MÉXICO, D.F. (apro).- El magnate Ricardo Salinas Pliego, concesionario de TV
Azteca, salió incólume: no fue tocado “ni siquiera con el pétalo de un
exhorto”, dijo el perredista Guadalupe Acosta Naranjo, en su calidad de
consejero del Poder Legislativo ante el Consejo General del Instituto Federal
Electoral.
Este órgano
realizó una sesión extraordinaria urgente, convocada al término de otras dos
sesiones, para discutir –a solicitud de los partidos Acción Nacional, de la
Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano– la posibilidad de
que el IFE solicitara a la Secretaría de Gobernación la transmisión por cadena
nacional de radio y televisión del debate de los candidatos presidenciales del
domingo 6 de mayo.
Ello, en
obvia respuesta a la decisión de Ricardo Salinas Pliego no sólo de no
transmitir el debate por ninguno de los canales de TV Azteca –7, 13 y 40– sino
de haber operado para que el partido de futbol entre Tigres y Morelia fuera
justamente a las 8 de la noche, a la hora de inicio del debate presidencial.
Salinas
Pliego se llevó toda suerte de críticas, epítetos y denuestos de parte de
consejeros y representantes de los partidos. Pero al final, la mayoría de
consejeros, apostaron por un apego, en extremo letrista, a lo que determina el
artículo 70 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales
(Cofipe), que señala que sólo los permisionarios públicos de radio y
televisión –como el Canal 11– están obligados a transmitir el debate,
pero para los concesionarios –Televisa, TV Azteca, entre otros– es optativo
hacerlo o no.
Había la expectativa
de que fuera un debate plural. Inició cerca de las 7 de la noche y a las 11 aún
no concluía. Fue un maratón de argumentaciones, pero que no trascendieron del
artículo 70 del Cofipe. De una u otra forma, la mayoría de los consejeros
apoyaron la idea de que el IFE no puede exigirle a Gobernación la determinación
de una cadena nacional.
Al inicio,
se presumía un debate dividido, candente, por la participación del consejero
Alfredo Figueroa, quien planteó que el asunto de fondo “es que hay dos canales
de televisión en México, dos titulares de concesión que concentran
prácticamente 90% del espectro radioeléctrico.
“Y que por
las decisiones individuales de dos titulares –agregó–, de dos personas en el
país, y por su decisión asociada al rating, puede decidirse que buena
parte de la nación se quede sin la posibilidad de conocer y contrastar las
distintas opciones políticas que tiene nuestro país en torno a la candidatura
presidencial.”
Pero nadie
lo siguió, salvo el consejero Lorenzo Córdova. No fue suficiente y Salinas
Pliego salió indemne. El propio Guadalupe Acosta, diputado perredista,
insistió, casi imploró al consejero presidente del IFE –cuatro horas después de
iniciada la sesión– que al menos el instituto hiciera un exhorto a TV Azteca.
“Por favor, de menos un exhorto al señor Salinas Pliego”.
Leonardo
Valdés Zurita respondió: “Lo único que podemos hacer es aplicar estrictamente
la ley. No podemos obligar a los concesionarios a transmitir el debate”.
A los más
que se atrevió el consejero Leonardo Valdés, fue prometer que se publicará un
desplegado en el que el IFE les hará un llamado “cordial” a los concesionarios
a que transmitan el debate.
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