Carlos Ramírez / El Financiero
Previa a la
reunión del Grupo de los 20 en Los Cabos, en junio próximo, la élite del
pensamiento político y de gobierno del Consejo Siglo XXI sesionará aquí en el
DF viernes, sábado y domingo para tratar de encontrarle la cuadratura al
círculo de la crisis de globalización.
Invitados
por el Instituto Nicolas Berggruen, expresidentes, exprimeros ministros,
directores de medios, dueños de empresas de internet y premios nobel en
diferentes especialidades debatirán la crisis en el escenario de la
globalización y la gobernabilidad, aunque el contexto no ayuda por la
profundidad de la crisis en Europa y Estados Unidos y por la resistencia de los
gobiernos a imponerle audacia a sus programas.
Aunque el
debate se enriquece de la experiencia, habrá panelistas que poco tienen que
decir por haber sido protagonistas de crisis en sus países: el expresidente
español Felipe González podría ayudar a entender la crisis si explica la
debacle en su país promovida por el gobierno de su partido, el PSOE, y el
presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, también podría explicar el colapso de
El País no sólo como empresa que no pudo con la globalización sino con una
política editorial parcial y promotora de la ruptura del pacto español por la
transición. En todo caso, al Consejo Siglo XXI le haría falta una interrelación
con movimientos ciudadanos y sociales que están planteando algunas alternativas
al desarrollo.
De todos
modos, el debate será rico en los temas de democracia, crisis, globalización y
calidad del gobierno (gobernanza). Las conclusiones del Consejo Siglo XXI, una
especie de espacio de debate de ideas similar a la Comisión Trilateral sólo que
del mundo subdesarrollado o en desarrollo, serán llevadas al Grupo de los 20
que preside México.
Este
domingo, horas antes del debate de candidatos presidenciales mexicanos en cuyos
planes y discursos no aparece la crisis, la globalización, la gobernanza y la
modernización, el presidente Felipe Calderón se reunirá con los miembros del
Consejo para recibir las conclusiones, pues México realizará la reunión del
G-20 en Los Cabos.
A pesar de
la importancia del G-20, México está pasando desapercibido en el análisis de la
crisis y la propuesta de soluciones, a pesar de que en ocasiones anteriores el
G-20 propuso más controles al sistema financiero para evitar las crisis pero no
pudo consolidarlas o lograr su aplicación y las crisis llegaron de manera
inevitable. Bancos y empresas de especulación financiera fueron las causantes
de la crisis de 2008-2009 que todavía el mundo está pagando y que sigue
sumiendo a Europa en la pobreza.
El control
del sistema financiero especulativo -herencia maldita de Alan Greenspan como
todopoderoso presidente del sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos-
sigue siendo el nudo gordiano de la crisis y de las soluciones, pero ya el
gobierno de Obama ha preferido salvar primero a las corporaciones y esperar su
benevolencia para que ayuden a reactivar la economía; sin embargo, demasiado tarde
el sistema capitalista internacional ha empezado a comprender que no habrá
reactivación si no existe el mercado especulativo de las finanzas.
El gran
debate de la crisis actual radica en la forma de controlar los mercados
financieros especulativos para evitar la creación de las burbujas que tanto
celebró Greenspan y en -en el peor de los casos- sacarle alguna ventaja; de ahí
que en los círculos financieros el tema central sea la aplicación de la Tasa
Tobin, un impuesto a las especulaciones financieras propuesto por el premio
nobel de economía James Tobin. El debate es si los organismos especuladores
vayan a aceptar ese impuesto, no tanto por el porcentaje sino por el hecho de
que tendrían que declarar monto y profundidad de sus especulaciones.
El Consejo
Siglo XXI busca un debate de fondo sobre los problemas financieros, sociales y
democráticos de la globalización pero lo va a enmarcar en el contexto de la
gobernanza o la calidad en el funcionamiento de los gobiernos democráticos. Y
en lenguaje político y público, la calidad de los gobiernos se mide por el
beneficio social o el impacto en el desarrollo con bienestar de las economías.
Por lo pronto, el perfil de los asistentes se inclina más hacia la
socialdemocracia, aunque esta corriente mixta -una especie de economía social
de mercado- no se encuentre en su mejor momento por la mala gestión de
gobiernos que prefirieron ser más populistas que socialdemócratas, como el
español de José Luis Rodríguez Zapatero.
La
socialdemocracia tiene una crítica certera contra la globalización, pero suele
fallar en el instrumental de la gestión de gobiernos porque se asienta en el
gasto sin atender la necesidad de los ingresos, justamente lo que ocurrió en
países de Europa. Y ahí es donde también son inconsistentes los debates porque
se inclinan por la crítica a la globalización y a las políticas de ajuste y
austeridad, pero sin definir una nueva política de economía social con
equilibrio en los indicadores macroeconómicos.
La reunión
del grupo Consejo Siglo XXI va a influir en las campañas presidenciales
mexicanas porque hoy cada uno de los candidatos tendrá media hora de reunión
con los miembros del Consejo, donde se espera que haya un buen debate de ideas
y que los aspirantes mexicanos cuando menos entiendan que hay un mundo real
fuera de sus cuartos de guerra de campaña y que México necesita enfoques
novedosos y audaces no sólo para salir de la crisis sino para reconstruir el
camino del desarrollo sin desequilibrios macroeconómicos que suelen traducirse
en recesiones con altos costos sociales.
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