya obsoleta en ideas. En EU se creó el Consejo Económico con Summers y comisiones de Expertos en los grandes temas como el bancario y el fiscal. La arrogancia y cerrazón intelectual del gobierno mexicano está vinculada a la mediocridad en sus resultados.
La agenda hacendaria tiene grandes retos, frente a la crisis y para la reconstrucción posterior. Aplicar una verdadera política contracíclica frente a una recuperación frágil; una reforma tributaria bien preparada y consensuada; una racionalización del gasto que requiere un rediseño de parte de la arquitectura gubernamental; políticas para que la banca que presta a la actividad productiva menos de 20% del PIB contribuya al desarrollo, “construir” una banca de desarrollo auténtica; revisar el federalismo que amenaza convertirse en feudalismo fiscal, etcétera.
La designación de Heriberto Félix amenaza con transformar a Sedesol en una Secretaría de Acción Electoral. Ello plantea la cuestión de si para el Presidente su principal objetivo a partir del 2010, es sólo ganar elecciones o hacer que el país avance.
Fuente: EL Universal

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