Podemos tener un México con empleo, educación, salud y una distribución del ingreso más equitativa de la que existe.
Enrique Del Val Blanco / Excelsior
Esta semana se publicó un pronunciamiento, síntesis de un documento amplio elaborado por ciudadanos mexicanos integrados en el grupo “Hacia un Nuevo Curso de Desarrollo”. Este grupo viene reuniéndose desde hace tres años y ha publicado diversos manifiestos y propuestas.
Ante la proximidad de la elección presidencial, el grupo realizó un cuidadoso análisis de la situación real del país y del mundo, poniendo especial atención en aquellos asuntos que se considera necesario modificar. No se trata únicamente de un diagnóstico, también se plantean propuestas concretas y viables que pretenden contribuir a superar la grave situación que enfrenta la nación, y si se cuenta con voluntad política se lograrán.
El documento inicia ratificando lo acertada que fue la propuesta presentada hace tres años, en los momentos más álgidos de la recesión económica. Ella establecía la necesidad de tomar acciones anticíclicas y de hacer una revisión responsable sobre las causas que le han impedido crecer a tasas aceptables a nuestro país durante los últimos 25 años.
Hoy se confirma la urgente necesidad de un nuevo curso de desarrollo que permita impulsar un crecimiento económico aceptable, obtener los recursos suficientes para una mayor y mejor distribución del ingreso nacional y a la vez generar un verdadero régimen de protección social universal.
Proponer la protección social universal es quizás uno de los temas más importantes dentro de este nuevo curso de desarrollo, pues implica hacer las modificaciones necesarias al actual esquema de seguridad social que existe en nuestro país desde hace 70 años, el cual, sin duda, en sus orígenes fue una verdadera revolución en la atención a la población.
Hoy está claro que las acciones de política social que han imperado en los últimos 20 años, de atención focalizada a la población, en el marco del fundamentalismo neoliberal, no han sido las más adecuadas. A pesar de los recursos multimillonarios destinados a la pobreza, ésta ha aumentado en nuestro país.
En la actualidad se requiere un sistema de salud pública de cobertura universal; un sistema público único de genuina cobertura universal; real, no demagógico, como lo es hoy. Este sistema único puede ser garantizado económicamente por impuestos generales. De manera complementaria, se requiere de un sistema de protección al ingreso de las familias en un esquema de prestaciones no vinculadas al trabajo formal y, al igual que el anterior, financiado por impuestos generales.
Para el logro de esto se propone eliminar las decenas y decenas de programas sociales que con un enfoque residual hoy aplica el gobierno, y así transitar a un sistema único de derechos exigibles que incluya, de forma gradual, el ingreso ciudadano universal como una de las soluciones al desempleo creciente de nuestro país y la falta de oportunidades para los jóvenes.
Uno de los pilares básicos para un nuevo curso de desarrollo es una reforma hacendaria integral que estimule cambios en materia de gasto, ingreso y crédito. Es necesario también que exista una verdadera reforma tributaria que lo primero que haga sea mejorar la administración, transparentar el gasto público y reducir la evasión impositiva.
Una de las medidas centrales debe ser elevar la progresividad del Impuesto sobre la Renta de las personas físicas en los niveles medios de los países miembros de la OCDE, aplicando una sobretasa extraordinaria del uno por ciento a quienes reciben más altos ingresos.
Quienes participamos en el grupo creemos que es un documento sustentado y consideramos que los diferentes candidatos a la Presidencia deberían tomarlo en cuenta al hacer sus propuestas. Como dijimos al principio, no se trata únicamente de un diagnóstico sino que da cuenta de propuestas concretas y susceptibles de llevarse a cabo. Estamos convencidos de que con ellas podemos tener un México con empleo, educación, salud y una distribución del ingreso más equitativa de la que actualmente existe.
Enrique Del Val Blanco / Excelsior
Esta semana se publicó un pronunciamiento, síntesis de un documento amplio elaborado por ciudadanos mexicanos integrados en el grupo “Hacia un Nuevo Curso de Desarrollo”. Este grupo viene reuniéndose desde hace tres años y ha publicado diversos manifiestos y propuestas.
Ante la proximidad de la elección presidencial, el grupo realizó un cuidadoso análisis de la situación real del país y del mundo, poniendo especial atención en aquellos asuntos que se considera necesario modificar. No se trata únicamente de un diagnóstico, también se plantean propuestas concretas y viables que pretenden contribuir a superar la grave situación que enfrenta la nación, y si se cuenta con voluntad política se lograrán.
El documento inicia ratificando lo acertada que fue la propuesta presentada hace tres años, en los momentos más álgidos de la recesión económica. Ella establecía la necesidad de tomar acciones anticíclicas y de hacer una revisión responsable sobre las causas que le han impedido crecer a tasas aceptables a nuestro país durante los últimos 25 años.
Hoy se confirma la urgente necesidad de un nuevo curso de desarrollo que permita impulsar un crecimiento económico aceptable, obtener los recursos suficientes para una mayor y mejor distribución del ingreso nacional y a la vez generar un verdadero régimen de protección social universal.
Proponer la protección social universal es quizás uno de los temas más importantes dentro de este nuevo curso de desarrollo, pues implica hacer las modificaciones necesarias al actual esquema de seguridad social que existe en nuestro país desde hace 70 años, el cual, sin duda, en sus orígenes fue una verdadera revolución en la atención a la población.
Hoy está claro que las acciones de política social que han imperado en los últimos 20 años, de atención focalizada a la población, en el marco del fundamentalismo neoliberal, no han sido las más adecuadas. A pesar de los recursos multimillonarios destinados a la pobreza, ésta ha aumentado en nuestro país.
En la actualidad se requiere un sistema de salud pública de cobertura universal; un sistema público único de genuina cobertura universal; real, no demagógico, como lo es hoy. Este sistema único puede ser garantizado económicamente por impuestos generales. De manera complementaria, se requiere de un sistema de protección al ingreso de las familias en un esquema de prestaciones no vinculadas al trabajo formal y, al igual que el anterior, financiado por impuestos generales.
Para el logro de esto se propone eliminar las decenas y decenas de programas sociales que con un enfoque residual hoy aplica el gobierno, y así transitar a un sistema único de derechos exigibles que incluya, de forma gradual, el ingreso ciudadano universal como una de las soluciones al desempleo creciente de nuestro país y la falta de oportunidades para los jóvenes.
Uno de los pilares básicos para un nuevo curso de desarrollo es una reforma hacendaria integral que estimule cambios en materia de gasto, ingreso y crédito. Es necesario también que exista una verdadera reforma tributaria que lo primero que haga sea mejorar la administración, transparentar el gasto público y reducir la evasión impositiva.
Una de las medidas centrales debe ser elevar la progresividad del Impuesto sobre la Renta de las personas físicas en los niveles medios de los países miembros de la OCDE, aplicando una sobretasa extraordinaria del uno por ciento a quienes reciben más altos ingresos.
Quienes participamos en el grupo creemos que es un documento sustentado y consideramos que los diferentes candidatos a la Presidencia deberían tomarlo en cuenta al hacer sus propuestas. Como dijimos al principio, no se trata únicamente de un diagnóstico sino que da cuenta de propuestas concretas y susceptibles de llevarse a cabo. Estamos convencidos de que con ellas podemos tener un México con empleo, educación, salud y una distribución del ingreso más equitativa de la que actualmente existe.
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