viernes, 4 de mayo de 2012

G-20: MÉXICO, LÍDER O CABÚS


Carlos Ramírez / El Financiero
Previa a la reunión del Grupo de los 20 en Los Cabos, en junio próximo, la élite del pensamiento político y de gobierno del Consejo Siglo XXI sesionará aquí en el DF viernes, sábado y domingo para tratar de encontrarle la cuadratura al círculo de la crisis de globalización.
Invitados por el Instituto Nicolas Berggruen, expresidentes, exprimeros ministros, directores de medios, dueños de empresas de internet y premios nobel en diferentes especialidades debatirán la crisis en el escenario de la globalización y la gobernabilidad, aunque el contexto no ayuda por la profundidad de la crisis en Europa y Estados Unidos y por la resistencia de los gobiernos a imponerle audacia a sus programas.
Aunque el debate se enriquece de la experiencia, habrá panelistas que poco tienen que decir por haber sido protagonistas de crisis en sus países: el expresidente español Felipe González podría ayudar a entender la crisis si explica la debacle en su país promovida por el gobierno de su partido, el PSOE, y el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, también podría explicar el colapso de El País no sólo como empresa que no pudo con la globalización sino con una política editorial parcial y promotora de la ruptura del pacto español por la transición. En todo caso, al Consejo Siglo XXI le haría falta una interrelación con movimientos ciudadanos y sociales que están planteando algunas alternativas al desarrollo.
De todos modos, el debate será rico en los temas de democracia, crisis, globalización y calidad del gobierno (gobernanza). Las conclusiones del Consejo Siglo XXI, una especie de espacio de debate de ideas similar a la Comisión Trilateral sólo que del mundo subdesarrollado o en desarrollo, serán llevadas al Grupo de los 20 que preside México.
Este domingo, horas antes del debate de candidatos presidenciales mexicanos en cuyos planes y discursos no aparece la crisis, la globalización, la gobernanza y la modernización, el presidente Felipe Calderón se reunirá con los miembros del Consejo para recibir las conclusiones, pues México realizará la reunión del G-20 en Los Cabos.
 A pesar de la importancia del G-20, México está pasando desapercibido en el análisis de la crisis y la propuesta de soluciones, a pesar de que en ocasiones anteriores el G-20 propuso más controles al sistema financiero para evitar las crisis pero no pudo consolidarlas o lograr su aplicación y las crisis llegaron de manera inevitable. Bancos y empresas de especulación financiera fueron las causantes de la crisis de 2008-2009 que todavía el mundo está pagando y que sigue sumiendo a Europa en la pobreza.
 El control del sistema financiero especulativo -herencia maldita de Alan Greenspan como todopoderoso presidente del sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos- sigue siendo el nudo gordiano de la crisis y de las soluciones, pero ya el gobierno de Obama ha preferido salvar primero a las corporaciones y esperar su benevolencia para que ayuden a reactivar la economía; sin embargo, demasiado tarde el sistema capitalista internacional ha empezado a comprender que no habrá reactivación si no existe el mercado especulativo de las finanzas.
El gran debate de la crisis actual radica en la forma de controlar los mercados financieros especulativos para evitar la creación de las burbujas que tanto celebró Greenspan y en -en el peor de los casos- sacarle alguna ventaja; de ahí que en los círculos financieros el tema central sea la aplicación de la Tasa Tobin, un impuesto a las especulaciones financieras propuesto por el premio nobel de economía James Tobin. El debate es si los organismos especuladores vayan a aceptar ese impuesto, no tanto por el porcentaje sino por el hecho de que tendrían que declarar monto y profundidad de sus especulaciones.
 El Consejo Siglo XXI busca un debate de fondo sobre los problemas financieros, sociales y democráticos de la globalización pero lo va a enmarcar en el contexto de la gobernanza o la calidad en el funcionamiento de los gobiernos democráticos. Y en lenguaje político y público, la calidad de los gobiernos se mide por el beneficio social o el impacto en el desarrollo con bienestar de las economías. Por lo pronto, el perfil de los asistentes se inclina más hacia la socialdemocracia, aunque esta corriente mixta -una especie de economía social de mercado- no se encuentre en su mejor momento por la mala gestión de gobiernos que prefirieron ser más populistas que socialdemócratas, como el español de José Luis Rodríguez Zapatero.
 La socialdemocracia tiene una crítica certera contra la globalización, pero suele fallar en el instrumental de la gestión de gobiernos porque se asienta en el gasto sin atender la necesidad de los ingresos, justamente lo que ocurrió en países de Europa. Y ahí es donde también son inconsistentes los debates porque se inclinan por la crítica a la globalización y a las políticas de ajuste y austeridad, pero sin definir una nueva política de economía social con equilibrio en los indicadores macroeconómicos.
 La reunión del grupo Consejo Siglo XXI va a influir en las campañas presidenciales mexicanas porque hoy cada uno de los candidatos tendrá media hora de reunión con los miembros del Consejo, donde se espera que haya un buen debate de ideas y que los aspirantes mexicanos cuando menos entiendan que hay un mundo real fuera de sus cuartos de guerra de campaña y que México necesita enfoques novedosos y audaces no sólo para salir de la crisis sino para reconstruir el camino del desarrollo sin desequilibrios macroeconómicos que suelen traducirse en recesiones con altos costos sociales.

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